jueves, 28 de abril de 2016

ALTAS CAPACIDADES:BLOGS Y WEBS

ALTAS CAPACIDADES

BLOGS Y WEBS:

Manual de la Junta de Andalucia sobre altas capacidades.
- Web de recursos para el desarrollo. educatalent.
Visita orientación andujar, sobre altas capacidades.
Cucurrucucu. Cómo saber si mi hijo tiene altas capacidades.
Asociación aragonesa de altas capacidades. Con su programa de actividades.
Asociación de altas capacidades de Galicia. Materiales, respuesta educativa, etc.
- ¿Qué son las altas capacidades, cuáles sus necesidades, qué atención necesitan? Averroes, necesidades específicas de apoyo educativo. Altas capacidades según el Equipo de Murcia.
- Consejo superior de expertos de altas capacidades. Proyectos educativos, noticias.
La educación del alumnado con altas capacidades. Equipo de trabajo de la dirección de la Renovación Pedagógica. Respuesta educativa, participación y responsabilidad, etc.
Aula de desarrollo de Altas capacidades . Trabajos y actividades en el aula.
Webs sobre altas capacidades. Página estupenda con enlaces para la realización de actividades con el alumnado.
Hablando en confianza. Blog sobre altas capacidades, recursos e información interesante.












RECURSOS PARA EL ALUMNADO:
Programa de innovación educativa para altas capacidades de Canarias.
Talleres de enriquecimiento extracurricular para alumnado con altas capacidades.
Maestro ajedrez. Actividades útiles e interesantes.
Pequeños gigantes.
- Blog sobre altas capacidades. La tribu entera. Altas capacidades. Juegos, recursos, materiales.




A continuación os presento una unidad didáctica destinada a desarrollar las diferentes aptitudes intelectuales de los alumnos con altas habilidades.
UNIDAD DIDÁCTICA:
EL CUERPO HUMANO LINGÜÍSTICA: “¿Hablamos?” - Charla dirigida por el profesor relativa al cuerpo humano. (5 minutos) El alumno comentará los aspectos que considera más significativos del cuerpo. (5 minutos) - Aprender una adivinanza/poesía que hable sobre el cuerpo: “No hay ningún día del año en que pueda descansar; siempre en tu pecho cantando con un rítmico tic-tac” (corazón) (5 minutos) - Interpretación de la adivinanza: cantándola y/o dramatizándola. (5 minutos) MUSICAL: “Escucho mi cuerpo” - El alumno ha de pensar y anotar los sonidos de su propio cuerpo, señalándole las pautas adecuadas para que se anime a pensar y escuchar diferentes sonidos. (5 minutos) - A continuación el alumno intentará reproducir algunos de los sonidos (tragar, estornudar, chirriar de dientes, eructar, toser, etc.). (5 minutos) Para la reproducción utilizará su voz e instrumentos musicales diferentes que tengan a su disposición e indicará aquellos otros instrumentos que pueden ser utilizados para la reproducción de alguno de los sonidos. MATEMÁTICA: “Cuéntame” - Investigar mediante dos imágenes (fotografías) distintas en el tiempo, la diferencia física experimentada en una persona. (7 minutos) - Crear una línea del tiempo para explicar los cambios ocurridos en el cuerpo humano. (7 VISO-ESPACIAL: “¿Qué ves en el cuerpo?” - Construir una maqueta sobre los aspectos más relevantes del cuerpo humano, identificados durante la charla (cabeza, tronco, extremidades, corazón, pulmones, aparato reproductor). 17 5.1.2. Algunas pautas de acción u orientación para un talento verbal
Elaborar la ADAPTACIÓN CURRICULAR pertinente para que pueda realizar actividades de enriquecimiento y ampliación. Tomándose como referencia al grupo donde está escolarizado el alumno con Talento Verbal. ƒ
ACI DE AMPLIACIÓN: Medida apropiada al responder especialmente a los intereses y necesidades de aprendizaje del alumno, que presenta generalmente un alto rendimiento en el ámbito donde se muestra su capacidad o habilidad, pero su motivación es o puede ser más baja en el resto de las formas de procesamiento específico (ej.: matemáticas, razonamiento, plástica…). ƒ
 ACI DE ENRIQUECIMIENTO: En los alumnos con talento verbal es útil la implantación de esta ACI porque les permite la adquisición de conocimientos e información autónomamente. ƒ
ACI MIXTA DE AMPLIACIÓN Y ENRIQUECIMIENTO: Utilización de forma conjunta de las adaptaciones individuales de ampliación y enriquecimiento. Al alumno se le priorizarían y ampliarían los objetivos curriculares del grupo de clase minutos) Utilización de materiales diversos (lápices, ceras, cartón, cartulina, hilos de colores, plastilina, etc.). Se tendrán presentes los tamaños, formas y colores (12 minutos) CORPORAL “Nos movemos” - Representar en el centro del aula lo que el alumno hace al levantarse (ducharse, vestirse, beber la leche, comer la tostada, cepillarse los dientes…). (10 minutos) - Hacer un puzzle sobre una parte del cuerpo humano (12 minutos) NATURALISTA “Cada parte es importante“ - Predecir qué ocurriría si no funcionasen los pulmones, el corazón, el cerebro, las piernas, las manos, los ojos, los oídos) (8 minutos) INTERPERSONAL: “Mis partes del cuerpo” - Funciones de los distintos órganos elegidos en la actividad anterior, recreadas por los niños en parejas. Alternativamente, uno hará de ojos y otro de piernas (cerrando un alumno los ojos el compañero le guiará por el aula). Otros dos alumnos tendrán que hacer, intercambiándose los roles, de manos y oídos (explicando con gestos lo que el otro le cuenta, para que el resto lo adivine. (15 minutos) INTRAPERSONAL: “Así funciona mi cuerpo“ - Charla en la que se comentarán las partes más importantes del cuerpo humano, por ejemplo: el corazón, los pulmones, el cerebro, etc.(10 minutos) - El alumno elegirá la parte que le guste más de su físico y describirá las funciones que desempeña. (5 minutos) 18 y se le introducirían otros nuevos no previstos para el resto de la clase, trabajando también con él las interconexiones entre los contenidos, para que desarrollen y profundicen en los objetivos ampliados. Como medio y forma para planificar y ejecutar la adaptación curricular del talento verbal se pueden establecer cursos multimedia de ampliación (CD) e Internet, supervisados por expertos y autorizados y evaluados conjuntamente por éstos y el tutor del alumno, quienes han de coordinarse (ver propuesta de D. Ceferino Artilles el 10 de abril de 2005 en el Foro del Curso y conferencia impartida el viernes 8 de abril de 2005 en la ULPG por la Profesora de la Universidad Americana de Baltimore, referida principalmente al Área de Matemáticas. En el Periódico “La Provincia” se publicó una entrevista el sábado 9 de abril de 2005. INDIVIDUALIZACIÓN Y DIFERENCIACIÓN DE LAS TAREAS: ƒ INDIVIDUALIZACIÓN DE LAS TAREAS: • Informes o trabajos de investigación, que les hagan utilizar la biblioteca y a establecer los pasos exigidos para la realización de un trabajo, capacitándole para investigar independientemente en un área determinada, seleccionada por él mismo. Por ejemplo, investigar y reflexionar sobre: ƒ La diversidad lingüística de España o de los distintos países. ƒ Analizar el lenguaje utilizado en los diversos medios de comunicación. ƒ Estudio del lenguaje sexista, clasista, etc. • Intervención de un profesor experto o preceptor para que ayude al niño ƒ DIFERENCIACIÓN DE LAS TAREAS: Referida a las actividades que el profesor diseña después de establecer los objetivos curriculares, para alcanzarlos. • Se tendrán en cuentan los diferentes factores existentes que pueden afectar a la dificultad de la tarea: ƒa) la precisión requerida en las tareas; ƒ b) la familiaridad de los alumnos con los materiales utilizados, con los conceptos y el vocabulario; ƒc) el número y tipos de variables que entran en juego 19 en las actividades. ƒ DIFERENCIACIÓN EN LOS LOGROS : • Implica establecer una tarea común en el aula. • La tarea está diseñada para que cada alumno comprenda que exige la misma. ƒ a) desarrollando un trabajo más complejo y con un mayor nivel de planificación; ƒ b) utilizando conceptos más complejos en el desarrollo y planificación del trabajo; ƒ c) realizando medidas más precisas; ƒ d) completando más etapas en la investigación; ƒ e) logrando resultados de forma más precisa; ƒ f) expresando los hallazgos con un vocabulario más sofisticado. Realizar ACTIVIDADES QUE IMPLIQUEN AL ALUMNO con talento verbal e intereses especiales. ƒ Comprender y elaborar discursos orales y escritos, interpretándolos con actitud crítica y aplicando a la comprensión de los mismos a nuevas situaciones de aprendizaje. ƒ Debates sobre temas del currículo ordinario en los que el talento verbal participe de forma activa, liderando la actividad. ƒ Interesarlos por la estructura de las palabras. ƒ Desarrollar la habilidad del alumno para percibir una ortografía correcta como algo necesario. ƒ Utilización del diccionario. ƒ Investigar palabras que resulten apropiadas en determinado contexto. ƒ Complementar la representación verbal que dominan con otras formas de representación en las que tienen dificultades. ƒ Compensar las áreas deficitarias para que alcancen un nivel mínimo de rendimiento. ƒ Ampliar con trabajos que impliquen obtención de información a partir de fuentes documentales de manera autónoma. 20 DOTAR AL AULA Y AL CENTRO de materiales ricos y diversos, diferentes recursos y fuentes de información: ƒ Biblioteca de aula: Libros de lectura, enciclopedias, diccionario, material de escritura, etc. ƒ Ordenador e Internet, puesto que constituyen herramientas donde tienen cabida la habilidad del alumno y puede servir como motivación para el resto de los alumnos. ƒ Otros materiales multimedia: vídeo, proyector de diapositivas, retroproyector, etc., que pueden estar en la clase o en el aula de multimedia. ƒ Colocación de los materiales relacionados con la actividad lingüística en un rincón o zona de la clase. Ello favorece el estilo de aprendizaje del TALENTO VERBAL y le posibilitará trabajar a su propio ritmo, motivando al resto de la clase. (ejemplo, “El rincón del poeta”)



















COMO TRABAJAR LAS INTELIGENCIAS MULTIPLES

La teoría de las inteligencias múltiples fue desarrollada en 1983 por Howard Gardner, psicólogo y experto en ciencias de la educación. Según Gardner, existen ocho inteligencias que utilizan diferentes zonas del cerebro, que están conectadas entre sí pero pueden trabajarse de manera individual: verbal, visual-espacial, cinética-corporal, lógico-matemática, musical, intrapersonal, interpersonal y naturalista. En la actualidad sus teorías siguen utilizándose para conseguir una educación más eficaz y completa. Te damos las claves para que apliques la teoría de las inteligencias múltiples en tus clases y recopilamos recursos para que entiendas mejor en qué consisten y potencies cada una de ellas con tus alumnos.
CUATRO ENLACES PARA SABER MÁS
Los siguientes recursos te servirán para conocer en qué consisten las inteligencias múltiples y qué suponen para la educación:
INTELIGENCIAS Y RECURSOS
La teoría de las inteligencias múltiples concluye que, como no todas las personas somos iguales, tampoco aprendemos de la misma manera, por lo que la educación debe adaptarse a cada persona, ya que no todos nos beneficiamos del mismo tipo de aprendizaje en la misma medida. En este escenario, el profesor se convierte en un guía que enseña al alumno a reconocer sus principales inteligencias y le ayuda a utilizarlas para aprender mejor. Las tecnologías de información y la comunicación pueden aportar mucho para la consecución de este objetivo, ya que permiten esta personalización y gracias a ellas los docentes pueden adaptar la educación a lo que necesitan sus alumnos.
Los siguientes recursos pueden darte algunas ideas para trabajar cada inteligencia o detectar cuál de ellas está más desarrollada en un alumno y resulta más efectiva para aprender. También puedes probar a hacer este test o este en el aula.
  1. 1. Verbal. Sensibilidad al significado de las palabras, su orden y funciones, su sonido, ritmos y métrica, y habilidad para escribir y/o hablar.
    Se potencia con:
    - Escritura creativa.
    - Lectura grupal y comentada.
    - Conferencias, charlas, debates y exposiciones de trabajos
    Recursos para trabajarla: Haced vuestro propio periódico de aula con el que tendréis la posibilidad de trabajar cualquier tema o materia a través del lenguaje. Aquí y aquí tienes ideas para llevarlo a cabo. También podéis organizar una radio.
  2. 2. Visual-espacial. Facilidad para captar el espacio físico y las formas y orientarse.
    Se potencia con:
    - El dibujo y el diseño o la fotografía.
    - Los mapas y esquemas.
    Recursos para trabajarla: Podéis hacer una infografía, un mural interactivo o una presentación.
  3. 3. Cinética-corporal. Habilidad para el baile y el movimiento, para utilizar el propio cuerpo como medio de expresión y aprender a través de la experimentación física.
    Se potencia con:
    - Actividades artísticas.
    - Dramatizaciones.
    - Deporte y ejercicio físico.
    Recursos para trabajarla: Preparad una obra de teatro, que puede ser un recurso didáctico muy versátil o bien organizad juegos deportivos.
  4. 4. Lógico-matemática. Capacidad para trabajar con números y operaciones, deducir y razonar con conceptos abstractos.
    Se potencia con:
    - Retos y experimentos.
    - Cálculos y problemas.
    Recursos para trabajarla: Propón acertijos similares a estos o enigmas como estosjuegos de lógica y construcciones como Crazy Machines o matemáticos como los recopilados por Vedoque.
  5. 5. Musical. Habilidad para captar el ritmo, el tono y el timbre, y sensibilidad para apreciar y expresar a través de la música.
    Se potencia con:
    - Audición y creación musical.
    - Interpretación de instrumentos.
    Recursos para trabajarla: Promueve la creación de ritmos con Beatlab o Incredibox; probad los juegos musicales para niños de la Orquesta Filamónica de Nueva York o de la Sinfónica de San Francisco.
  6. 6. Intrapersonal. Capacidad para conocer los propios sentimientos, pensamientos u objetivos, tendencia a reflexionar y actuar en consecuencia.
    Se potencia con:
    - Autoevaluaciones.
    - Planificación y organización de proyectos.
    Recursos para trabajarla: Anima a tus alumnos a crear un blog en WordPress o Blogger a modo de diario personal, o elaborad un autorretrato con este interactivo en el que cada uno se defina a sí mismo.
  7. 7. Interpersonal. Sensibilidad para entender a otros, empatizar, establecer relaciones, interactuar y liderar.
    Se potencia con:
    - Actividades de grupo.
    - Charlas e intercambios comunicativos.
    Recursos para trabajarla: Organiza un debate sobre una noticia de actualidad como en este ejemplo, o un cine fórum sobre alguna película de este listado.
  8. 8. Naturalista. Talento para observar, comprender y explorar el medio natural.
    Se potencia con:
    - Actividades en la naturaleza.
    - Experimentación.
    - Proyectos de investigación y aplicación del método científico.
- See more at: http://www.aulaplaneta.com/2015/03/11/recursos-tic/recursos-para-trabajar-las-inteligencias-multiples-en-el-aula/#sthash.XmwrOTN1.dpuf

RECURSOS LECTOESCRITURA

RECURSOS LECTOESCRITURA:


En la página web de María Benavent podemos encontrar muchas aplicaciones para trabajar lectoescritura:



También son muy interesantes:

-          Piruletras- Tablet
-          Dyseggxia – para pc


Otros enlaces para trabajar en la pizarra digital:


















AUTISMO EN NIÑOS CON SINDROME DOWN

Diagnosis de autismo en niños con síndrome de Down
Resumen
     No menos del 10% de las personas con síndrome de Down puede también padecer autismo. Los datos exactos son difíciles de obtener. Muchos casos no están diagnosticados o lo están a edades tardías. A la hora de hacer el diagnóstico, muchos profesionales bien no son conscientes de que las dos condiciones pueden coexistir, bien se muestran reticentes a dar el segundo diagnóstico. Diagnosticar el autismo es mucho más complicado que diagnosticar el Síndrome de Down: no hay análisis de sangre, ni marcador genético, ni características faciales u otras que se apliquen a todas las personas autistas. El diagnóstico es subjetivo y se basa en una serie de observaciones concurrentes de ciertos comportamientos. El diagnóstico y el tratamiento del autismo es mucho más crítico que el del síndrome de Down. Sin una detección y una intervención precoces, la vida de una persona con autismo puede ser mucho más limitada que la de una persona con síndrome de Down y a menudo los niños autistas viven en colegios-residencia más que en su casa, debido a la imposibilidad de los padres y del sistema escolar para manejar los comportamientos del niño.
Síntomas de autismo en el síndrome de Down
     El área clave afectada en el desarrollo de un niño con síndrome de Down es el área cognitiva, el desarrollo del pensamiento, del razonamiento y de la comprensión. En dicha área se son de esperar retrasos. Otras áreas del desarrollo son el área social y el área emocional. Estas áreas se desarrollan de modo más cercano a la normalidad en un niño con síndrome de Down, pero no así en un niño con autismo. Coleman y Rogers (1992) describen del siguiente modo el desarrollo social y emocional de un niño con síndrome de Down:
     La mayoría de los bebés con síndrome de Down muestran un retraso mínimo en su desarrollo social y emocional: sonríen cuando se les habla a los 2 meses (rango de 1,5 a 4 meses), sonríen espontáneamente a los 3 meses (rango de 2 a 6 meses) y reconocen a sus padres a los 3,5 meses (rango de 3 a 6 meses); cada uno de estos hitos muestra solamente 1 mes de retraso de media. Aunque algunos estudios sugieren que la intensidad de respuestas afectivas tales como sonreír y reír puede ser ligeramente inferior a la mostrada por bebés ordinarios, los padres responden con afecto a la aparición de la sonrisa y del contacto ocular. Los bebés con síndrome de Down empiezan a disfrutar de juegos infantiles interactivos (cucú-tratrás) sobre los 11 meses de edad (rango de 9 a 16 meses), lo cual representa un retraso de 3 meses con respecto a los bebés ordinarios. Los estudios realizados en el segundo año de vida muestran que los bebés tienen habilidades de comunicación social, utilizándolas para intentar distraer a un adulto de una tarea que el bebé no quiere realizar. Los bebés son cariñosos, afectivos y responden normalmente al contacto físico, a diferencia de otros bebés con otros tipos de discapacidades, entre ellas el autismo.
     Esta respuesta emocional normal continúa a lo largo de la vida adulta, y tal y como han mostrado estudios sobre adolescentes, se convierte en auténtica empatía, lo cual hace que la persona con síndrome de Down sea una persona sensible y socialmente consciente para vivir con ella.
     Por lo tanto, las áreas clave que hay que vigilar en un niño con síndrome de Down cuyo diagnóstico se sospecha que pueda estar complicado con un trastorno del comportamiento como el autismo son el área social y el área afectiva. Algunos profesionales sostendrán que el desarrollo social y afectivo puede verse afectado por retrasos en el desarrollo cognitivo y que no existe evidencia de un trastorno distinto. Aquí es donde interviene la naturaleza subjetiva del diagnóstico de autismo. Es una cuestión de grado.
     Algunos de los comportamientos clave que pueden señalar la posibilidad de autismo en un niño con síndrome de Down son:
  1. Soledad autista extremada. El niño no se relaciona con la gente de un modo normal y prefiere que se le deje solo. El niño parece considerar a las otras personas como objetos y no como personas. No se integrará en un grupo de juegos con otros niños. A diferencia de los niños con síndrome de Down, que son muy afectivos y a los que les gustan los abrazos, el niño autista no quiere ser abrazado.
  2. Deseo ansioso y obsesivo de que su entorno no cambie. Cualquier cambio en la rutina diaria puede causarle un gran disgusto.
  3. Falta de contacto ocular. Es típico de las personas con autismo el que no establezcan contacto ocular, sino que no miren a la gente o miren "a través" de los demás, como traspasándolos.
  4. Muestra movimientos repetitivos estereotipados, tales como sentarse un largo rato con un objeto en su mano, limitándose a moverlo hacia adelante y hacia atrás y a mirarlo.
     En la figura 1 se presenta una lista de los comportamientos autistas más representativos. Algunas de estas características son normales, hasta cierto punto, en un niño con síndrome de Down. Esto complica el diagnóstico de autismo en estos niños. En la sección siguiente, se presentan los criterios DSM-IV para diagnosticar el autismo, junto con anotaciones sobre si cada uno de los comportamientos prevalece más en autismo que en síndrome de Down.
Normalmente, las personas con autismo muestran por lo menos la mitad de las características que se describen a continuación. Estos síntomas pueden variar de leves a severos y la intensidad también puede variar de un síntoma a otro. Además, el comportamiento se da en muchas situaciones diferentes y es claramente inapropiado para su edad.
Dificultad para mezclarse con otros niños

Insistencia en la invarianza del ambiente; resistencia a los cambios de rutina
Risas inapropiadas

Falta de conciencia de peligros reales
Poco o ningún contacto ocular

Juego extraño sostenido
Aparente insensibilidad al dolor

Ecolalia (repetición de palabras o frases en vez de utilizar el lenguaje normal)
Prefiere estar solo; comportamiento distante

Puede no querer ser abrazado ni abrazar
Da vueltas a objetos

No responde a señales verbales; actúa como si fuera sordo
Fijación inapropiada a objetos

Dificultad para expresar sus necesidades; utiliza gestos o apunta con el dedo en vez de usar palabras
Clara hiperactividad física o falta de actividad extrema

Rabietas: muestra una congoja exagerada sin razón aparente
No responde a los métodos tradicionales de enseñanza

Desnivel en la motricidad fina y gruesa (puede no querer dar patadas a un balón, pero apila bloques de construcción)
Adaptado del original del Profesor Rendle-Short, Hospital de niños de Brisbane, Universidad de Queensland, Australia
Figura 1. Lista de comportamientos autistas
Autismo y PDD - Definiciones
     El término oficial para el autismo, utilizado por la American Psychiatric Association en su DSM-IV, es el de Trastorno Generalizado del Desarrollo (en inglés, PDD, siglas de Pervasive Developmental Disorder). Los Trastornos Generalizados del Desarrollo forman un grupo que incluye 5 trastornos susceptibles de ser diagnosticados: Trastorno Autista, Síndrome de Rett, Trastorno Desintegrativo de la Niñez, Trastorno de Asperger y Trastornos Generalizados del Desarrollo no incluidos en otra parte. A veces, el término de autismo se utiliza para describir el trastorno autista y otras veces, se usa para describir los 5 trastornos PDD. Existen también otra serie de trastornos relacionados que en su conjunto se denominan trastornos del espectro autista. Para los objetivos de este artículo, incluyo los 5 trastornos PDD en el autismo.
Diagnóstico de Autismo en el Síndrome de Down. Lista del DSM-IV
     El autismo se diagnostica observando el comportamiento del paciente. Hay 16 síntomas descriptivos que examinar. Si se observa una combinación apropiada de ocho de ellos, se establece un diagnóstico de autismo. Estos síntomas se agrupan en cuatro áreas generales: Interacciones sociales severamente deterioradas, Imaginación y comunicación severamente deterioradas, Intereses y actividades extremadamente limitados y Síntomas observados por vez primera en la infancia o niñez temprana. En algunos casos, como en el síndrome de Down, el retraso mental puede enmascarar el autismo y el diagnóstico puede retrasarse o no darse nunca.
     Los criterios diagnósticos para el autismo dados por la American Psychiatric Association están contenidos en su Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, cuarta edición (DSM-IV). El diagnóstico es bastante complejo y es reconocido únicamente cuando lo lleva a cabo un profesional cualificado.
     Diagnosticar el autismo en una persona con síndrome de Down es un poco más difícil que en una persona sin este síndrome. Algunos de los criterios del autismo aparecen normalmente en las personas Down y esto no significa que el autismo esté presente. A continuación, se describe el DSM-IV para el trastorno autista con apuntes después de cada uno de los criterios, indicando si este criterio se encuentra normalmente en el síndrome de Down o es más indicativo de autismo. Al diagnosticar autismo en una persona Down, el profesional deberá examinar cada uno de los criterios viendo si es un rasgo normal en una persona con Down y, si es un rasgo normal, es más severo de lo que se encuentra normalmente en una persona Down.
  1. Deben cumplirse seis o más manifestaciones de (1), (2) y (3) cumpliéndose como mínimo dos elementos de (1), uno de (2) y uno de (3).
    1. Trastorno cualitativo de la relación social, expresado como mínimo en dos de las siguientes manifestaciones:
      1. Trastorno importante en muchas conductas de relación no verbal, como la mirada a los ojos, la expresión facial, las posturas corporales y los gestos para regular la interacción social.
        • No se dan normalmente en el síndrome de Down, más indicativos de autismo.
      2. Incapacidad para desarrollar relaciones con iguales adecuadas al nivel evolutivo.
        • No se dan normalmente en el síndrome de Down, más indicativos de autismo.
      3. Ausencia de conductas espontáneas encaminadas a compartir placeres, intereses o logros con otras personas (por ejemplo, de conductas de señalar o mostrar objetos de interés).
        • Presente en alguna medida en el síndrome de Down, pero mucho más pronunciado en autismo.
      4. Falta de reciprocidad social o emocional.
        • Presente en alguna medida en el síndrome de Down, pero mucho más pronunciado en autismo.
    2. Trastornos cualitativos de la comunicación, expresados como mínimo en una de las siguientes manifestaciones:
      1. Retraso o ausencia completa de desarrollo del lenguaje oral (que no se intenta compensar con medios alternativos de comunicación, como los gestos o mímica).
        • No se da normalmente en el síndrome de Down.
      2. En personas con habla adecuada, trastorno importante en la capacidad de iniciar o mantener conversaciones.
        • Se da normalmente en el síndrome de Down, pero no con la misma intensidad que en autismo.
      3. Empleo estereotipado o repetitivo del lenguaje, o uso de un lenguaje idiosincrático.
        • Se da algo en el síndrome de Down, pero no con la misma intensidad que en autismo.
      4. Falta de juego de ficción espontáneo y variado, o de juego de imitación social adecuado al nivel evolutivo.
        • No se da normalmente en el síndrome de Down.
    3. Patrones de conducta, interés o actividad restrictivos, repetidos y estereotipados, expresados como mínimo en una de las siguientes manifestaciones:
      1. Preocupación excesiva por un foco de interés (o varios) restringido y estereotipado, anormal por su intensidad o contenido.
        • No se da normalmente en el síndrome de Down.
      2. Adhesión aparentemente inflexible a rutinas o rituales específicos y no funcionales.
        • No se da normalmente en el síndrome de Down.
      3. Estereotipias motoras repetitivas (por ejemplo, sacudidas de manos, retorcer los dedos, movimientos complejos de todo el cuerpo, etc).
        • No se da normalmente en el síndrome de Down.
      4. Preocupación persistente por partes de objetos.
        • No se da normalmente en el síndrome de Down.
  2. Antes de los tres años, deben producirse retrasos o alteraciones en una de estas tres áreas: (1) Interacción social, (2) Empleo comunicativo del lenguaje, ó (3) Juego simbólico.
    • Los niños con síndrome de Down presentarán normalmente algunos déficits en estas áreas, dependiendo de la profundidad de su retraso mental. Como estos déficits son esperados, se suelen ignorar en los informes y no se registran. Por lo tanto, cuando se diagnostica autismo a una edad más avanzada y se buscan los informes anteriores para ver las anotaciones sobre estas áreas, o bien no se encuentran en los informes oficiales del niños o bien han sido olvidadas porque no se consideraban relevantes en aquel tiempo. El profesional que esté realizando el diagnóstico podría por lo tanto descartar un posible diagnóstico de autismo porque aparentemente (y falsamente) estas características no estaban presentes antes de los 36 meses de edad. A causa de esta peculiaridad en el diagnóstico, existen probablemente muchas personas con síndrome de Down y autismo, no habiendo sido éste último diagnosticado.
  1. El trastorno no se explica mejor por un Síndrome de Rett o trastorno desintegrativo de la niñez.
Cuestiones relativas al diagnóstico de autismo en personas con síndrome de Down
     Existen un cierto número de razones por las cuales no hay constancia de muchos casos de autismo en personas con síndrome de Down.
     Una de ellas radica en los criterios diagnósticos, que requieren la aparición de síntomas antes de los 3 años de edad. En el caso del síndrome de Down, los padres de un niño con síndrome de Down y los profesionales que los atienden están más preocupados con el síndrome de Down en sí y sus posibles complicaciones en cuanto a problemas cardíacos, leucemia y otros problemas. Se espera que haya retraso en el desarrollo. Dado que estos retrasos del desarrollo son esperados, simplemente no se les ocurre ni a los padres ni a los profesionales que pueda haber autismo. Los padres probablemente no han oído hablar nunca de autismo e ignoran todo acerca de sus síntomas. Esto mismo puede ocurrir con algunos profesionales que se ocupan del niño con síndrome de Down. Solamente el más astuto de los profesionales del diagnóstico podría reconocer la presencia del autismo en un niño con síndrome de Down antes de los 3 años de edad. Solamente cuando el niño crece, o si los padres insisten, puede aparecer con claridad que el autismo está presente. Pero algunos profesionales pueden aplicar la regla de los 3 años y descartar un diagnóstico de autismo al no aparecer registrados en los informes determinados síntomas antes de los 3 años. La cuestión de la aparición temprana constituye por lo tanto un obstáculo importante para el diagnóstico.
     Otra dificultad radica en el hecho de que en las personas con síndrome de Down se dan ya algunos criterios del DSM-IV como parte del propio síndrome de Down. Cuando el profesional intente detectar 8 de los 16 criterios específicos del autismo, puede caer en la tentación de descartar estos síntomas como característicos del síndrome de Down y no contabilizar los suficientes síntomas como para dar un diagnóstico de autismo.
     Asimismo, algunos profesionales pueden considerar únicamente como autismo el autismo de Kanner, en el cual el retraso mental es leve o nulo y descartar un diagnóstico de autismo en el caso del síndrome de Down, en el que existe normalmente retraso mental. Otros pueden descartar el diagnóstico de autismo debido a que sus causas son normalmente nebulosas o desconocidas en un caso individual, y dado que existe retraso mental en el síndrome de Down, pueden decir que ya que existe una causa conocida, no ha lugar el diagnóstico de autismo.
     Algunos profesionales pueden no querer agobiar a la familia con otra etiqueta adicional de autismo. Este hecho le quita a la familia la oportunidad de unirse a grupos de apoyo de autismo y a buscar tratamientos de autismo. Si bien es cierto que protocolos de tratamiento de autismo y síndrome de Down se solapan y tienen muchas características comunes, los tratamientos del autismo son mucho más intensos. Y el tratamiento del autismo es mucho más crítico para prevenir consecuencias para toda la vida.
     Los problemas anteriormente expuestos se plantean en la parte de texto del DSM-IV, que se muestra favorable a establecer un diagnóstico de autismo cuando están presentes los síntomas. No hay nada, ni en la parte de texto ni en la lista de criterios diagnósticos, que sugiera un posible rechazo a diagnosticar autismo en una persona con síndrome de Down y/o retraso mental. El texto especifica claramente que muchas personas autistas tienen también retraso mental. También especifica que si hay una pérdida de información sobre los primeros años de vida o si los datos no son claros en cuanto a la aparición de síntomas antes de los 3 años de edad, debería darse un diagnóstico de autismo.
     Estoy en contacto con bastante padres que tienen niños con un diagnóstico dual de síndrome de Down y autismo. Todos ellos han contado que tuvieron grandes dificultades para obtener un diagnóstico dual. No podían entender el fracaso de sus hijos para desarrollarse social y emocionalmente, con déficits más allá de los que se presentan normalmente en un niño con síndrome de Down. Tuvieron que dar muchas vueltas y suplicar literalmente a los profesionales que les dijeran qué es lo que pasaba a sus hijos. No se trata de casos de padres hipocondríacos que intentaban coleccionar diagnósticos, sino más bien de padres que deseaban saber qué era lo que funcionaba mal en sus hijos.
Estudios
     Los estudios sobre autismo en el síndrome de Down son más bien escasos. Ghazziuddin (1992) encontró dos niños que cumplían los criterios del DSMIII-R para autismo, de una población de 40 niños con síndrome de Down. Wing y Gould (1979) diagnosticaron, dentro de un grupo de 30 niños con síndrome de Down, a cuatro niños que tenían autismo o estaban dentro del espectro autista. Turk (1992) registró que un 9% de sus series de niños con síndrome de Down cumplían todos los criterios de autismo. Lund (1988) diagnosticó a 5 adultos con autismo, de un grupo de 44 con síndrome de Down. Bregman (1988) y Wakabayashi (1979) también describieron a niños con diagnóstico dual. Howlin y cols. (1995) describieron a 4 chicos con síndrome de Down, que fueron diagnosticados como autistas entre los 8 y 11 años. Los autores informan que, aunque no existe ningún estudio epidemiológico sobre la prevalencia de trastornos del espectro autista en una gran población de niños con síndrome de Down, la evidencia actualmente disponible sugiere que es del orden del 30%. Asimismo, en este artículo, los autores comentan que el Dr. Ghazziuddin les había comunicado personalmente que había encontrado un 10% de casos de autismo en sus pacientes con síndrome de Down. El Dr. Ghazziuddin también me ha comunicado a mí personalmente que el 10% es un número bastante razonable. Ghazziuddin (1997) describe a tres personas con síndrome de Down y autismo. Gillberg y cols. (1986) encontraron un 5% de personas con autismo en una población de 20 personas con síndrome de Down.
     Se han llevado a cabo bastantes estudios con una gran población de personas con síndrome de Down y sus resultados han mostrado una proporción muy baja de casos de autismo. Gath y Gumley (1986) encontraron un 1% de personas con autismo, de un grupo de 193 personas con síndrome de Down. Meyers y Pueschel (1991) encontraron un 1% de personas con autismo, de un grupo de 497 personas con síndrome de Down. Collacut y cols. (1992) encontraron un 2,2% de personas con autismo, de un grupo de 371 personas con síndrome de Down. Los bajos índices obtenidos en estos estudios pueden ser engañosos. Estos estudios se llevaron a cabo por investigadores que buscaban trastornos psiquiátricos en niños y adultos con retraso mental. No buscaban específicamente el autismo. Se hicieron diagnósticos de depresión, psicosis, trastornos de la personalidad, trastornos de conducta, esquizofrenia, trastornos emocionales, autismo y muchos otros. Algunos se hicieron utilizando versiones de 1980 del DSM-III o del ICD-9. Uno de los estudios se hizo examinando antiguas historias clínicas y haciendo un diagnóstico retrospectivo basado en observaciones realizadas muchos años antes por personas que manejaban conceptos anticuados, tales como la rutinaria clasificación del autismo como esquizofrenia. Dos de los autores admiten que las personas diagnosticadas con psicosis podrían también haber sido agrupadas como autistas. Un autor estableció el diagnóstico de psicosis en varios casos de comportamientos autistas porque estos comportamientos no habían sido registrados antes de los 30 meses de edad. He revisado estos estudios y reclasificado aquellos casos en los que el autor sugería que se podría haber establecido un diagnóstico de autismo en vez de otros trastornos y he recalculado los índices de autismo. El resultado alcanzó hasta un 16%.
     Como ya se mencionó anteriormente, para empezar el diagnóstico de autismo es bastante subjetivo, y se vuelve más confuso en personas con síndrome de Down y otras formas conocidas de retraso mental. Es muy difícil encontrar datos estadísticos claros y válidos, debido a las dificultades que existen para diagnosticar el autismo. No se trata de establecer estadísticas claras y científicas, sino de que los dos trastornos pueden darse a la vez y en un número significativo de personas. Como las limitaciones en autismo son mucho mayores, tal y como se ha comentado anteriormente, es muy importante reconocer un caso de autismo en un niño con síndrome de Down, para que se puedan poner en marcha protocolos de tratamiento más apropiados y los padres puedan buscar también apoyo fuera de la comunidad del síndrome de Down.