viernes, 7 de junio de 2019

La evaluación en AACC

Lo primero que tenemos que reflexionar es si lo que evalua-mos es lo que realmente valoramos y consideramos importante para desarrollar en nuestros alumnos. Deberíamos reflexionar sobre esta pregunta: ¿valoramos lo que evaluamos o evaluamos lo que valoramos?
Una evaluación inicial y continua permite graduar la enseñanza, ajustándola al ritmo y estilo de aprendizaje de cada niño. Si se quiere atender a la diversidad, se ha de usar la evaluación para diferenciar las enseñanzas y los aprendizajes.
El referente que utilicemos para calificar también es importante, ya que, si usamos únicamente referentes externos para evaluar, los calificaremos según la escala que hayamos establecido (1 a 10, suspenso a sobresaliente). Sin embargo, puede que algunos de nuestros alumnos con altas capacidades, sin hacer esfuerzos, estén obteniendo buenas calificaciones. Por eso, es necesario complementar la evaluación siguiendo criterios externos con una evaluación idiográfica, en la que el criterio sea el propio alumno y que de forma cualitativa se pueda plasmar su progreso. Los registros que se pueden usar, podrían ser un portafolio, donde se guarden las tareas realizadas, fechas de finalización y comentarios del profesor.
Por último, tenemos que reflexionar sobre el modelo de informe de evaluación que vamos a usar. Matizar los resultados de la evaluación en un informe descriptivo (o al menos que se aproxime a ello) aporta más información a la persona que un número. Si como alumno quiero que la evaluación del profesor me sirva para aprender, me resulta más valioso su comentario de experto que el resultado cuantitativo.

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