miércoles, 12 de junio de 2019

Porfolio digital

Diseñar, construir y gestionar la identidad digital de un especialista de los nuevos medios es un tema básico en su carrera profesional. Parafraseando una famosa pregunta filosófica, si Internet es un bosque, parece a todas luces necesario hacer algún tipo de ruido para manifestar nuestra existencia en ella y tener alguna opción de ser percibidos. Con herramientas y mecanismos como los porfolios y las redes sociales es con lo que un profesional en multimedia debería saber hacerse oír y beneficiarse de la atención recibida.
Conforme a la naturaleza del medio, que exige un reciclaje constante en técnicas y conocimientos, la identidad digital debe ser creada, mantenida y revisada como un proyecto a largo plazo, lo que implica que el profesional diseñe una estrategia global para su identidad digital y la sepa llevar a cabo. En el presente artículo, se expone la vertiente de conceptualización y producción del porfolio profesional que forma parte de tal estrategia.
¿Qué es un porfolio electrónico?
Un porfolio electrónico (o porfolio digital o e-porfolio) es una colección digital de materiales de producción propia que selecciona y gestiona su autor y se expone a terceros, ya sea de manera pública o privada, como representación de la identidad profesional de ese autor.
Los materiales recopilados pueden ser de múltiples tipos, incluyendo imágenes, vídeos, sonido, sitios web, textos y otros objetos multimedia, pero el formato del porfolio es a discreción del autor, aunque los más populares son sitios web y archivos PDF.
Propósito
Un porfolio se utiliza habitualmente para guardar un registro de las producciones de un autor (o, en casos poco habituales, de varios autores) y demostrar a terceros las habilidades del autor en determinadas áreas. El porfolio es un escaparate y una tarjeta de presentación para todo tipo de especialistas en disciplinas multimedia y también otros perfiles creativos (por ejemplo, ilustradores o fotógrafos) o técnicos (programadores puros e ingenieros informáticos).
Al estar a medio camino entre las áreas técnica, digital y artística, el porfolio multimedia tiene la ventaja de poder tomar elementos y conceptos de todos estos enfoques, pero también resulta en un incremento de la complejidad tanto a la hora de crearlo como de mantenerlo.
Objetivos
A la hora de diseñar un porfolio es importante definir con claridad qué objetivos tendrá, es decir, qué tipo de herramienta será y cómo cumplirá las intenciones que tiene el autor respecto a su uso.
Hay cuatro objetivos clave que se pueden dar en un porfolio y, a pesar de que a veces este se centra únicamente en uno de ellos, lo habitual es que se trabajen todos, aunque con diversa relevancia sobre el resultado final:
  • Laboral: El porfolio es una herramienta en la búsqueda de empleo; por consiguiente, tanto los contenidos como el método de exposición se deben ajustar a los perfiles del puesto y empresa empleadora que se desean conseguir.
  • Venta: El objetivo es reforzar la venta comercial de las capacidades del autor. El porfolio se centra en destacar aquellas habilidades que tienen mayor potencial comercial y en facilitar el contacto con posibles clientes.
  • Reputación: El porfolio refuerza el nombre del autor en la profesión y lo asocia a su trabajo en términos de calidad y especialización, tanto de cara a la industria como a la audiencia en línea general.
  • Networking: Se enfoca en construir y reforzar las relaciones profesionales, en la búsqueda de oportunidades de colaboración y en mantenerse al día en lo relativo a la especialidad.
Conceptos clave y elementos esenciales
Los siguientes elementos y conceptos básicos se deben tener en consideración a la hora de diseñar un porfolio profesional:
Contenidos base
Los contenidos básicos más habituales, aparte de las producciones del autor, suelen ser los más necesarios para dar identidad tanto al porfoliocomo para representar al autor de manera eficaz:
  • Nombre o alias/marca del autor.
  • Exposición breve, en una o pocas frases, de la identidad del autor o del porfolio.
  • Lema (tagline). Conciso, claro, atractivo y que resuma la actividad o visión del autor.
  • Un índice o menú de contenidos.
  • Una imagen que represente bien al autor o al tema del porfolio, que suele ser un logotipo, un diseño de landing page, una infografía o una fotografía.
Hitos profesionales
Incluir trabajos destacados por su repercusión pública o cliente, galardones, premios, reconocimientos, becas y exposiciones, entre otros.
Textos
Deben estar redactados en un lenguaje profesional y resumir con claridad los contenidos del porfolio, tal y como serían expuestos en una presentación oral, o de manera más sintética pero siempre informativa. En ciertos casos, como un proyecto complejo o de gran relevancia, puede ser necesario emprender un pequeño estudio de caso para explicarlos en mayor detalle.
Al preparar los textos, pero en especial aquellos con gran relevancia visual y jerárquica como la introducción al porfolio o el lema, hay que conseguir que respondan a cuestiones clave que pueda plantearse un usuario/interlocutor, tales como:
  • ¿Qué es el autor? ¿Diseñador, escritor, desarrollador?
  • ¿Qué hace? ¿Diseña sitios web, desarrolla juegos?
  • ¿Dónde está, tanto en el ámbito físico como en línea?
  • ¿Es un freelance o trabaja para un estudio? ¿Busca trabajo?
Es clave incluir información relevante de cada trabajo o proyecto que se muestra, en concreto datos tales como:
  • nombre del proyecto,
  • entidad,
  • papel del autor,
  • descripción de las tareas desempeñadas,
  • técnicas/tecnologías utilizadas,
  • retos enfrentados y resultados obtenidos.
Acerca de
Con probabilidad, es el contenido más delicado de tratamiento. Es recomendable mostrar un pequeño resumen de la trayectoria personal, intereses profesionales y personales, pero no hay que abusar de este tipo de contenidos, ya que es susceptible de ser confundido por tipo de escritura o volumen de información con afán de protagonismo o falta de profesionalidad.
En cualquier caso, un mínimo de contenido personal es recomendable para fomentar la empatía con el usuario y dar información sobre la personalidad del autor. Se puede incluir una fotografía personal, lo que es especialmente útil en el caso de que el porfolio tenga objetivo comercial, ya que los potenciales clientes querrán poner una cara a su interlocutor.
Contacto
Ofrecer con claridad al menos dos métodos de contacto es clave, en especial para porfolios con objetivos comerciales o de networking.
Redes sociales
Todo autor digital y sus contenidos tienen perfiles de algún tipo en las redes sociales. Estos se deben  incluir de algún modo tanto para mostrar su nivel de actividad e implicación con temas profesionales como para facilitar la difusión de las obras y el contacto con el autor.
Audiencia
Considerar el perfil de las personas a las que está destinada la visualización del porfolio. Es necesario elaborar perfiles de usuarios detallados de la audiencia tipo, sus motivaciones y cómo atraer su atención.
Calidad de los contenidos
Cantidad no es lo mismo que calidad. Cabe centrarse en mostrar los trabajos de mayor calidad y los más significativos; el resto se pueden listar o indicarse que existen otras obras no expuestas en los contenidos.
Idioma
Es importante que el porfolio se muestre por defecto en el idioma del target al que va dirigido (por ejemplo, si el objetivo es buscar empleo en Bélgica, debería aparecer en francés o en neerlandés) o en el idioma utilizado comúnmente por el autor en su ámbito profesional. Asimismo, es recomendable que esté traducido a algún otro idioma que el autor hable y escriba con suficiencia y que sea utilizado por el perfil de audiencia.
Proyecto
La creación y mantenimiento de un porfolio no deja de ser un proyecto profesional como cualquier otro. Por lo tanto, se debe tratar como tal y definirse los requisitos, el presupuesto, la planificación y modelo de desarrollo, el análisis de mercado, la estrategia de marketing y comunicación y el diseño de wireframes y mockups antes de pasar al desarrollo en sí.
Aproximaciones y formatos
Hay infinidad de herramientas y enfoques técnicos para conformar un formato de porfolio. De hecho, el autor debe considerar la opción de ofrecer su porfolio en múltiples formatos, o incluso tener dos o más, cada uno dedicado a objetivos y audiencias diferentes.
En cualquier caso, se recomienda simplificar al máximo el diseño gráfico y la funcionalidad para facilitar la replicación en otros formatos. También es posible tener un mayor grado de complejidad en un formato, por ejemplo un sitio web, y realizar una versión lite de menor contenido y complejidad gráfica en otro, por ejemplo PDF.
Los formatos más utilizados son los siguientes:
  • sitio web o microsite,
  • blog,
  • PDF,
  • CV infográfico (una sola página, habitualmente en PDF),
  • resume reel (vídeo),
  • demo tapes (audio).
Sobre el CV infográfico, solo es recomendable para aquellos especialistas multimedia con una sólida vertiente en diseño gráfico; en ese caso, es recomendable disponer también de una versión clásica del CV.
A veces, se utilizan contrapartidas físicas de los porfolios digitales con fines principalmente de promoción o búsqueda de empleo. Algunos de los formatos físicos que se suelen utilizar son los siguientes:
  • DVD o formato físico similar de almacenamiento de datos o vídeo,
  • impresión en papel del porfolio o CV en PDF,
  • tarjetas,
  • minilibros,
  • material especializado, por ejemplo productos demo si el autor es especialista en diseño de packaging.
Soluciones tecnológicas
Según las especialidades del creador del porfolio y las que se desean destacar, vale la pena o no entrar en profundidad en niveles de programación o de diseño en la creación del porfolio.
Algunas de las decisiones clave respecto a tecnología implican decidir temas como estos:
  • Plataformas en las que será visualizable (desktop, móvil, por ejemplo).
  • Contenido estático o dinámico (necesidad de uso de un CMS u otras tecnologías).
  • Enfoque microsite, blog o catálogo.
  • Tecnologías que se desean utilizar (Flash, HTML5, formatos de vídeo, entre otras).
  • Datos de fuentes múltiples o una sola (tales como Facebook, Twitter o Flickr).
  • Uso de plataformas de porfolio de terceros.
  • Estándares utilizados y gestión de compatibilidad y errores.
Dependiendo de las respuesta obtenidas, se podrá elegir (si resulta necesario) determinados servicios y plataformas en línea para llevar a cabo el desarrollo. A continuación, una pequeña pero variada selección de algunas disponibles:
  • WordPress,
  • TypePad,
  • Flickr,
  • Vimeo,
  • Tumblr,
  • YouTube,
  • LinkedIn,
  • Twitter,
  • Facebook,
  • Flavors.me,
  • Behance,
  • Carbonmade,
  • Coroflot,
  • DeviantART,
  • Protocol.by.
Debilidades habituales de los porfolios multimedia
Resulta habitual en un proyecto profesional con elevada carga personal, donde se suele realizar todo el proyecto en solitario, incurrir en errores y confusiones que no se darían en cualquier otro proyecto. Siempre es un recurso útil pedir feedback sobre la versión preliminar del porfolio a personas de confianza, tanto a profesionales multimedia como a gente sin formación específica en el tema.
A continuación, presentamos algunas de las debilidades más comunes en la mayoría de porfolio multimedia que se deben intentar evitar:
  • No aplicar la capacidad de planificación o análisis que se emplearía en cualquier otro proyecto profesional.
  • Dar el mayor protagonismo a contenidos muy antiguos, por ejemplo en portada o landing page.
  • Diseñar a corto plazo, sin pensar en términos de sostenibilidad: estándares tecnológicos, complejidad del mantenimiento del sistema y actualización de información, entre otros.
  • Dejarse llevar por el lado emocional y personal en la selección de los contenidos, sin objetivar su valor como producción multimedia. Permitir que el vínculo personal con un trabajo de menor calidad suponga un lastre para el porfolio.
  • Incluir perfiles de redes sociales que no se utilizan habitualmente o que están enfocados a la vida personal e íntima del autor.
  • Incluir un exceso de datos personales o de direcciones de correo electrónico en formatos que puedan ser capturados fácilmente de manera automatizada para actividades fraudulentas o spam.
  • Incurrir en un exceso de contenidos, que diluye el peso de aquellos de mayor calidad y relevancia. Cabe recordar que, habitualmente, menos es más.
  • Favorecer la estética o complejidad estética o funcional del porfolio en detrimento de su usabilidad. Siempre hay que ofrecer una UX cuidada y profesional, pero un porfolio debe estar centrado principalmente en facilitar al usuario la exploración de contenidos, en su usabilidad. De nada vale una interfaz tan espectacular visualmente como compleja programáticamente si resulta confusa para la navegación y exploración de los contenidos. Solo en contados casos y para perfiles muy concretos, como diseñadores y programadores consagrados en el sector, es factible mostrar un porfolio de carácter más experimental y centrado en sí mismo como producto digital. En un porfolio el contenido siempre tiene prioridad.
  • Olvidar la relevancia de la optimización para motores de búsqueda (SEO).
  • Reproducir música automáticamente.
  • Ser incoherente entre los contenidos y la identidad que se desea construir: defender un perfil de diseñador web implica elaborar un porfolio web excelente en diseño y programación, incluyendo detalles técnicos como la compatibilidad con estándares; por el contrario, crear uno de animador 3D no requiere un gran diseño web pero sí imágenes y vídeos de elevada calidad. Si hay varios porfolios en diversos formatos, estos deben ser consistentes en diseño gráfico y contenido.

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