miércoles, 5 de junio de 2019

TDHA en Matemáticas



Los fallos en el funcionamiento de los sistemas de atención, memoria y control ejecutivo pueden ayudarnos a explicar las dificultades en el aprendizaje de las matemáticas del alumnado con TDAH. En efecto, la adquisición de automatismos del cálculo, que depende de la repetición de las asociaciones, requiere vigilancia e implicación activa. Así mismo, para establecer asociaciones que luego han de automatizarse, todos los términos de la operación deben mantenerse simultáneamente en la memoria. Por consiguiente, si la capacidad de memorizar es limitada se producirá una pérdida de información con consecuencias fatales en los resultados. Además, junto a las limitaciones para acceder rápidamente a la memo- ria, los estudiantes con TDAH suelen desplegar estrategias inmaduras de conteo, por ejemplo «contar todo» en lugar de «contar a partir de», que suponen también un coste enorme para la memoria de trabajo.
La panorámica se complica cuando los cálculos tienen cierto nivel de complejidad porque, además de atención, memoria y estrategias cognitivas, exigen un control continuo de cada fase que depende del sistema ejecutivo. Por último, los fallos de supervisión pueden provocar errores como confundir el signo, cambiar el algoritmo de la suma por el de la resta a mitad de opera- ción, o restar el número mayor del menor sin considerar si es el sustraendo.
A continuación se exponen algunas recomendaciones que ayudarán al profesorado en el desarrollo de estas áreas.

Numeración y cálculo
  Utilizar tablas de sumar y tablas de restar para agilizar el cálculo mental.

  Realizar juegos de cálculo mental.



  Realizar representaciones tanto de la suma como de la resta por medio de dibujos, puntitos, etc.

  Trabajar las operaciones matemáticas por medio de juegos (dominó, parchís, etc.).

  Utilizar columnas numéricas para el aprendizaje de los números en el que las unidades, decenas, centenas, etc. sean el referente visual.

  Reafirmar los conceptos básicos aritméticos: significado del número, comprensión de símbolos, contar y descontar, componer y des- componer números, el valor que ocupa un número, propiedades asociadas a cada operación y estimación.

  Entrenar a diario mediante cálculos muy simples (3+1, 4+2…) para reducir el uso de dedos como estrategia de cálculo.

  Representación mental de los números: jugar a visualizar palitos, cerrar los ojos y ver dibujados 1, 2, 3 hasta 5 palitos. Por ejemplo, delante de la suma 9+4 me ayudará la siguiente autoinstrucción:
«empiezo diciendo el número mayor y le añado palitos que veo mentalmente y sigo contando. Por ejemplo, digo 9, veo un palito y digo 10, veo otro palito y digo 11 y así hasta añadir los 4 palitos».

Resolución de problemas
  Enseñar a subrayar los aspectos más relevantes del enunciado: datos, incógnitas, otros.

  Acostumbrarle a representar la información mediante dibujos sen- cillos.

  Parcelar el espacio físico del problema en diferentes zonas: datos, pregunta, representación de operaciones, resultado.

  Exigir la comprobación del resultado.



  Si comete un error en una operación, pedirle que repita los pasos pero en voz alta para identificar dónde ha cometido el error.

  Permitir utilizar hojas cuadriculadas, para facilitar la correcta alinea- ción de las cifras en las operaciones.

  Facilitar una hoja de autoinstrucciones, que le ayude a interiorizarlas y convertirlas en hábito. Ejemplo: «ante un problema subrayo los datos y redondeo la palabra o palabras clave que identifiquen la operación».

  Permitir que tenga las tablas de multiplicar a mano.

  Controlar el trabajo en espacios cortos, dejándole trabajar de forma autónoma, pero estando atento a los posibles bloqueos.

  Acostumbrarle a utilizar el reloj para controlar el tiempo dedicado a cada fase.

  No obligarle a copiar los enunciados de los problemas, permitiendo que dedique ese tiempo a razonar y comenzar la resolución.

  Evitar los enunciados largos, si no son estrictamente necesarios. Simplificar la complejidad.

  Cuando la dificultad se encuentra en el reconocimiento de la ope- ración que se debe utilizar para resolver con éxito el problema, se puede entrenar mediante la siguiente autoinstrucción:
Sumar = PONER cosas (+) Restar = SACAR cosas (-)
Multiplicar = PONER cosas (+) MUCHAS VECES (x) Dividir = REPARTIR cosas (:)

  Una forma muy gratificante de trabajar la resolución de problemas, es a través de ejercicios en los que solo debe identificar la opera- ción sin necesidad de resolverlo.

 




  En el caso de que los errores aparezcan por descuido o impulsividad al utilizar el signo correcto, por ejemplo, cambiar el signo a la hora de pasar los datos a la hoja, puede ser útil hacer uso de una estrategia que le obligue a dedicar tiempo a pensar. Una buena estrategia puede ser pintar los signos siempre del mismo color antes de empezar a operar:
(+) color verde (-) color rojo
(x) color azul
(:) color naranja

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