martes, 4 de junio de 2019

LaS Habilidades Sociales


Las habilidades sociales son fundamentales en todas las personas para ser competentes a nivel social y mantener buenas relaciones con los de- más. Por tanto, el desarrollo de las habilidades sociales es clave en el pro- ceso de desarrollo y socialización de cualquier niño o niña. Debe tenerse en cuenta que estas habilidades han de ser aprendidas, y por tanto han de ser enseñadas y entrenadas. En el caso de los niños y niñas con TDAH, pueden tener dificultades en el dominio de estas habilidades y en su competencia social por lo siguiente:
  Por su baja tolerancia a la frustración.

  Por su dificultad para seguir las reglas de los juegos, debido a los fallos de atención, la impulsividad.

  Por decir cosas inapropiadas debido a la impulsividad.

  Por el exceso de movimiento e inquietud, a los demás niños y niñas les puede molestar alguien que se mueve mucho, pueden «tirar» cosas sin querer, empujar «sin querer».

  Por su dificultad para respetar los turnos del juego y esperar, por la impaciencia, la impulsividad que presentan.

  En algunos casos por su tendencia a querer «mandar» y dirigir ellos a su manera, esto es más propio del subtipo hiperactivo-impulsivo, y en otros casos por un exceso de sumisión, más propio del subti- po por déficit de atención, que los convierte en niños y niñas «ma- nejados» por los demás.

  Por su inmadurez neurológica, no van al mismo ritmo que el resto, suelen ser definidos como más ingenuos e infantiles.

  Por sus dificultades para regularse.

  Por su dificultad para reflexionar sobre lo que está sucediendo, so- bre su conducta o sobre la de los demás…



  Por su baja autoestima, que puede hacer que intenten complacer a los demás, anulándose ellos o por una autoestima aparentemente
«inflada», mostrándose ante los demás como superiores, sin miedos.

  Por su bajo autoconocimiento y auto-observación.

Trabajar las habilidades sociales implica abordar aspectos tales como:
  La asertividad, conocer los distintos estilos de relación social: agre- sivo, pasivo, pasivo-agresivo, y asertivo, entrenar la escucha activa, respetar los derechos de los demás y de uno mismo, saber decir no, saber pedir favores, respetar las opiniones de los demás y sa- ber exponer las suyas, aprender a resolver conflictos, aprender a reforzar y alabar lo bueno de los demás, pedir disculpas.

  Las reglas sociales y las reglas para interaccionar, tono de voz, res- petar turnos, respetar la distancia interpersonal, reglas de cortesía, reforzar a los demás, saludar, presentarse, dar las gracias, pedir
«por favor».

  Las conductas prosociales, tales como ayudar, ser generoso, ser amable, compartir.

  Las emociones y la comunicación emocional, reconocer emocio- nes propias y ajenas, empatizar, ponerse en el lugar del otro, apren- der a expresar sus sentimientos y respetar los de los demás.

  El autoconcepto y la autoestima.

El objetivo de entrenar las habilidades sociales en los niños y niñas con TDAH es que aprendan a presentarse ante los demás respetando su forma de ser, sus gustos, sus opiniones, sus deseos, sus necesidades, a la par que respetan la forma de ser del otro, llegando a conciliar ambas para poder convivir, resolver problemas, expresarse, etc. sin anularse a ellos mismos o a los demás.
Las técnicas para entrenar las habilidades sociales son:
  MODELADO: actuar como «modelo» de conducta para el niño o niña poniendo en práctica y ejecutando las conductas que se quie-



ren enseñar. El «modelo» debe ser una persona significativa para el niño o niña, un referente para él, o una persona con la que se sienta identificado. Por ejemplo: ser un ejemplo de cómo se puede llegar a un acuerdo, «entiendo que a ti te guste este juego, pero a mi me gusta más este otro; y como los dos tenemos derecho a jugar,
¿qué te parece si jugamos un rato a lo que quieres y otro rato a lo que yo quiero?, así estaremos contentos los dos».

  MOLDEADO: se trata de ir «moldeando» la conducta a enseñar hasta que se aproxime lo más posible a la conducta original.

  ENSAYO DE CONDUCTA: se trata de «actuar» y ensayar la con- ducta a aprender tantas veces como sea necesario, en distintos contextos sociales y reforzar su ejecución. Recordar que ninguna habilidad puede ser aprendida e interiorizada si no se practica y repite con frecuencia.

  JUEGO DE ROLES: se trata de que cada niño o niña desempe- ñe un rol jugando, para poder practicar la conducta deseada. Por ejemplo: un niño o niña actúa con el rol de sujeto «dominante» que quiere imponer su juego, y otro niño o niña actúa con el rol de su- jeto «asertivo» que se mantiene firme intentando conciliar y llegar a un acuerdo para que puedan jugar los dos.

  REFUERZO POSITIVO Y RETROALIMENTACIÓN: se trata de ir dando información inmediata sobre cómo está realizando el niño o niña su conducta, y reforzarle de forma positiva –con alabanza y reconocimiento- su realización. Por ejemplo: «bien Pablo, al decirle a Juan que entiendes que le guste otro juego distinto al tuyo te estás poniendo en su lugar y estás respetando que le guste otro juego que no sea el tuyo. A eso se le llama «tener en cuenta lo que le gusta al otro». Y al proponerle jugar un rato a un juego y un rato, a otro, estás respetando que los dos tenéis derecho a jugar sin impo- ner un juego sobre el otro. A eso se le llama «saber ceder un poco para que podáis jugar los dos». Recordar que ninguna habilidad puede ser aprendida e interiorizada si no recibe su correspondiente refuerzo y reconocimiento.



ALGUNOS EJEMPLOS DE CÓMO ENTRENAR Y ENSEÑAR LAS HABILIDADES SOCIALES
Hacer cumplidos
Objetivo: Enseñar la conducta de «hacer cumplidos» de forma ade- cuada para reforzar una amistad.

Al entregar un trabajo
  «Oye, tu trabajo mola! Me gustan las fotos!» Correcto: no exa- gera y dice lo que le gusta.
   «Halaaaaa, qué guay!!» Incorrecto: alaba el trabajo, pero no concreta el qué.
  «Es el mejor trabajo del mundo, nadie puede hacerlo mejor» In- correcto: resulta muy exagerado, y puede ser interpretado como poco sincero y artificial.

Has jugado con un niño nuevo y te ha caído muy bien
   «¿Sabes? Eres muy simpático, me lo he pasado muy bien ju- gando contigo, tienes unas ideas muy buenas!» Correcto: le ala- ba y le concreta lo que le ha gustado.

  «Eres la mejor persona del mundo! Desde ahora eres el amigo ‘más mejor de todos’». Incorrecto: alaba, pero es muy exagera- do. No lo tomarán en serio y puede caer pesado.
Aceptar cumplidos
Objetivo: Enseñar la conducta de «aceptar cumplidos» para reforzar la autoestima y para respetar y agradecer el reconocimiento que el otro ha hecho sobre uno mismo.

  Sobre un trabajo que has hecho, te dicen «oye, me gustó tu tra- bajo».
  «Gracias, me costó bastante. Me alegro que te guste» Correc- to: agradeces su cumplido.
  «No, que va, tampoco es tan bueno. Eres un exagerado» Inco- rrecto: no agradeces el cumplido, y no estás valorando la opinión que el otro tiene.



«Sí, ¿a que sí? ¡Es el mejor trabajo de todos!» Incorrecto: resulta presumido y creído.

Sobre tu camiseta, te dicen que «es muy bonita».
  «Gracias, a mi también me gustó cuando la vi. Es de un color muy bonito» Correcto: agradeces su cumplido.
  «¡Bah!, es como otra cualquiera, a mi no me gusta nada» In- correcto: no se agradece el cumplido, y no estás demostrando respeto por el gusto que tiene la otra persona.
  «Normal, es de marca y me costó bastante. Yo siempre llevo cosas bonitas y caras» Incorrecto: resulta presuntuoso y con ello se envía un mensaje de superioridad.
Pedir favores
Objetivo: Enseñar la conducta de «pedir favores» sin imponer ni exigir, respetando el derecho a que el otro pueda decir que no.

  Olvidaste el balón, quieres que Juan te deje el suyo
  “¡Eh!, ¡Déjame el balón, que ya no la usas!» Incorrecto: aunque el razonamiento es bueno, la forma de pedirlo no.
  «Juan, déjame el balón por fa, que yo me lo olvidé, por fa, por fa, déjamela, anda, ¿que te cuesta? No seas malo, anda por fi por fi...» Incorrecto: puede que nos lo deje, pero resultas ser muy pesado.
   «Juan, ¿me dejas el balón cuando termines? Es que yo me he olvidado el mío, en un rato te lo devuelvo y mañana traigo yo el mío y te lo dejo» Correcto: dejas claro que él tiene derecho a jugar primero, se lo pides educadamente, al decirle que «hoy» lo has olvidado le haces ver que es una excepción (normalmente la traes), le pones un límite de tiempo a la petición, y le ofreces algo a cambio (el tuyo mañana).
Cómo defender tus derechos
Objetivo: Enseñar la conducta de «defender tus derechos» sin impo- nerte ni intimidar a los demás.



  Jugando al parchís, un niño te dice que estás jugando mal: «¡Idiota!
¡No sabes jugar!»
   Respuesta agresiva: «¡déjame en paz, el que no sabe jugar eres tú, eres un tonto!». Los dos respondéis de forma agresiva y lo más probable es que acabéis enfadados o en pelea.
  Respuesta pasiva: no decir nada, dejar de jugar e irse, o seguir jugando pero según las normas que imponga el otro niño. Esta forma de responder tampoco es válida porque anula al que no ha dicho nada, y no estaría defendiendo su derecho a equivocarse o a hacer una jugada que creía estaba bien. Además permite que insulten a su persona.
  Respuesta asertiva: «Yo no soy un idiota, yo no te he insultado así que no me insultes a mi. Quizás tengas razón en que he jugado mal, pero yo creo que se puede hacer esta jugada, lo leí en las instrucciones, espera que voy por ellas y lo miramos».

No hay comentarios:

Publicar un comentario