miércoles, 5 de junio de 2019

EVALUACION EN LOS TDHA


El contexto escolar en el que se trabaja con el alumnado con TDAH es decisivo en el resultado de su evolución académica. Al tratarse de alumnos y alumnas con un trastorno de origen neurobiológico, dependiendo de ese contexto, sus síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad se agravarán y se darán con mayor frecuencia e intensidad, lo que des- embocará en una deficiente evolución, o, por el contrario, se atenuarán, logrando así que el estudiante evolucione satisfactoriamente.
Es imprescindible que el profesorado tome las medidas de actuación precisas para establecer una evaluación personalizada, adaptada a las necesidades del alumnado con TDAH con el fin de conseguir su éxito escolar.


EXÁMENES Y EVALUACIONES
Es importante asegurarse de que el alumno o alumna ha adquirido los conocimientos requeridos. Se trata de valorar lo que sabe y su esfuerzo, no su habilidad para afrontar una situación de examen.

Antes del examen
  Programar las fechas de los exámenes con antelación mínima de una semana y coordinadamente entre el equipo docente, para evitar sobreesfuerzos y coincidencias de día. Si es posible, programar un máximo de dos exámenes a la semana.



  Realizar los exámenes en las primeras horas de clase, para lograr el máximo rendimiento.

  Colocar un calendario de exámenes visible en el aula.

  Organizar un plan de preparación y estudio.

  Comprobar la anotación de las fechas en la agenda personal.

  Informar a la familia de las fechas y contenidos del examen.

  Plantear preguntas cortas y enunciados directos.

  Es mejor diseñar exámenes cortos y frecuentes, en vez de pruebas largas.

  Entregar los exámenes escritos al estudiante, para evitar la lentitud de procedimientos como la copia o el dictado.

  Proporcionar un espacio aproximado entre pregunta y pregunta para responder.

  Dividir las preguntas compuestas en preguntas sencillas, evitando dar más de una instrucción en la misma pregunta.

  Reducir el número de preguntas por hoja.

  Las preguntas de tipo test facilitan la demostración de los conoci- mientos del alumnado.

  Diseñar actividades de evaluación escrita y oral, dependiendo de lo que consideremos que es mejor para el estudiante.

  Permitir al alumno o alumna que presente problemas de escritura, hacer los exámenes de forma oral o mediante procesador de tex- tos.



  Realizar ejercicios con el formato de examen para familiarizarse con ellos y poder centrarse en los conocimientos el día de la prueba, incidiendo también en el aprendizaje del control del tiempo.

  Asegurarse de que tiene todo el material necesario para realizar la prueba de evaluación.

Durante el examen
  Situarle cerca del profesor o profesora para supervisar la concentración y evitar distracciones.

  Leer en voz alta, por parte del profesorado, los enunciados de las preguntas y verificar que el estudiante entiende las preguntas.

  Destacar en negrita o en colores las palabras clave de los enuncia- dos y preguntas.

  Si un ejercicio se puede realizar de varias formas, indicarle cuál es la más adecuada para él o ella.

  Ofrecerle un lugar libre de distracciones que favorezca su concentración.

  Si presenta dificultades para centrarse en la prueba, ayudarle a re- conducir su atención.

  Dejarle moverse en el asiento o ponerse de pie cuando lo precise, ya que su actividad motora no le permite estar todo el tiempo de la prueba en su asiento.

  Informar desde el principio de cuánto tiempo se dispone para la prueba. Ir dando información del tiempo restante durante su realización. El alumnado con TDAH tiene un escaso concepto del tiempo, y muchas veces emplea demasiado para completar una tarea dejando otra sin terminar.

  Adaptar el tiempo necesario para realizar el examen.



  Animarle con pequeños estímulos verbales, mirándole o con algún gesto durante la prueba (“venga que vas muy bien. Muy bien pasa a la siguiente pregunta»).

  Supervisar que ha respondido a todas las preguntas. Suelen dejar preguntas en blanco e incluso se olvidan de responder algún apartado, aunque sepan la respuesta.

  Recordarle que repase sus respuestas antes de dar por terminado el examen. Algunos niños y niñas trabajan muy despacio, otros se precipitan y anticipan mal las respuestas.

  En los cursos superiores, si el examen dura más de una hora, permitirle un breve descanso saliendo del aula unos minutos.

Después el examen
  Comentar individualmente o en grupo sobre los aspectos positivos.

  Analizar de forma individual el tipo de errores realizados.

  Transmitir de forma individual cómo puede mejorar.

  Enseñar estrategias y búsqueda de alternativas a las dificultades que encuentra.

  Valorar su esfuerzo por aprender, tanto como lo que ha aprendido. El éxito no está tanto en el resultado como en el proceso.

Respecto a las calificaciones se recomienda ser flexible con:
  Los errores por despiste (olvidos como poner el nombre, etc.)

  La presentación (borrones, caligrafía, etc.)

  Errores ortográficos.

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