No es recomendable permitir
que el alumnado con TDAH se quede sin participar en actividades extraescolares a causa de su comportamiento o excesivo movimiento, por
ejemplo, en salidas, excursiones, actuaciones
de fin de curso o navidad. Se deben buscar
alternativas con el profesor
o profesora para
que el alumno
o alumna pueda
realizar la actividad de forma
segura y sin
problemas para
el grupo o para el propio
niño o niña.
Si el profesorado no se ve capaz de asumir esta responsabilidad, se recomienda valorar la posibilidad de que el niño o niña vaya con un acompañante
que proporcione la escuela o la familia.
Se proponen pautas para
facilitar la participación en
las actividades extraescolares de los alumnos y alumnas con TDAH. Las
actividades a realizar
deben estar lo más estructuradas posibles, pero evitando que sean muy
complejas, en grupos excesivamente numerosos o con compañeros
que no sean un modelo
de conducta positivo
para el alumno con TDAH.
Claves
para un buen funcionamiento
Respecto a las normas:
Los niños y niñas con TDAH son advertidos y reñidos
repetidamente por las
mismas conductas, como si no aprendieran, y hasta cierto
modo así
es. Necesitan más tiempo y entrenamiento que el resto de sus compañeros para conseguir interiorizar las normas.
• Tener normas claras y explicárselas de forma positiva al niño o niña, lo que tiene que hacer, no lo que no tiene que hacer. Las normas de la actividad
es recomendable que estén escritas y colocadas
en un lu- gar bien visible (comedor, entrada del centro, patio de recreo, talleres).
• Hacer cumplir
las normas de forma firme y segura.
• Dejar bien claras las consecuencias de incumplir las normas.
Relaciones de comunicación
Las dificultades de interacción y habilidades sociales están directa
o indirectamente relacionadas con la sintomatología del TDAH o de los trastornos asociados. El grado
de autocontrol, así como una lectura
adecuada de la realidad, de las señales
y normas sociales es fundamental para
que se produzca
una adecuada socialización y suele ser un problema para
el niño o niña con TDAH.
• Relacionarse con el niño
o niña de forma tranquila pero firme.
Evitar amenazar o gritar.
• Utilizar un tono emocional
neutro, meramente
informativo.
• Dar indicaciones y explicaciones claras,
cortas y concretas.
• Mirarle a los ojos
cuando se le habla e insistir en que él también lo haga,
y pedir que
repita las instrucciones dadas
para asegurarse de que las ha escuchado y entendido.
• Utilizar claves y señales no verbales para redirigir
la atención, personalizadas y acordadas
previamente con el niño o niña.
Refuerzo
Las consecuencias negativas y positivas han de ser inmediatas a la consecución de la conducta
a reforzar. Tener en cuenta
que es más efectivo el refuerzo positivo
porque los niños y niñas con TDAH están
demasiado
acostumbrados a reprimendas, castigos y descalificaciones. Por ello reci-
bir un trato diferente
y opuesto a esto provoca mejores respuestas.
•
Reforzar lo que queremos
que se repita.
• En
la medida de lo posible atender sólo a los comportamientos adecuados e ignorar
los inadecuados.
• Aplicar la técnica de tiempo fuera
si se producen conductas disruptivas en las actividades.
• Mantener unas rutinas muy marcadas.
Anticiparle todas aquellas cosas que estén fuera
de lo cotidiano, para que no se descontrole ante la nueva situación.
Relaciones con los compañeros y
compañeras
Pueden experimentar muchas dificultades en el área social,
actúan impulsivamente, tienen limitado
conocimiento de sí mismos y de sus efectos
sobre otros. Les cuesta guardar turnos
tanto en el juego como a la hora de
hablar, por la impulsividad y la falta
de memoria a corto plazo.
• Pueden hacer
atribuciones erróneas
sobre la conducta de los de- más
y presentan dificultades para resolver problemas interpersonales, debido
a la impulsividad y a las dificultades en el pensamiento
secuencial.
• Tienden a jugar mejor
con niños y niñas más pequeños y sumisos,
o mayores
cuando sus funciones están claramente definidas. Favorecer juegos cooperativos.
• La baja tolerancia a la frustración es una manifestación de la difcultad que tienen para el control de las emociones, sobre todo de
las negativas. Se enfadan por
pequeñas cosas y de forma
intensa cuando no les sale algo como ellos esperan.
Organización
El alumnado con TDAH suele
tener problemas
de organización, planifica- ción y gestión del tiempo, por ello les ayudará:
• Anticiparles las actividades a realizar
cada día les da seguridad, optar por un planning
diario en lugar visible (excursiones, visitas culturales, etc.)
• Explicarle claramente el comportamiento que se espera
de él en la actividad. No vale el «pórtate bien».
Anticipar posibles conductas
no permitidas y explicar sus consecuencias.
• Asignarle tareas y responsabilidades que impliquen movimiento para
minimizar el efecto de su hiperactividad. Los niños y niñas con TDAH no
suelen soportar más de veinte minutos de atención sostenida.
• Dividir las tareas complejas en otras más simples. Situarle
delante o al lado
del monitor o monitora para
evitar distracciones en actividades como talleres extraescolares o visitas guiadas.
• Favorecer los tránsitos: comunicarle unos cinco minutos antes que va
a finalizar la actividad, porque algunas veces debido a su déficit
le cuesta mucho desconectar. En los casos en los que son especial-
mente inatentos conviene
levantarles diez minutos antes que a sus compañeros para que les dé tiempo
a asearse.
En los recreos
comunicarles que quedan
cinco minutos para finalizar y volver
a clase.
• Asignarle
responsabilidades concretas con respecto al grupo, ya que suelen responder bien y esto mejorará su autoestima. (Ejem- plo: contar a los compañeros cuando suben al autobús).
• Supervisar
el aseo y la ropa de los más
pequeños, y en adolescentes tutorizarlos discretamente, especialmente en actividades de varios días como las excursiones.
• La falta de atención
hace que sea habitual que pierdan
u olviden las cosas.
Antes de salir
o iniciar una actividad conviene
revisar en voz
alta si se lleva todo lo necesario, también se les puede dar la
responsabilidad de que revisen el espacio después
de una activi- dad para que «a nadie» se le olvide nada (chaqueta, cámara de fotos,
etc.).
Medicación
Muchos niños y niñas con TDAH tienen prescrita medicación que les ayuda a centrar la atención y controlar
la impulsividad, lo que repercute
directamente en su comportamiento. Es absolutamente inadecuado y contraproducente comentar u opinar sobre lo correcto
o no de tomar medicación delante de los niños
y niñas ya que ésta es una decisión médica y de su familia.
• Supervisión de la toma
de la medicación en actividades de más de un
día fuera de casa, garantizando la discreción y confidencialidad.
• Normalmente se toma con
el desayuno y dependiendo del
tipo de medicación tiene un efecto determinado en el tiempo.
• Quizá los
mayores no quieran que
sus compañeros y compañeras sepan para qué es la medicación que toman. Es conveniente estar atentos el primer día y ser cómplices de la estrategia que os pro- pongan
para guardar su secreto.
• Es muy frecuente
que el tratamiento farmacológico reduzca el apetito en los niños, niñas
y adolescentes afectados por TDAH. Algu- nos pueden comer poco
al medio día,
pero desayunar y cenar
más copiosamente.
• Algunos niños
y niñas medicados tardan un poco más en dormirse de lo habitual.
• Mantener una constante comunicación con la familia,
ante cual- quier incidente o duda que pueda surgir.
Nos referiremos ahora al tiempo que disponemos en los periodos
de ocio, cuando estamos
en el patio, en el comedor, excursiones y actividades aleja- das de lo propiamente académico y más vinculadas
al desahogo personal.
El patio
Hoy en día se sigue
castigando a los niños y niñas privándoles del recreo, el único momento de la jornada
escolar que tienen para desahogarse
y liberar tensiones. El rendimiento escolar de los niños y niñas que son
castigados sin patio disminuye, por no poder liberar de modo natural
el estrés, la ansiedad y el cansancio que acumulan a lo largo
de las muchas horas que pasan dentro del aula.
Para minimizar los conflictos personales que pueden generarse du- rante el recreo, es imprescindible recordar al niño o niña con TDAH unas normas en forma de límites muy claros
y concretos. Es necesario ser muy firme y consecuente. Algunas
pautas a seguir son las siguientes:
• Organizar medidas concretas
durante estos periodos que permitan la descarga de estrés
al alumnado con TDAH, por ejemplo activida- des que exijan ejercicio
físico.
• Proporcionar materiales variados
para ser utilizados durante el tiempo de patio.
• Establecer turnos
diarios que regulen el uso de los materiales utili- zados para jugar.
• Organizar y estructurar los tiempos fuera del aula.
• Programar y organizar actividades para el tiempo de recreo.
• En educación primaria conviene la implicación del
profesorado en la supervisión de los recreos.
• En educación
secundaria conviene organizar
actividades duran- te los recreos
con alumnos y alumnas voluntarios de bachillerato
asesorados por el orientador u orientadora. Organizar actividades lúdicas para integrar a este alumnado.
Norma: En el recreo jugamos
y lo pasamos bien con los com- pañeros.
Motivo: Todos necesitamos tener periodos de tiempo de desco- nexión con las obligaciones.
Consecuencia: Si nos peleamos, cuando
salgamos al recreo no podremos participar en el juego con los demás.
El tiempo de comedor
El comedor suele
ser un momento
complicado para los niños y niñas con dificultades de comportamiento. Las propias
características de la situación (cambio de referentes, grupos de niños
de diferentes edades, turnos, tiempos marcados, realización de una actividad
social distendida) y las
dificultades de autocontrol que
presentan estos
alumnos pueden ser
res- ponsables de desestabilizarles.
Algunas de las siguientes recomendaciones pueden
ayudar al responsable asignado a manejar el comportamiento de estos niños
y niñas: En primer
lugar, nos aseguraremos de que el niño o niña está informada
sobre lo que toca
comer cada día.
Por ello es imprescindible que la familia asuma un papel activo
manteniendo una comunicación constante con los responsables
del comedor.
• Cuando no quiera comer, se permitirá que al principio pueda elegir
raciones más pequeñas, para ir aumentando la cantidad a medi-
da que va avanzando el curso. Recordemos que la administración de los fármacos puede
disminuir el apetito
y por eso es necesario estar pendiente de la ingesta y aplicar cierta
tolerancia y la ayuda
necesaria.
• Se establecerá una persona adulta
como referente para que
el niño o niña con dificultades de comportamiento pueda dirigirse a ella
cuando se encuentre con un problema.
• Se
dará al niño o niña alguna responsabilidad que
lo mantenga ocupado y que esté relacionada con la gestión
y organización del comedor; como por ejemplo, hacerle responsable de poner las jarras de agua,
las servilletas o supervisar a los compañeros de menor edad.
• Debemos prevenir el comportamiento inadecuado del niño o niña, y nos
anticiparemos contándole las medidas que se adoptarán ante la transgresión de las normas
básicas de respeto y de convivencia.
Norma: durante el tiempo del comedor comemos y hablamos
tranquilamente con nuestros compañeros y compañeras.
Motivo:
La comida sienta mejor cuando uno come
tranquilo y contento.
Consecuencia: si te peleas o insultas a los otros, la consecuencia será que comerás solo y en otro lugar durante
los dos próximos días.
Se debe transmitir la idea de que el comedor es un tiempo muy va- lioso, que sirve para comer y para relacionarse tranquilamente con los compañeros.
Las excursiones
Las excursiones son oportunidades excepcionales y únicas, debido
a los aprendizajes y experiencias que aportan, son actividades especialmente delicadas para
el alumnado con TDAH. Es frecuente
que los niños
y niñas con estas
características se queden,
como consecuencia de su mal
comportamiento, sin poder
participar en ellas.
Por ello se recomienda utilizar siempre las
excursiones como refuerzo positivo, ofreciéndole al niño o niña la posibilidad de poder participar. A veces, y para asegurar
su asistencia, puede ayudar el hecho de contar con una persona
que se ocupe del niño o niña durante la salida.
Las siguientes estrategias ayudarán
al alumnado con TDAH a controlarse y a participar positivamente:
• Explicar
muy bien el motivo y los objetivos de la excursión para implicar a los niños
y niñas en ella.
• Explicar la organización completa
del día para que los niños y niñas puedan saber lo que van a hacer.
• Recordar, junto con todo el grupo, las normas que deben seguir-
se, asimismo acordar las consecuencias de la transgresión de las
mismas.
• Responsabilizar al alumnado con
TDAH de alguna
tarea de gestión y
organización (contar a los niños en el autobús, ser el encargado
del agua, guardar el mapa...).
• Desde el comienzo de la jornada
ofrecerle la posibilidad de ganar el
«carné de buen
comportamiento», si puede
demostrar cumplir con la normativa acordada.
La organización de las
excursiones requiere
que los educadores planifiquen el día, adelantándose a los momentos
de mayor incertidumbre y que se establezcan de manera explícita normas muy claras
de comportamiento.
Las excursiones son una experiencia única
en la que todos los niños y niñas
tienen derecho
a participar. Si de una manera
sistemática y repetida,
como castigo, se impide que
el alumnado con
TDAH participe en ellas, se está
propiciando la exclusión social
del mismo.
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