El contexto escolar
en el que se trabaja
con el alumnado con TDAH es decisivo en el resultado de su evolución académica. Al tratarse
de alumnos y alumnas con un
trastorno de origen neurobiológico, dependiendo
de ese contexto, sus síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad se agravarán y se darán con mayor
frecuencia e intensidad, lo que des- embocará en una deficiente evolución, o, por el contrario, se atenuarán, logrando así que el estudiante evolucione satisfactoriamente.
Es imprescindible que
el profesorado tome las
medidas de actuación precisas para establecer una evaluación personalizada, adaptada a las necesidades
del alumnado con TDAH con el fin de conseguir su éxito escolar.
EXÁMENES Y EVALUACIONES
Es importante asegurarse de que el alumno o alumna ha adquirido los conocimientos requeridos. Se trata de
valorar lo que sabe y su esfuerzo, no
su habilidad para afrontar una
situación de examen.
Antes del examen
• Programar las fechas
de los exámenes con antelación mínima de una semana
y coordinadamente entre
el equipo docente, para evitar sobreesfuerzos y coincidencias de día. Si es posible, programar un máximo de dos exámenes a la semana.
• Realizar los exámenes en las primeras
horas de clase,
para lograr el máximo rendimiento.
• Colocar un calendario de exámenes visible
en el aula.
• Organizar un
plan de preparación y estudio.
• Comprobar la
anotación de las fechas en la agenda
personal.
• Informar a la familia
de las fechas y contenidos del examen.
• Plantear preguntas cortas y enunciados directos.
• Es mejor
diseñar exámenes cortos
y frecuentes, en vez
de pruebas largas.
• Entregar los exámenes
escritos al estudiante, para evitar la lentitud
de procedimientos como la copia o el dictado.
• Proporcionar un espacio aproximado entre pregunta y pregunta para responder.
• Dividir las preguntas
compuestas en preguntas sencillas, evitando dar más de una instrucción en la misma pregunta.
• Reducir el número de preguntas por hoja.
• Las preguntas de tipo test facilitan la demostración de los conoci- mientos del alumnado.
• Diseñar actividades de evaluación escrita
y oral, dependiendo de lo que consideremos que es mejor
para el estudiante.
• Permitir al alumno o alumna que presente
problemas de escritura,
hacer los exámenes de forma oral o mediante procesador de tex-
tos.
• Realizar ejercicios con el formato
de examen para familiarizarse con ellos y poder centrarse en los conocimientos el día de la prueba, incidiendo también en el aprendizaje del control
del tiempo.
• Asegurarse de que tiene
todo el material necesario para realizar la prueba de evaluación.
Durante el examen
• Situarle cerca del profesor
o profesora para supervisar la concentración y
evitar distracciones.
• Leer en voz alta, por parte del profesorado, los enunciados de las
preguntas y verificar que el estudiante entiende las preguntas.
• Destacar en negrita o en colores las palabras clave
de los enuncia- dos y preguntas.
• Si un ejercicio
se puede realizar de varias formas,
indicarle cuál es la más adecuada para él o ella.
• Ofrecerle un lugar
libre de distracciones que
favorezca su concentración.
• Si presenta dificultades para centrarse en la prueba,
ayudarle a re- conducir
su atención.
• Dejarle moverse
en el asiento o ponerse
de pie cuando
lo precise, ya que su actividad motora
no le permite estar todo
el tiempo de la prueba en su asiento.
• Informar desde el principio de cuánto tiempo
se dispone para la
prueba. Ir dando información del tiempo restante durante
su realización. El alumnado
con TDAH tiene
un escaso concepto
del tiempo, y muchas veces
emplea demasiado para
completar una tarea
dejando otra sin terminar.
• Adaptar el tiempo necesario para realizar
el examen.
• Animarle con pequeños estímulos verbales, mirándole o con algún gesto durante
la prueba (“venga
que vas muy bien. Muy bien pasa a
la siguiente pregunta»).
• Supervisar que
ha respondido a todas
las preguntas. Suelen dejar preguntas en blanco e incluso se olvidan de responder
algún apartado, aunque sepan la respuesta.
• Recordarle
que repase
sus respuestas antes de dar por
terminado el examen. Algunos
niños y niñas
trabajan muy despacio, otros se precipitan
y anticipan mal las respuestas.
• En los
cursos superiores, si el examen
dura más de una hora,
permitirle un breve descanso saliendo
del aula unos minutos.
Después el examen
• Comentar individualmente o en grupo
sobre los aspectos positivos.
• Analizar de forma individual el tipo de errores
realizados.
• Transmitir de forma individual cómo puede mejorar.
• Enseñar estrategias y búsqueda de alternativas a las dificultades que encuentra.
• Valorar su esfuerzo por aprender,
tanto como lo que ha aprendido. El éxito no está tanto en el resultado como en el proceso.
Respecto a las calificaciones se recomienda ser flexible
con:
• Los errores por despiste (olvidos
como poner el nombre,
etc.)
• La presentación (borrones, caligrafía, etc.)
• Errores ortográficos.
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