Un alto porcentaje
del alumnado con TDAH presenta dificultades
en el rendimiento escolar.
Son muchos los motivos por los que los niños
y ni- ñas con TDAH experimentan dificultades específicas de aprendizaje en las
técnicas de lectura, escritura y cálculo.
Las tareas basadas
en el lenguaje les resultan complejas ya que la organización de los contenidos en un texto
escrito y la comprensión lectora les supone un obstáculo para
procesar la información. Tienen
dificultades en la adquisición de una lectura
adecuada, así como en captar
las ideas principales del texto cuando éstas no aparecen
de forma explícita. Con frecuencia fracasan
en la composición escrita, lo que genera
actitudes de rechazo hacia la escritura.
En el lenguaje
oral suelen presentar también limitaciones tanto a la hora
de organizar el discurso como para encontrar las palabras
adecuadas.
En el área de matemáticas de nuevo las dificultades de comprensión lectora, la baja memoria de trabajo y la impulsividad les dificulta el progre- so. Las dificultades cognitivas asociadas al TDAH interfieren en múltiples formas con el aprendizaje de las matemáticas: la impulsividad les lleva a co- meter errores en las operaciones debido a la precipitación; no analizan
los signos, pueden cambiar
el algoritmo de la suma por el de la resta o restar
el número mayor del menor sin considerar si se corresponde con el sustraen- do. La impulsividad provoca la respuesta
inmediata a los problemas
antes de haberlos leído y no aplican una estrategia organizada para resolverlos.
En algunos alumnos o alumnas la facilidad para la realización de ta- reas mecánicas puede hacer que
sus dificultades pasen
desapercibidas en los primeros
años de escolaridad. Sin embargo
estas dificultades se
hacen más evidentes conforme aumenta la exigencia escolar, a partir del cuarto curso de educación
primaria y en la educación
secundaria.
Estas
dificultades de aprendizaje representan obstáculos
específicos para aprender en el día a día y que vienen generadas por la misma
sintomatología del trastorno, provocando en el niño o niña retrasos
académicos significativos, aunque
tengan capacidad y un nivel
de inteligencia dentro de la media.
Algunas de las características que presenta
el alumnado con TDAH
que inciden en el aprendizaje son: inhibición de estímulos irrelevantes para la tarea, precipitación en el trabajo,
memorización incorrecta de textos por una
lectura precipitada, carencia de estrategias para manejar la informa-
ción, dificultades para mantener el nivel atencional en el seguimiento de instrucciones.
Cada una de estas
acciones interfiere de una forma
grave en su pro- ceso
de aprendizaje, creando
déficits en las áreas
que abordamos a continuación.
LENGUA
Aproximadamente un 20% de los niños y niñas con TDAH tienen pro- blemas en el lenguaje
oral. Su comprensión lectora
suele ser deficiente, tienen dificultades en la comprensión de textos largos,
a pesar de no tener puntuaciones bajas en vocabulario. Por su impulsividad y los problemas
de atención suelen omitir palabras
e interpretan mal el contenido de la
lectura. De esta manera en la comprensión de instrucciones escritas, el alumnado con TDAH
realiza la tarea
en función de la información que ha logrado retener, considerando sólo algunas variables en la ejecución de tareas.
La comprensión de un texto
implica construir el significado e integrar- lo en los conocimientos previos que tenemos. En los chicos
y chicas con TDAH la dificultad aparece ante tareas
de evaluación con altas demandas de autorregulación o que tratan
de analizar la representación de un texto. Suelen presentar una comprensión pobre en oraciones de notable com- plejidad sintáctica; captan un número
menor de ideas,
no se ajustan a la estructura interna del texto
y su organización de la información es pobre.
En las áreas que requieren destreza manual, tales como la escritura, tienen problemas de
motricidad fina que afecta a
la coordinación y a la se- cuencia
motora en el trazado de las letras, la inatención e impulsividad difi- culta la regulación de sus movimientos, por lo que no desarrollan la habilidad
para realizar movimientos lentos y controlados. Presentan dificultades para ensartar,
modelar con plastilina, colorear de forma controlada, abrochar bo-
tones pequeños, siendo todas ellas habilidades necesarias para lograr el
control y manejo
del lápiz y la adquisición de la escritura, como consecuen-
cia su letra suele ser desorganizada, excesivamente grande o pequeña.
A continuación se exponen
pautas y recomendaciones para
trabajar cada una de estas áreas.
Lectura
• Utilizar un sistema fonológico para el aprendizaje de la lectura
y la escritura.
• Permitir la lectura silábica,
así como el seguimiento de la lectura con el dedo para favorecer
los procesos lectoescritores, evitando correcciones por
el profesorado.
• Aumentar el tamaño de la letra y la distancia entre las líneas para fomentar la exactitud lectora.
• Facilitar una
lectura en silencio o sublabial previa para
que se fami- liarice con el texto.
• Modelar la práctica lectora
correcta: el profesor
o profesora leerá el texto
por párrafos, antes
de que los alumnos o alumnas realicen
la lectura.
• Desarrollar
actividades de lectura
en parejas, de forma
que un com- pañero o compañera que tenga una lectura fluida
sirva de modelo.
• Practicar la lectura conjunta
en voz alta.
• Permitir que siga el texto con un marcador de cartulina, con el dedo o con el bolígrafo.
• Destacar aquellos
aspectos de la lectura en los que se prevé que va
a tener dificultades (determinadas palabras, signos
de puntua- ción...) mediante el subrayado, redondeándolo con color,
una cruz, etc.
• Se premiará con una ficha
cada dos, tres o cuatro palabras
bien leí- das, favorecerá el incremento
de su atención en la lectura y los erro-
res se reducirán. Después de varias
frases, se detendrá
la lectura y se cambiarán las fichas por algún premio previamente acordado.
• Se recomienda detenerse diariamente unos minutos
a leer tarjetas
que contengan palabras con grupos consonánticos de alta dificul-
tad (/tr/bl/pr/bl/). Se juega a visualizar las letras y se representan por escrito sobre la mesa con el dedo.
• Utilizar un metrónomo
para evitar el silabeo o precipitación: se em- pezará leyendo
a una velocidad muy lenta
para ir incrementándola.
• Decirle antes de que le toque su turno qué parte del texto le va a
corresponder leer, lo que aumentará su atención durante
la lectura en grupo.
Comprensión escrita
• Utilizar los
diferentes sentidos
y vías para acceder al significado de las
palabras y conceptos, ver la palabra
escrita, dibujarla, asociarla
con su imagen, etc.
• Previamente a la lectura,
trabajar el vocabulario y los conceptos
nuevos que vayan a aparecer en el texto.
• Si tiende
a vocalizar o lee en voz baja
para sí, permitirle que lo haga, ya que así escucha
su propia voz logrando mantener la atención y captando de este modo el significado del texto.
• No obligar
a leer en voz alta
a un alumno o alumna
que tiene dificul- tades, ya que la lectura en voz alta
no es una estrategia adecuada
para mejorar la comprensión.
• Enseñar a descifrar el significado de las palabras
nuevas por el con-
texto.
• Proporcionar tiempo para buscar las palabras en el diccionario.
• Ayudar a buscar
las ideas principales y diferenciarlas de las ideas secundarias.
• Apoyarse
en las preguntas claves: qué, cómo,
cuándo, dónde y por qué.
• Utilizar organizadores gráficos y estrategias para dar sentido al texto.
• Entrenar al niño o niña para que,
ante cualquier instrucción escrita, rodee con
un círculo la palabra
o palabras que le indiquen la acción o acciones
que tiene que llevar a cabo para resolver
la tarea.
Desmotivación ante la lectura
• Es recomendable entrenar al chico o chica con textos muy cortos,
interesantes y con opciones
atractivas de respuestas, tales como
dibujos, respuesta múltiple, juegos
de preguntas y respuestas, in- ventar título. Es importante recordar premiar al finalizar.
Escritura
• Reforzar la motricidad fina
y la direccionalidad a través de ejercicios de preescritura.
• Utilizar técnicas de enseñanza multisensorial, utilizando
el máximo de canales: auditivo, visual…, para
ayudar al alumnado con proble- mas de ortografía.
• Realizar diariamente caligrafía, bien seleccionada y en papel
con doble raya, ya que les facilita la referencia de arriba y abajo.
• Proporcionar tiempo para la corrección de su propia grafía.
• Proponer actividades de corrección mutua de grafía.
• Corregir únicamente las faltas de ortografía que hagan referencia a la regla ortográfica que se esté trabajando.
• Ser
flexibles con los errores ortográficos
en la realización de los trabajos, dando más importancia al contenido que a la forma.
• Practicar regularmente la escritura en el ordenador, escribir
pala bras que le resulten
especialmente difíciles.
• Reducir la
cantidad de texto a copiar.
• Construir un diccionario personal con aquellas
palabras con las que
tiene dificultades.
• Es importante crear en el niño o niña el hábito del repaso mediante el deletreo.
La autoinstrucción que le ayudará en este sentido podría ser:
«tengo que
repasar enumerando cada una
de las
letras que
he escri-to». Se debe de tener en cuenta que este entrenamiento se
tendrá que realizar sobre textos muy
cortos, pues supone un
gran esfuerzo.
• Ante
errores concretos convendría
practicar sobre una caligrafía personalizada, insistiendo
únicamente sobre estos errores y no practicar por practicar.
• Ante errores de tipo atencional o despistes, es más efectivo
reforzar positivamente mediante
el elogio específico ante palabras o fragmentos bien escritos.
Expresión escrita
• Previamente a la escritura, realizar una lluvia de ideas con o sin
apoyo visual, que
proporcione ideas,
conceptos, vocabulario, etc.
• Enseñar los diferentes tipos de textos y la estructura de cada uno de ellos de una manera
muy explícita.
• Emplear tarjetas o fichas para
pensar, que les guíen
en la planificación y producción
del texto.
• Permitir utilizar el ordenador
como herramienta complementaria de aprendizaje.
Realizar trabajos con ordenador.
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