Las habilidades sociales
son fundamentales en todas las personas para ser competentes a nivel
social y mantener buenas relaciones con los de- más. Por tanto, el desarrollo de las habilidades sociales es clave
en el pro- ceso de desarrollo y socialización de cualquier niño
o niña. Debe
tenerse en cuenta que estas habilidades han de ser aprendidas, y por tanto han de ser enseñadas
y entrenadas. En el caso de los niños y niñas con TDAH,
pueden tener dificultades en el dominio
de estas habilidades y en su competencia
social por lo siguiente:
• Por su baja tolerancia a la frustración.
• Por su dificultad para seguir las reglas de los juegos, debido a los fallos de atención, la impulsividad.
• Por decir cosas inapropiadas debido
a la impulsividad.
• Por el exceso de movimiento e inquietud, a los demás
niños y niñas les puede molestar alguien
que se mueve mucho, pueden
«tirar» cosas sin querer, empujar
«sin querer».
• Por su dificultad para
respetar los turnos del juego y esperar,
por la impaciencia, la
impulsividad que presentan.
• En algunos
casos por su tendencia a querer
«mandar» y dirigir
ellos a su manera,
esto es más propio
del subtipo hiperactivo-impulsivo, y en otros casos por un exceso
de sumisión, más propio
del subti- po por déficit de atención, que los convierte en niños y niñas «ma- nejados» por los demás.
• Por su inmadurez
neurológica, no van al mismo ritmo que el resto, suelen ser definidos como más ingenuos
e infantiles.
• Por sus
dificultades para regularse.
• Por su dificultad para
reflexionar sobre lo que está sucediendo, so- bre su conducta o sobre la de los demás…
• Por su baja autoestima, que puede hacer que intenten complacer a los demás,
anulándose ellos o por una autoestima
aparentemente
«inflada», mostrándose ante los demás como superiores, sin miedos.
• Por su bajo autoconocimiento y auto-observación.
Trabajar las habilidades sociales implica abordar aspectos
tales como:
• La asertividad, conocer los distintos estilos de relación social:
agre- sivo, pasivo, pasivo-agresivo, y asertivo, entrenar la escucha activa, respetar los derechos de los demás y de uno mismo,
saber decir no, saber pedir favores, respetar las opiniones de los demás y sa- ber
exponer las suyas,
aprender a resolver
conflictos, aprender
a reforzar y alabar lo bueno de los demás, pedir disculpas.
• Las reglas sociales
y las reglas para interaccionar, tono de voz, res- petar turnos, respetar
la distancia interpersonal, reglas de cortesía,
reforzar a los demás, saludar, presentarse,
dar las gracias, pedir
«por favor».
• Las conductas prosociales, tales
como ayudar, ser generoso, ser amable, compartir.
• Las emociones y la comunicación emocional, reconocer
emocio- nes propias
y ajenas, empatizar, ponerse
en el lugar del otro, apren-
der a expresar sus sentimientos y respetar
los de los demás.
• El autoconcepto
y la autoestima.
El objetivo de entrenar las habilidades sociales
en los niños y niñas con
TDAH es que aprendan
a presentarse ante los demás respetando su forma
de ser, sus gustos,
sus opiniones, sus deseos, sus necesidades,
a la par que respetan la forma de ser del otro, llegando a conciliar ambas para poder convivir,
resolver problemas, expresarse, etc. sin anularse
a ellos mismos o a los demás.
Las técnicas
para entrenar las habilidades sociales son:
• MODELADO: actuar como «modelo»
de conducta para el niño o
niña poniendo en práctica y ejecutando las conductas que se quie-
ren enseñar. El
«modelo» debe ser una persona
significativa para el niño o niña, un referente
para él, o una persona
con la que se sienta identificado. Por ejemplo: ser
un ejemplo de cómo se puede llegar a un acuerdo,
«entiendo que a ti te guste este juego, pero a mi me gusta
más este otro; y como los dos tenemos
derecho a jugar,
¿qué te parece si jugamos un rato a lo que tú quieres y otro rato a lo que yo quiero?,
así estaremos contentos los dos».
• MOLDEADO: se trata de ir «moldeando» la conducta a enseñar hasta que se aproxime lo más posible
a la conducta original.
• ENSAYO DE CONDUCTA: se trata de «actuar» y ensayar la con-
ducta a aprender tantas veces como
sea necesario, en distintos
contextos sociales y reforzar
su ejecución. Recordar que ninguna
habilidad puede ser aprendida e
interiorizada si no se practica y repite con frecuencia.
• JUEGO DE ROLES: se trata de que cada niño o niña desempe- ñe un rol jugando, para poder practicar
la conducta deseada.
Por ejemplo: un niño
o niña actúa
con el rol de sujeto «dominante» que quiere imponer
su juego, y otro niño o niña actúa con el rol de su- jeto «asertivo» que se mantiene
firme intentando conciliar y llegar a un acuerdo para que puedan
jugar los dos.
• REFUERZO POSITIVO
Y RETROALIMENTACIÓN: se trata de ir dando
información inmediata sobre cómo está realizando el niño
o niña su conducta, y reforzarle de forma positiva
–con alabanza y reconocimiento- su realización. Por ejemplo: «bien
Pablo, al decirle
a Juan que entiendes que le guste otro
juego distinto al tuyo te estás poniendo en su lugar y estás respetando que le guste otro juego que no sea el tuyo.
A eso se le llama
«tener en cuenta
lo que le gusta
al otro». Y al proponerle jugar un rato a un juego y un rato,
a otro, estás respetando que
los dos tenéis
derecho a jugar sin
impo- ner un juego
sobre el otro. A eso se le llama «saber
ceder un poco para que podáis jugar los dos». Recordar
que ninguna habilidad puede ser aprendida
e interiorizada si no recibe su correspondiente refuerzo y reconocimiento.
ALGUNOS EJEMPLOS DE CÓMO ENTRENAR Y ENSEÑAR LAS
HABILIDADES SOCIALES
Hacer cumplidos
Objetivo: Enseñar
la conducta de «hacer cumplidos» de forma ade- cuada
para reforzar una amistad.
• Al entregar un trabajo
– «Oye,
tu trabajo mola!
Me gustan las fotos!» Correcto: no exa-
gera y dice lo que le gusta.
–
«Halaaaaa,
qué guay!!» Incorrecto: alaba
el trabajo, pero no concreta el qué.
– «Es
el mejor trabajo
del mundo, nadie
puede hacerlo mejor»
In- correcto: resulta muy exagerado, y puede ser interpretado como poco sincero y
artificial.
•Has jugado
con un niño nuevo y te ha caído muy bien
–
«¿Sabes? Eres muy simpático, me lo he pasado muy bien ju- gando contigo, tienes unas ideas
muy buenas!» Correcto: le ala-
ba y
le concreta lo que le ha gustado.
– «Eres
la mejor persona
del mundo! Desde
ahora eres el amigo
‘más mejor de todos’». Incorrecto: alaba,
pero es muy exagera- do. No lo tomarán
en serio y puede caer pesado.
Aceptar cumplidos
Objetivo: Enseñar
la conducta de «aceptar cumplidos» para reforzar la autoestima y para
respetar y agradecer el reconocimiento que el otro ha hecho
sobre uno mismo.
• Sobre un trabajo
que has hecho, te dicen «oye, me gustó tu tra-
bajo».
– «Gracias, me costó bastante. Me alegro que
te guste» Correc-
to: agradeces su cumplido.
– «No,
que va, tampoco
es tan bueno.
Eres un exagerado» Inco- rrecto: no agradeces el cumplido, y no estás
valorando la opinión que el otro tiene.
– «Sí, ¿a que
sí? ¡Es el mejor trabajo
de todos!» Incorrecto: resulta
presumido y creído.
•Sobre tu camiseta, te dicen que «es muy bonita».
– «Gracias, a mi también
me gustó cuando
la vi. Es de un color
muy bonito» Correcto: agradeces
su cumplido.
– «¡Bah!,
es como otra cualquiera, a mi no me gusta nada» In- correcto:
no se agradece el cumplido,
y no estás demostrando respeto por el gusto que tiene la otra persona.
– «Normal, es de marca y me costó bastante.
Yo siempre llevo cosas bonitas
y caras» Incorrecto: resulta presuntuoso y con ello se envía un mensaje de superioridad.
Pedir favores
Objetivo: Enseñar
la conducta de «pedir favores» sin imponer ni exigir, respetando el
derecho a que el otro pueda decir que no.
• Olvidaste el balón, quieres que Juan te deje el suyo
– “¡Eh!,
¡Déjame el balón,
que ya no la usas!»
Incorrecto: aunque el razonamiento es bueno, la forma de pedirlo
no.
– «Juan,
déjame el balón
por fa, que yo me lo olvidé,
por fa, por fa, déjamela, anda, ¿que te cuesta? No seas malo, anda por fi
por fi...» Incorrecto: puede
que nos lo deje, pero resultas ser muy
pesado.
–
«Juan,
¿me dejas el balón cuando termines? Es que yo
me he olvidado el mío, en un rato te lo devuelvo y mañana traigo
yo el mío y te lo dejo» Correcto: dejas
claro que él tiene derecho
a jugar primero,
se lo pides educadamente, al decirle que «hoy» lo has
olvidado le haces
ver que es una excepción (normalmente la
traes), le pones un límite
de tiempo a la petición, y le ofreces algo a cambio (el tuyo mañana).
Cómo defender tus derechos
Objetivo:
Enseñar la conducta de «defender tus derechos»
sin impo- nerte ni intimidar
a los demás.
•
Jugando al parchís, un niño te dice que estás jugando
mal: «¡Idiota!
¡No sabes jugar!»
–
Respuesta agresiva: «¡déjame en paz, el que no sabe jugar eres tú, eres un tonto!». Los dos respondéis de forma agresiva y lo más probable es que acabéis
enfadados o en pelea.
– Respuesta pasiva:
no decir nada,
dejar de jugar
e irse, o seguir
jugando pero según las normas que imponga el otro niño. Esta forma de responder
tampoco es válida
porque anula al que no ha dicho nada, y no estaría defendiendo su derecho
a equivocarse o a hacer una jugada que creía estaba bien.
Además permite que insulten a su persona.
– Respuesta asertiva: «Yo no soy
un idiota, yo no te he insultado así que no me insultes tú a mi. Quizás tengas
razón en que he
jugado mal, pero yo creo que sí se puede
hacer esta jugada,
lo leí en las instrucciones, espera
que voy por ellas y lo miramos».
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