miércoles, 5 de junio de 2019

TDHA EN SECUNDARIA


La secundaria es una etapa educativa compleja que coincide con la adolescencia del alumnado con TDAH, por lo que es importante anticiparse a las posibles dificultades relacionadas con su trastorno que puedan surgir. Además es un momento en que el sistema cambia para ser menos controlador, en el centro educativo se espera un mayor nivel de responsabilidad y de autonomía personal de los chicos y chicas. Los estudiantes de secundaria tienen más profesores, uno por cada materia, a veces incluso existe un aula diferente para cada materia, y esto es así cuando los estudiantes empiezan a elegir opciones en el currículo académico. Los chicos y chicas con TDAH pueden tener grandes dificultades para adaptarse a las singularidades de esta etapa educativa. Este momento puede poner en crisis las limitadas capacidades de autocontrol del estudiante, que se puede perder con tantos cambios.
En esta etapa existe un mayor riesgo de que se produzca fracaso es- colar. Un niño o niña con este trastorno que llegue a esta etapa sin haber conseguido mejorar sus síntomas, sin haber aprendido a organizarse, a estudiar priorizando, llegará probablemente sin la motivación para estudiar a largo plazo. En este momento muchos chicos y chicas lo verbalizan como
«yo no valgo para estudiar» o «en cuanto pueda, me pongo a trabajar». El esfuerzo que tienen que hacer para conseguir unos resultados en ocasiones decepcionantes hace que vayan pensando en otras maneras de organizar su futuro, diferentes del estudio. Que el chico o chica llegue a esta etapa cono- ciendo cuáles son sus capacidades, y conociéndolo también su familia y los profesores, es muy importante para que reciba el adecuado consejo respecto a las decisiones que debe ir tomando sobre las materias en las que quiere ir profundizando. Cada vez el chico o chica va a ir haciendo más lo que él quiere y menos lo que desea su familia, y la motivación y la autoestima, son dos motores esenciales para llevar a cabo cualquier actividad de forma competente. El inicio de la adolescencia es la consecuencia de la infancia. 




Pero después aparecen muchas influencias externas, en forma de compañeros del colegio, o la exposición a los riesgos o tentaciones de trasgresión social (absentismo, drogas, etc.) que pueden también dar un giro al desarrollo de un chico o chica que no esté bien anclado en una identidad clara, fuerte, segura. Estas características de personalidad son más difíciles de ir adquiriendo por parte de chicos o chicas con dificultades de aprendizaje y de comportamiento como es el caso del alumnado con TDAH. Por ello son más vulnerables a tener dificultades propias de la adolescencia, además de los problemas derivados de la hiperactividad, inatención e impulsividad. Los contenidos académicos son más complejos, más abstractos.



Parte del aprendizaje en la educación primaria es aprendizaje de herramientas o técnicas instrumentales, como la lectura, la escritura y el cálculo. 
En secundaria es necesario dominar las herramientas de aprendizaje y tener suficiente capacidad de concentración para estudiar. Cuando éstas fallan, el esfuerzo requerido para aprender es mucho mayor, y el adolescente va perdiendo interés por el estudio.


ESTRATEGIAS PARA MEJORAR LA ATENCIÓN EN SECUNDARIA
Trabajar la atención es uno de los entrenamientos fundamentales, ya que una deficiente capacidad de atención puede interferir en el propio aprendizaje, incluso puede provocar un rendimiento académico inferior a las posibilidades reales del alumnado con TDAH.
Los problemas de inatención y dispersión provocan disminución sensible en el rendimiento académico y fracaso escolar repetido. Si se combinan el bajo rendimiento académico y los problemas de conducta debido a la impulsividad, esto conduce a conflictos crecientes en el centro educativo que en ocasiones termina en abandono escolar.

Propuestas metodológicas
  Crear rutinas que posibiliten una mejor organización de las sesiones y que permitan al alumnado anticipar lo que viene a continuación.



  Estructurar las sesiones de forma que resulten dinámicas y moti- vadoras. Utilizar diferentes formas de presentación del contenido, libro, fichas, soporte informático, investigación en grupos, búsque- da activa en parejas o individualmente.

  Reducir el tiempo dedicado a las explicaciones verbales, buscando una mayor implicación del alumnado.

  Explicar previamente el vocabulario que puede ser nuevo o des- conocido.

  Favorecer la participación.

  Explicar con detalle, de forma individual si es necesario, los procedi- mientos de resolución de las actividades o tareas que se plantean.

  Enseñar y aplicar de forma práctica técnicas de estudio en el día a día del aula: realizar esquemas, incentivar el subrayado, etc.

Aprender a aprender
  Hacer que pida ayuda sin anticiparnos a lo que necesite.

  Estimularle para que cree su propio sistema para recordar los pro-esos más habituales de la vida escolar: preparar la mochila, hacer la tarea, entregar un trabajo, etc.

  Actuar como mediador entre el alumno o alumna y las estrategias y modalidades para aprender, asimilar e interiorizar contenidos. Posibilitar encuentros individuales previos y posteriores a la sesión.

  Transmitir conocimientos por medio de la asociación y las vivencias, partiendo de conocimientos previos y acercando los contenidos o su presentación a los intereses del alumnado.

  Fomentar la realización de ejercicios prácticos.



Motivación
  Asegurarse de que el alumno o alumna conoce las características de su trastorno y que comprende las posibilidades que tiene y las dificultades que implican.

  Descubrir junto con el alumno o alumna sus potenciales, para ayu- darle a sentirse mejor y posibilitar su desarrollo personal.

  Fomentar la buena conducta y la utilización del elogio, buscando y resaltando el éxito tanto como sea posible.

  Ofrecer algún tipo de incentivo que ayude al alumno o alumna a interesarse por conseguir una meta, partiendo de una búsqueda previa de sus intereses.

Ajuste curricular
  Adaptar el programa educativo a las necesidades individuales de cada alumno o alumna.

  Explicar al grupo en qué consiste una adaptación curricular, clarifi- car que no implica reducir el nivel de exigencia.

  Fomentar en el grupo el respeto a las diferencias entre el alumnado.


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