Una de las características más llamativas del alumnado del
subtipo hiperactivo es precisamente la excesiva actividad
motora, que sobrepasa los límites normales para su edad y su
nivel
madurativo. Este exceso
de actividad motriz se
manifiesta normalmente con una necesidad de moverse
constantemente y con la falta de autocontrol corporal
y emocional.
Cuando la conducta hiperactiva es muy exagerada puede
resultar
incompatible con el aprendizaje escolar, llegando
a deteriorar las relaciones con las personas del entorno:
profesorado, compañeros de clase, familia- res y amigos.
Es necesario poner
en marcha una serie
de estrategias en el
aula con el fin de reconducir de una forma
más ajustada y
adaptativa la necesidad de moverse.
Controlar la inquietud y el exceso de
movimientos
• Medir cuánto
tiempo puede permanecer trabajando de forma
concentrada.
• Anticiparnos a situaciones de difícil manejo,
elaborando previamente la estrategia a llevar a cabo. (Por ejemplo: a la salida
al recreo, podríamos darle al niño o a la niña con TDAH la función de ser el responsable de dejar pasar
a los compañeros en grupos de cinco).
• Identificar las señales que anticipan comportamientos molestos, como golpear reiteradamente
la mesa con el lápiz, y reconducir hacia la realización de tareas
que supongan movimiento, como re- partir fichas de trabajo.
• Posibilitar
el ejercicio
físico para rebajar el nivel de actividad. Así por ejemplo, antes de iniciar una sesión que
requiera concentración y después
de haber trabajado,
permitirle que suba y baje las escaleras
Hacer descansos activos
• El movimiento en el asiento
puede permitirse, incluso
en ocasiones favorece la ejecución de la tarea.
• Es conveniente
dejarle
que
se
mueva,
que
se
levante,
que
pasee,
pero respecto a
este movimiento de desplazamiento, es necesario enseñarle a levantarse en los momentos más adecuados. Así por ejemplo,
se le puede permitir levantarse una vez terminado el ejercicio; o que el movimiento tenga un propósito en el aula, pedirle que borre la pizarra.
• Permitirle movimientos corporales que no supongan
desplazamientos,
mientras no sean perturbadores para la actividad
principal.
• Posibilitar los desplazamientos funcionales. Así por ejemplo,
que se levante a mostrar al profesor
o profesora una parte
de la tarea.
Fomentar la actividad controlada
• Organizar actividades en las que el alumnado
pueda participar a diferentes niveles
y realizando tareas
distintas. Por ejemplo,
hacer un mural en equipo asignando
diferentes responsabilidades.
• Programar pequeñas tareas o responsabilidades de ayuda al profeso-rado que posibiliten eliminar la tensión y energía
acumuladas. Por ejemplo, encargarle el cuidado
de la pizarra, de alguna planta del aula, etc.
• Preguntarle habitualmente pidiéndole que salga a la pizarra.
Controlar los estímulos
• Darle menos
cantidad de ejercicios, de modo que
se centre más en la calidad que en la cantidad.
• Presentarle
la tarea
conforme vaya finalizando la anterior,
dándole un tiempo para su realización y corrigiéndola inmediatamente.
• Programar la realización
de
tareas
que
requieren esfuerzo mental des- pués de periodos de esfuerzo físico: recreo, educación física. Con esto conseguimos que el cansancio favorezca su
concentración, aunque es posible que necesitemos dedicar un tiempo a la relajación.
• Utilizar
marcadores de tiempo como relojes de arena, cronómetros… para trabajar
la conciencia del tiempo.
• Permitir cierto nivel de murmullo y movimiento en el aula.
• Ignorar movimientos incontrolados y acordar
con el alumno
o alum- na una señal que le ayude a la reconducción sin necesidad de lla- marle la atención. Por ejemplo, guiñar
un ojo.
• Enseñarle a respetar
los turnos de participación en tareas
grupales.
• Permitir que realice
explicaciones a otros estudiantes.
• Darle
oportunidad de expresar su punto de
vista en situaciones conflictivas en las que ha estado implicado.
• Intervenir con el resto de compañeros para que acepten
algunas intervenciones no adecuadas
de su compañero.
• Evitar que los compañeros animen
al alumno o alumna a realizar movimientos inadecuados. Evitar también que imiten sus conductas inadecuadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario