jueves, 28 de abril de 2016

ADAPTACIONES EN NIÑOS CON AACC

1.- Introducción.


         El profesor Julián Stanley de la Universidad americana Johns Hopkins (Baltimore) afirmaba en el Congreso sobre Alta Capacidad celebrado en la Universidad de Navarra en septiembre de 2004 “los alumnos más capaces, entrenados y educados correctamente, son la garantía de prosperidad de un país”. Y añadía: “las claves para atender a estas personas vienen de la flexibilidad curricular y de una excelente articulación de actividades realizadas dentro y fuera del colegio”.

         Estamos totalmente de acuerdo con el profesor Stanley en que si bien hay muchas formas de responder adecuadamente a las necesidades de estos alumnos, son precisamente las adaptaciones curriculares junto con otro tipo de actividades los recursos de que disponemos  para llevar a cabo esta atención educativa.

         Las adaptaciones curriculares, como muy bien señala Mª Victoria Reyzabal, “permiten a corto plazo que el alumno o alumna amplíe y profundice en contenidos, habilidades y estrategias que implican un nivel de pensamiento superior y dan respuesta al frecuente desfase curricular que puede generarse en relación al resto del grupo”.

         En España, al igual que en otros países desarrollados, existe una falta de oportunidades para que los niños que lo necesiten reciban una educación adicional. Estamos penando sin darnos cuenta el desarrollo cognitivo y el potencial de aprendizaje de los alumnos más inteligentes.

Ocurre incluso en Estados Unidos, país muy desarrollado, donde esta educación adicional escasamente se cubre con estudios “on line”, con los cursos en academias de verano, con escuelas especiales o con programas de entrada precoz a la universidad.

En nuestro país, salvo en contadas autonomías, tampoco existen programas de atención educativa  a estos muchachos. Sólo algunos cursos de fines de semana o las actividades organizadas por las Asociaciones de padres con hijos superdotados. Muy poco para facilitar el progreso educativo a una cantidad tan elevada de alumnos inteligentes escolarizados en nuestras aulas. La tendencia a la uniformidad en los planteamientos metodológicos y en los criterios de evaluación elimina posibles iniciativas.

Por otra parte, todos sabemos que el método perfecto no existe y que cada profesor debería, de alguna manera, inventarse el suyo. Especialmente a la hora de adaptarlo a los diferentes ritmos de aprendizaje de sus alumnos. Ritmo que en los más inteligentes es más rápido y donde el libro de texto puede resultar insuficiente para atender puntualmente sus necesidades educativas.

De aquí también se deduce que todos los centros deberían disponer de los recursos pedagógicos necesarios para responder de forma eficaz, mediante las medidas curriculares (generalmente adaptaciones) adecuadas, a las necesidades educativas de los más capaces. Todo ello dentro del marco normativo de la correspondiente Comunidad Autónoma con trasferencias educativas que recogerá no sólo el recurso de las medidas  curriculares sino también el de la flexibilización o aceleración.

         En definitiva “un sistema educativo serio y responsable no puede contentarse con el primer paso del proceso educativo (detección y evaluación). Debería, por exigencia intrínseca del proceso integral educativo, atender y dar respuesta práctica a las características y necesidades educativas individuales que la detección y evaluación han descubierto. Sería como “una traición educativa saber cómo es un alumno y abandonarlo luego, sin ofrecerle una alternativa educativa adecuada a sus específicas necesidades y características” (CIDE.- MEC. 2000)

Y en este sentido se expresa muy bien el profesor Ramón Acin cuando afirma: “debemos atender tanto a los que se descuelgan porque les aburre volver una y otra vez a conocimientos que ya poseen como a los que no llegan a ese punto medio. Ese es el gran fallo del sistema. Se atiende a quien no llega y se olvida quien lo sobrevuela”.

En cualquier caso, veamos en esta Unidad todo lo relacionado con las adaptaciones curriculares ya que como decíamos anteriormente es el recurso más eficaz que tienen a su alcance los profesionales de la educación para atender a los alumnos con altas capacidades.

2.-Concepto de adaptación curricular


La LOGSE (ley derogada por la LOCE) decía en su artículo 4.1.: "se entiende por currículo el conjunto de objetivos, contenidos, métodos pedagógicos y criterios de evaluación de cada uno de los niveles, ciclos, etapas… que regulan la actividad docente."

En esta misma línea podríamos definir las adaptaciones curriculares como "el conjunto de modificaciones y/o ajustes llevados a cabo en uno o en algunos de los elementos de acceso al currículo como:
·         Elementos personales: intervención del profesorado, apoyos, especialistas, etc.
·         Elementos organizativos: agrupamientos, horarios, rincones, etc.
·         Elementos materiales: ordenadores, programas informáticos, cuadernos de entrenamiento cognitivo, material adecuado, etc.
·         y en los elementos curriculares básicos, como objetivos, contenidos, metodología, actividades, evaluación… para proporcionar la respuesta educativa adecuada a un alumno o a un grupo de ellos/as dentro de un tiempo previamente establecido".
Una adaptación curricular puede programarse para llevarla a cabo a lo largo de una quincena, de un trimestre o de todo un curso

Las orientaciones didácticas del MEC señalan que "las adaptaciones curriculares son un continuo. En un extremo estarían aquellos cambios habituales que el profesorado introduce en su enseñanza para dar respuesta a la existencia de diferencias individuales…(alumnos menos y más inteligentes que la media del grupo). En el otro, las adaptaciones que se apartan significativamente del currículo ordinario (modificaciones que afectarán a todos los elementos básicos del mismo).

Un ejemplo de simple ampliación o modificación (adaptaciones poco significativas) sería el siguiente: en una programación normalizada de 4º de Primaria, alumnos/as de 10 años, un objetivo a alcanzar por toda la clase en el área de matemáticas es " desarrollar la capacidad para comparar fracciones con la unidad y fracciones de igual denominador entre sí". Este mismo objetivo, ampliado para los alumnos inteligentes, quedaría igual pero añadiendo: "estableciendo relaciones de orden y equivalencia".

Otro ejemplo de modificación sencilla en una clase de Lengua de 2º de ESO, 12/13 años, sería: objetivo para toda la clase, "realizar una composición escrita interpretando el cuento de los Tres Deseos". Y el objetivo modificado para alumnos inteligentes: "realizar una composición escrita interpretando moralmente el cuento de los Tres Deseos".

Las modificaciones más profundas, más significativas, deben elaborarse y llevarse a cabo cuando un alumno inteligente aprende con facilidad, progresa a un ritmo mucho más rápido que el resto de sus compañeros, termina las tareas antes que ellos, utiliza estrategias de aprendizaje menos convencionales, se aburre en clase y, en definitiva, alcanza en menos tiempo y con mayor precisión los objetivos del currículo o de la programación. Es entonces cuando de alguna manera, debe adaptarse esa programación a su ritmo de aprendizaje y a su forma de aprender.

En este sentido y como norma general podríamos señalar que en aquellos casos en los que un alumno/a destaca claramente por sus altas capacidades, el profesorado deberá ser muy precavido a la hora de ampliar y/o enriquecer el currículo y realizar previamente un análisis profundo de las necesidades educativas de ese/a alumno/a así como de las posibilidades de respuesta existentes tanto en el contexto escolar como en el familiar. No debemos programar alegremente una serie de actividades de enriquecimiento cuyo desarrollo puede resultar complicado por falta de recursos, por falta de tiempo o por falta de colaboración.

3.-Ventajas de las adaptaciones curriculares.


La forma más frecuente de realizar estas adaptaciones curriculares, tal y como venimos señalando, es ampliando o enriqueciendo el currículo normalizado. De este modo obtenemos, al menos, tres grandes ventajas: por un lado toda la clase puede beneficiarse de la adaptación ya que los alumnos que terminan antes sus tareas tienen la oportunidad de realizar también las actividades que llevan consigo las adaptaciones. Por esta razón es siempre aconsejable realizar los primeros ajustes pensando en el grupo. Si bien teniendo en cuenta las diferencias y las necesidades individuales ya que el grado de consecución previsto no será el mismo para todos. De esta forma alejamos a los más capaces del aburrimiento y la frustración que podría conllevar una marcha lenta de la clase.

Otra ventaja es que los alumnos muy inteligentes son atendidos en su misma clase sin necesidad de tener que salir fuera para realizar otro tipo de actividades. Es decir, cada alumno puede conseguir sus objetivos, aunque difieran de los del grupo, con el mayor grado posible de participación en la dinámica general del aula.

La tercera ventaja, quizá la más importante si tenemos en cuenta lo observado en nuestro Seminario, es que estos muchachos no se aburren, están más motivados y su rendimiento escolar estará más acorde con sus posibilidades. Además los padres pueden observar esta mayor motivación y progreso de sus hijos, y por tanto, sentirse más satisfechos.

4.-Formas de realizar la ampliación y/o enriquecimiento


         Antes de hablar de formas o modos de realizar la ampliación o el enriquecimiento curricular, consideramos oportuno matizar el significado de estos dos términos. Términos que, por otro parte, utilizamos con frecuencia indistintamente ya que en el fondo son dos formas de trabajo similares e incluso complementarias.

         La ampliación se refiere, fundamentalmente, a los contenidos, sobre todo a los contenidos conceptuales, pero sin que ello afecte significativamente a otros elementos del currículo. En una clase de matemáticas, por ejemplo, un profesor puede programar más ejercicios para un alumno con altas capacidades. En una clase de lengua donde se está trabajando sobre "la Generación del 98" un profesor puede ampliar para el/la alumno/a superdotado, más autores, más características, más obras.

         El enriquecimiento se refiere también a los contenidos, especialmente a los procedimentales, que en algunos casos afectan sustancial y significativamente a otros elementos básicos del currículo como objetivos, metodología o criterios de evaluación. Un profesor en clase de matemáticas puede proponer al alumno sobredotado distintos enfoques de un problema, o inventar nuevos problemas más complejos y variados. Un profesor, en una clase de lengua donde se está trabajando "la Generación del 98", puede proponer la lectura de obras representativas y a través de ellas llegar a un mejor conocimiento de los autores y de la época.

         Hechas estas matizaciones digamos ahora que la ampliación y/o el enriquecimiento pueden también realizarse utilizando dos formas de trabajo: la forma vertical y la forma horizontal.

4.1.- Dos formas de ampliación/enriquecimiento: vertical-horizontal.


Ø  La utilización de la forma vertical es aconsejable cuando queremos ampliar, completar o introducir nuevos contenidos en uno o en varios temas concretos de áreas como Lenguaje, Matemáticas, Conocimiento del medio, etc. Pensamos que está especialmente indicada para aquellas clases en las que hay matriculado algún alumno/a talentoso que destaca en alguna de estas áreas. Por ejemplo, a un alumno/a que lee mucho, que redacta muy bien y que presenta claras inquietudes literarias habrá que proporcionarle lecturas adecuadas, seleccionar sus composiciones escritas y favorecer las inquietudes hacia el área lingüística, debatir sobre temas literarios concretos, etc.

En el área de matemáticas también un profesor puede programar contenidos de cursos superiores para los alumnos/as más inteligentes de su clase. Por ejemplo, si domina las 4 operaciones y realiza problemas con facilidad, el profesor puede introducir anticipadamente las fracciones. Si domina la raíz cuadrada o la regla de tres simple puede introducir la raíz cúbica o la regla de tres compuesta.

Ø  La utilización de la forma horizontal es aconsejable cuando queremos tratar los contenidos del currículo con mayor profundidad y extensión, buscando el mayor número de interconexiones posibles, no sólo dentro de la misma asignatura, sino también con el resto de las áreas. Es decir, cuando más que la cantidad de información adicional lo que se busca es la conexión entre las informaciones que tenemos a nuestro alcance.

 

4.2.- Un ejemplo en Matemáticas y Lenguaje.-


Veíamos al hablar del enriquecimiento cómo un profesor de matemáticas o de lengua puede programar actividades más complejas para los alumnos con altas capacidades. Si hemos trabajado, por ejemplo, el sistema métrico decimal, o las fracciones o el Teorema de Pitágoras, en cada uno de estos temas podemos programar problemas con distinto grado de dificultad y con distintas variantes. También podemos buscar una mayor precisión y rapidez, un razonamiento más completo, otros enfoques o vías de solución, etc.

En el área de lenguaje, por ejemplo en una clase de 3º de ESO, se ha trabajado a lo largo de varias sesiones, la novela picaresca "El Lazarillo de Tormes" y todos los alumnos han leído el libro que además se ha comentado y analizado desde distintos puntos de vista. El profesor les propone que realicen una composición escrita resumiendo lo más importante de la obra. A los más inteligentes les propone el mismo trabajo pero incluyendo la elaboración de un capítulo de " El Lazarillo", inventado por ellos mismos y con un lenguaje parecido. Trabajo que pueden realizar en la clase de lengua, una vez finalizadas las tareas ordinarias.

4.3.- Opinión de los profesores.


La opinión generalizada de los profesores participantes en el Seminario fue que preferían llevar a cabo el enriquecimiento horizontal antes que el vertical. Dicho en términos coloquiales “sacarles chispas” a los temas y apurar todas sus posibilidades. Enseñar contenidos de cursos superiores podría presentar futuras dificultades si estos alumnos, al promocionar al curso siguiente, no encuentran respuesta a su superior competencia curricular. Algo parecido podría ocurrir si durante algunas horas pasasen a una clase superior en matemáticas o lenguaje. Además de los problemas de tipo organizativo, de encajes de horario, de contenidos, etc.  En definitiva, si un tema de matemáticas, por ejemplo el teorema de Pitágoras, puede trabajarse de mil maneras, es preferible hacerlo antes de pasar a otro tema como podría ser el teorema del cateto.

         En cualquier caso, volvemos a insistir, la ampliación y el enriquecimiento, la forma vertical y la horizontal, son dos modos de elaborar una adaptación curricular que unas veces se identifican y otras se complementan. Lo que realmente importa es que el profesor sepa utilizar ambas formas a partir del currículo normalizado y aumentar gradualmente la complejidad de la ampliación/enriquecimiento de acuerdo con las necesidades educativas de ese alumno/a inteligente. A mayor diferencia entre la capacidad intelectual de un alumno y la media del grupo mayor deberá ser también la diferencia entre el currículo normalizado y el ampliado/enriquecido y por tanto más significativa será la correspondiente adaptación.

5.- Adaptaciones en el qué enseñar (contenidos)


         Cuando al astronauta Pedro Duque a los 9 años de edad, le pasaron un test de inteligencia en el Centro de Psicología y Psicotecnia Isaac Peral de Madrid, los resultados dieron un cociente intelectual de 240 ( la media es de 100-110).

         Ante una cifra tan disparatada el director médico del centro llamó a sus padres y les dijo que “el niño necesitaba una atención especial para no desperdiciar sus aptitudes”. Y con una expresión muy gráfica añadió “miren ustedes, ahora al niño le ocurre lo mismo  que le ocurriría a un elefante si se le diese de comer como a un pajarillo”.

         En situaciones parecidas, aunque no tan destacadas, puede encontrarse un profesor si en su clase hay algún alumno que aprende a un ritmo mucho más rápido que el resto y además lo hace con mayor rigor y profundidad. Es entonces cuando debería plantearse muy en serio “que enseñar a este alumno/a”, “que tipo de enseñanza adicional”, además de los objetivos y contenidos de la programación normalizada, debe incluir en cada caso.

         En este sentido, hemos venido comentando que los profesores con alguna experiencia a la hora de elaborar y aplicar adaptaciones curriculares con alumnos inteligentes prefieren profundizar en los contenidos del currículo normalizado y relacionarlos con otros antes que añadir contenidos nuevos o de cursos superiores. En este último caso, si no se hace tras un detenido análisis de las necesidades educativas de los alumnos/as más capaces y de los recursos de que disponemos (profesores, tiempo, materiales, organización, etc.) podríamos favorecer una aceleración encubierta que a la larga sería más perjudicial que beneficiosa.

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