• Consiste
en indicarle al niño o niña que haga algo que repare
o compense el daño causado por su conducta
negativa. Puede ser de dos tipos:
- Sobrecorrección restitutiva: consiste
en reparar los efectos negativos de la conducta
inadecuada, dejando la situación igual o
mejor que estaba
antes del daño. Por ejemplo,
si tira al suelo una caja de ceras de colores y las pisa, se le puede indicar
que las recoja y limpie el suelo.
- Práctica
positiva: consiste en practicar de manera repetida
una conducta alternativa que sea adecuada. Por ejemplo, si sale
de la clase corriendo y empujando a los compañeros, se le puede indicar que practique varias veces la salida despacio
y sin adelan- tar agresivamente
a nadie.
• Ambas versiones de la sobrecorrección se pueden aplicar
juntas o por separado.
• Es eficaz
porque utiliza consecuencias punitivas basadas en el es-
fuerzo.
• Antes de que realice la conducta, cuando observamos que está a punto
de hacerlo o bien cuando
se trata de una conducta reiterada, podemos informarle una vez de lo que
se le pedirá si la lleva a cabo.
• La sobrecorrección se debe aplicar
inmediatamente después de la emisión de la conducta negativa.
• Es probable que el niño o niña se niegue.
En ese caso debemos
garantizar el cumplimiento de lo que se le pide, tranquilamente pero con firmeza.
• Es importante ignorar su resistencia, llantos
o rabietas y no entrar en debates, discusiones o negociaciones.
• Podemos prestarle ayuda para la realización de la práctica
que le hemos pedido.
• Tras la correcta realización de la práctica
o reparación que le he-
mos solicitado, se debe elogiar
y reforzar el esfuerzo
y olvidar el incidente.
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