LA
LECTOESCRITURA Y EL CÁLCULO
OBJETIVO:
Enriquecer nuestro conocimiento sobre
el desarrollo de los procesos de lectura, escritura y cálculo en los niños de
Educación Infantil.
DEFINICIÓN DE LECTURA
La lectura es una tarea bastante compleja y todavía mal comprendida.
Las investigaciones no cesan en este terreno por lo que continuamente estamos
sometiendo a revisión los aspectos teóricos y prácticos del aprendizaje
lecto-escritor, materia escolar instrumental y vehicular de casi todos los
restantes aprendizajes escolares. Es, pues, mucho lo que ignoramos de la lecto-
escritura, pero también son bastantes las aportaciones que vienen llegando
desde los distintos sectores científicos y que nosotros vamos a intentar,
aunque sea sucintamente, exponer.
LECTURA: Sobre el concepto de lo que es leer observamos dos
concepciones distintas e incluso a veces contrapuestas.
Concepción 1º: Aboga por la lectura como actividad de
descodificación, de encontrar la correspondencia grafofonética o, simplemente
de dar sonorización a unos signos caprichosos, los grafemas.
Concepción 2ª: Concibe
la lectura como una anticipación, una adivinación que alcanza directamente el
significado a través de la percepción de formas globales.
La
primera concepción parte, pues, de información de "bajo nivel". La
segunda corriente arranca de las informaciones llamadas de "alto
nivel".
La corriente que arranca de los niveles simples de
información considera la lectura como la realización correcta de las
correspondencias grafofonemáticas (grafemas a fonemas), el conocimiento de sus
leyes, la capacidad y los límites de cada una y las excepciones que presenta el
código escrito de cada lengua. Cuando se domina este proceso o mecanismo de
descodificación se pueden leer palabras que no se han visto nunca escritas e
incluso palabras sin significación alguna, logotomas, que son fracciones
sonoras sin sentido formadas por la combinación arbitraria de consonantes y
vocales.
Se
parte, pues, de la identificación del grafema, asociar los grafemas a los
fonemas correspondientes para llegar progresivamente a través de la sílaba a al
palabra, de la palabra a la frase y de ésta al texto, esta corriente radicalizada
al máximo conduce a la idea de que la lectura es una simple actividad de
descifrado sin que intervenga la capacidad cognitiva adscribiendo o extrayendo
el significado subyacente.
En
la segunda corriente, lo que realmente se contempla es la actividad cognitiva
del sujeto. Se llega a la lectura simplemente tomando contacto con el texto
escrito (palabra o frase) sin la utilización de estrategias alfabéticas, es
decir, de correspondencias tira fónica - tira gráfica. Esta corriente llevada a
sus últimas consecuencias considera nuestra lectura alfabética como si se
tratara de una lengua logográfica (cada palabra se representa por un dibujo o
signo distinto).
Ninguna de las dos concepciones está en condiciones de
dar una explicación completa de lo que es la lectura. Esta no puede reducirse exclusivamente a ninguno
de los dos mecanismos defendidos por las corrientes mencionadas. Leer es,
simultáneamente, poder descodificar y extraer el significado de lo escrito. Los dos procesos son interactivos, de
tal manera que los sujetos que han automatizado las estrategias
grafofonológicas pueden dedicar sus capacidades cognitivas a la compresión,
interpretación y/o evaluación del texto escrito, y, asimismo, llegado a un
cierto nivel comprensivo de lo que se lee se puede obviar el uso de las
estrategias grafofonológicas yendo al significado directamente. No se pueden,
pues, separar en la explicación del acto lector los aspectos técnicos
(traducción o descifrado del código gráfico al fonético) de los comprensivos.
Como afirma Gaston Mialaret saber leer es "ser capaz de transformar un
mensaje escrito en un mensaje sonoro, siguiendo ciertas leyes muy precisas, es
comprender el contenido de un mensaje escrito, es ser capaz de juzgar y
apreciar el valor estético". Leif y Rustin han formulado una definición de
lectura consecuente con la integración de dos corrientes expuestas cuando
señalan que "leer significa remontarse del texto escrito al lenguaje
fónico y a través de él, al pensamiento subyacente".
Nosotros
vamos a formular una definición de lectura amplia que comprenda también la
lectura táctil y que, a su vez, intente soslayar el enfoque exclusivamente
perceptivo visual con que hasta ahora se ha estudiado el proceso lector.
Entendemos, pues, la lectura como la traducción comprensiva de
una imagen o signo visual (grafema o letra) o de una imagen tactilemática
(especial rugosidad del papel o soporte) a una imagen fonológica (fonema) o
fonoarticulatoria (lectura oral) de
cualquier tipo de mensaje.
Con esta definición, independientemente de destacar
los dos tipos de lectura (oral y silenciosa), nos situamos dentro de una
concepción audio-vocal o fonoarticulatoria del acto lector-escritor.
DEFINICIÓN
DE ESCRITURA
ESCRITURA: En lo que respecta a la
escritura, aunque su aprendizaje debe contemplarse unido esencialmente a la
lectura (a nivel didáctico) debemos de hablar de lecto-escritura) posee ciertas
exigencias específicas que se deducen de las diversas definiciones que sobre
ella se han formulado. Para Condemarin y Chadwick "la escritura es una
representación gráfica del lenguaje que utiliza signos convencionales,
sistemáticos e identificables. Consiste en una representación visual y
permanente del lenguaje que le otorga una carácter transmisible, conservable y
vehicular".
La
escritura, modo de expresión verbal tardío tanto a nivel ontogenético como
filogenético, constituye una dimensión de la comunicación verbal que utiliza
signos gráficos o grafemas como soporte de mensajes significativos. La
escritura garantiza la permanencia de los mensajes verbales en el tiempo
evitando las deformaciones que la transmisión oral supone. La escritura
sobrepasa las coordenadas espacio-temporales de la comunicación oral.
Constituye asimismo un instrumento de expresión personal, una especie de
diálogo del individuo consigo mismo. La escritura es, pues, una representación
gráfica de la lengua oral constituyendo un medio de conservación de las
experiencias humanas y un vehículo importante de difusión de las mismas.
La escritura se puede analizar
esencialmente desde dos puntos de vista:
a) Desde el punto de vista de la expresión del pensamiento:
Consideramos
la escritura como el sistema de expresar
los pensamientos, sentimientos o ideas por medio de la representación
grafemática de los sonidos, combinados de
manera que formen palabras, frases y/o textos.
b) Desde el punto de vista técnico
Escribir
es dibujar signos que deben reproducirse de acuerdo a modelos arbitrariamente
establecidos y con arreglo a ciertas características formales de dirección,
orientación, orden, tamaño, forma y proporción.
La
escritura es grafismo y lenguaje. Está, pues, condicionada por las
posibilidades psicomotrices que le permiten abordar su aspecto técnico y por el
conocimiento lingüístico, que le da su significado o sentido.
Como
síntesis de lo que venimos diciendo la escritura
podríamos definirla como la traducción de una imagen fonológica o
fonoarticulatoria (portadora de un mensaje) a una imagen visual grafemática o
tactilemática, mediante movimientos psicomotrices finos económicos en cuanto a
rapidez y esfuerzo y claros y estéticos, en cuanto a su representación en el
soporte o papel.
Esta
definición se adecua más exactamente a la actividad escritora conocida como
composición o redacción. Habría que
contemplar además la copia (actividad optografemática) y el dictado (actividad
audio o fonografemática).
FACTORES QUE INTERVIENEN EN EL APRENDIZAJE DE
LA LECTO-ESCRITURA
De
los estudios y/o investigaciones realizados y/o expuestos por distintos autores
(Lorenço Filho, Pierre Vayer, Y. Escoriza, A. Guille, Downing, Alegria,...) que
hacen referencia explícita a las capacidades o factores que inciden en la
lecto-escritura se van a destacar una serie de destrezas o actitudes en las
que, con mayor o menor insistencia, han centrado sus estudios. El análisis de
estas capacidades va a poner de manifiesto una serie de factores que seria
preciso trabajar para una iniciación adecuada del aprendizaje lecto-escritor
propiamente dicho, así como para establecer las actividades adecuadas de
reeducación en el supuesto de que se presenten alteraciones en este área del
aprendizaje escolar.
Hay
que advertir que, en la actualidad, no hay coincidencia en establecer una
relación causa-efecto entre los distintos factores que se han estudiado y el
desarrollo del comportamiento lecto-escritor.
Las
opiniones dependen en la mayoría de los casos, de la concepción de la
lectoescritura que se sustente y/o de las metodologías y/o estrategias
reeducadoras empleadas. Independientemente de los factores considerados
tradicionalmente madurativos o de aprestamiento lecto-escritor, intervienen
otros factores o circunstancias tanto o más decisivos, tales como el método
utilizado, la actitud del profesorado, las interacciones profesor-alumno, las
interacciones interalumnos, la procedencia socio-cultural de alumno, su estilo
de aprendizaje, la motivación para aprender, etc. Hay, pues, que matizar y
abundar en que toda valoración de la madurez y, sobre todo cualquier pronóstico
sobre éxito o fracaso en lecto-escritura, no se puede realizar sin tomar en
consideración el método lecto-escritor a utilizar. En buena lógica habría que
elaborar baterías referidas a métodos y/o técnicas concretas de aprendizajes
lecto-escritor.
En el grafico nº1 se recogen los factores que según
las distintas investigaciones realizadas hasta ahora intervienen en la
lecto-escritura, dividimos en cinco grandes apartados:
a) Mentales
b)
Sensorio-perceptivo-motrices
c)
Lingüíticos
d)
Metalingüíticos
e)
Sociemocionales, culturales y metacognitivos.
.
GRAFICO
1
|
A-
MENTALES
|
. ANALISIS
. SINTESIS
. ABSTRACCION
. NOCIONES LOGICAS DE: Conservación,
Inclusión, Correspondencia,
Seriación
. MEMORIZACION: Visual, Auditiva, Grafemática
. MEMORIA SECUENCIAL
. ATENCION CONCENTRADA MINIMA
|
B- SENSORIO
PERCEPTIVO-MOTRICES
|
. ORGANIZACION ESPACIO-TEMPORAL:
Localización espacial, Sentido del
tiempo, Sentido del Ritmo,
Secuencias Temporales
. LATERALIZACION
. PERCEPCION VISUAL: Discriminación,
Comprensión e integración de las
imágenes visuales, Constancia
perceptiva, Figura-fondo, Orientación Izda-dcha
. PERCEPCION AUDITIVA: Captación y
discriminación de sonidos,
Comprensión e integración de las diferentes
secuencias auditivas
. PERCEPCION TACTIL: Discriminación,
Comprensión por memoria
. COORDINACION VISO-MOTRIZ
. COORDINACION AUDIO-MOTRIZ
. CONCIENCIA DEL MOVIMIENTO
. INHIBICION Y CONTROL NEUROMUSCULAR
. INDEPENDENCIA SEGMENTARIA
. COORDINACION Y PRECISION DEL GESTO
|
C-
LINGÜISTICAS
|
. FUNCION COMUNICATIVA
. VOCABULARIO: Comprensivo y Expresivo
. GRAMATICA IMPLICITA
. ARTICULACION ADECUADA
|
D-
METALINGÜISTICAS
|
.
CONCIENCIA FONOLOGICA, SILABICA, LEXICA Y FRASESUAL
|
E- SOCIO-EMOCIONALES, CULTURALES Y METACOGNITIVAS
|
. PARTICIPACION RESPONSABLE
. HABITOS CONDUCTUALES MINIMOS
. SEGURIDAD Y CONFIANZA
. MOTIVACION POR LEER Y ESCRIBIR
. CONOCIMIENTO DE LA UTILIZACION DE LA
LECTO-ESCRITURA
. FAMILIARIDAD CON LA LECTO-ESCRITURA
|
Existen numerosos errores de
tipo metodológico a la hora de establecer la importancia de estos factores
supuestamente intervinientes. Las investigaciones parece que solo logran
relacionar como
posibles agentes causales de dificultad lectora los
problemas derivados de daño cerebral leve, moderado o grave, el retraso madurativo, cierta relación
genética en algunos casos, ciertas condiciones ambientales (clase social, nivel
educativo, problemas familiares,...) y factores psicólogicos y conductuales
como la motivación, déficits atencionales -con o sin hiperactividad-, problemas
emocionales y/o de conducta. No está demostrada claramente la relación con la
dominancia cerebral y parece menos relevante de lo que se suele creer la
importancia de los factores visuales periféricos. Algunos estudios señalan que
no hay prácticamente relación entre el entrenamiento perceptivo (con programas
tipo Frostig), la realización de determinados ejercicios de discriminación
auditiva -no estrictamente centrados en los sonidos y las letras- o hacer tareas
de entrenamiento en integración sensorial -como las de Stambak-.
Para
muchos autores, el que los alumnos-as con problemas lectores puedan tener más
problemas en esas pruebas y ejercicios que los alumnos-as sin esos problemas,
no significa que exista una relación causa-efecto. La correlación estadística
no significaría necesariamente causación.
MÉTODOS
DE ENSEÑANZA/APRENDIZAJE PARA LA LECTO-ESCRITURA
Uno
de los problemas que más agobia al profesor-a es la elección de un método para
la enseñanza de la lecto-escritura. Dos
grandes líneas metodológicas -sintéticas y globales- han sido presentadas
como antagónicas y excluyentes a lo largo de los últimos decenios.
Según
Braslavsky "la querella de los métodos tiene sus raíces en las disputas
psicológicas de principio de siglo y quizás por eso mismo tan apasionada.
Llevando las exposiciones a su extremo, puede decirse que en ella se haya
implicada una cuestión que tiende a definir los medios que se ponen en juego
para la adquisición de conocimiento, ya sea mediante procesos que demandan la
aplicación del esfuerzo intelectual, o bien mediante aquéllos otros que se
valen de recursos que proporcionan espontáneamente la verdad mediante la
adivinación o revelación".
Al
demandar la lecto-escritura los procesos de análisis y síntesis, al predominar
o conceder mayor importancia a uno u otro ha desembocado en una de las dos
metodologías esenciales (global o sintética) y de las cuales derivan, sólo con
ligeras variantes, los distintos métodos que existen actualmente. Los métodos
existentes pueden englobarse, de una manera general, en tres grandes grupos:
a) Sintéticos,
que pretenden ir de lo simple a lo complejo, comienzan por unidades elementales
(letras, sonidos o sílabas)
b) Globales, inverso al anterior comienza
por palabras, frases o textos.
c) Mixtos
o eclécticos que intentan recoger aportaciones de una y de otra corriente
metodológica.
MÉTODOS SINTÉTICOS
Las
modificaciones de los métodos sintéticos han dado lugar a las siguientes
variantes:
ALFABÉTICOS
El
niño-a aprende a decir el nombre de las letras que le son presentadas en una
cartilla o alfabeto.
Inconvenientes:
el nombre de las letras no coincide necesariamente con el de su pronunciación
en sílabas y/o palabras. Tradicional y universalmente empleado desde la
antigüedad grecorromana está hoy en desuso.
SILÁBICOS
El
elemento base para la enseñanza de este método es la sílaba. Se adecua a la
realidad material de emisión del sonido.
Inconvenientes:
esfuerzo memorístico, puede provocar desinterés, no se educa el sentido de la
vista y se fomenta la lectura mecánica sin significado.
FONÉTICOS
El
signo se asocia directamente con su sonido y no con su nombre. Es un método que
se adapta perfectamente al español ya que nuestra lengua, contrariamente al
francés y al inglés, mantiene una correspondencia grafofonética bastante
precisa. Predominan en español los grafemas monovalentes, o sea, los que
representan un sólo y mismo fonema cualquiera que sea su posición.
La
mayoría de los expertos en lectoescritura reconocen el valor de esta
metodología ya que desarrolla la capacidad de articulación y pronunciación de
las palabras, es bastante lógico (el neolector puede leer y escribir cualquier
tipo de palabra que no haya visto antes incluidos los logotomas), económico,
permite una secuenciación adecuada y es de fácil aplicación.
Inconvenientes:
prácticamente los mismos que para los métodos silábicos
MÍMICOS O
GESTUALES
Conjuga
la asociación signo-sonido-gesto codificado.
MÉTODOS GLOBALES
Los métodos analíticos o globales se caracterizan
porque desde el primer momento se le presentan al niño unidades con un
significado completo y, por tanto, con referentes cercanos a su mundo.
Entre
estos métodos podemos contar los siguientes:
LÉXICOS
Se
presentan palabras con significado para el neolector y tras numerosas
repeticiones se forman frases con las palabras aprendidas visualmente. Entre
los argumentos que se esgrimen a su favor está el que las palabras son las
unidades básicas para el pensamiento, que centra la atención sobre el sentido o
significación y que generalmente la mayoría de las personas reconocen los
objetos antes de distinguir sus componentes o elementos.
Los
inconvenientes de este método así como de todas las metodologías de orientación
global pura, es que los niños no pueden descifrar ellos solos las palabras que
se encuentran por primera vez, lo que retarda enormemente el aprendizaje.
FRASEOLÓGICOS
En
este método, a partir de una conversación con los alumnos-as, el profesor-a
escribe en la pizarra una frase. Dentro de estas frases el niño irá
reconociendo las palabras y sus componentes. Se basan en que la frase es la
unidad lingüística natural y que habitúa al alumno-a a leer inteligentemente y
estimula el placer y la curiosidad por esta actividad instrumental.
Los inconvenientes son los mencionados para los léxicos así
como la dificultad para su ejecución y gradación por parte del profesor-a.
CONTEXTUALES
Es
una ampliación del método de frases analizado anteriormente. Su ventaja
primordial es el interés que el texto y los comentarios sobre el mismo pueda
tener para los alumnos-as.
Los
inconvenientes, aparte de los mencionados para los otros métodos de orientación
globalista, es que los alumnos-as cuando están intentado leer hacen coincidir
su lectura con lo que ellos creen que dice el texto, produciendo bastantes
inexactitudes.
METODOS MIXTOS O ECLÉCTICOS
Frente
a la polémica teórica, estéril por otra parte, entre las metodologías globales
y las metodologías sintéticas, han surgido una serie de metodologías eclépticas
mitigadoras de los inconvenientes de una y otra orientación. La propia práctica
escolar muestra que en ningún caso se produce la utilización pura de una de las
dos metodologías.
MÉTODO DE
ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DE LA LECTO-
ESCRITURA QUE
PROPONEMOS
Los
métodos que están produciendo mejores resultados en nuestro país son los que se
mueven dentro de una concepción ecléptica
y polisensorial, intentando obviar los inconvenientes de metodologías puras,
globales o sintéticas, y recoger los valores positivos de ambas orientaciones.
Bramberger,
con respecto a la infundada polémica entre métodos sintéticos y globales afirma
mediante una claridad meridiana: "Supérese todo dogmatismo metodológico en
los comienzos del enseñar a leer. Puesto que la investigación (y la práctica
cotidiana -decimos nosotros-) ha probado que los niños-as perciben tanto
integral como sintéticamente, en metodología se deberá evitar el dogmatismo (es
decir, no se seguirá un método estrictamente sintético ni estrictamente
integral). La manera de presentar los materiales a todos los alumnos ha de ser
multifactorial, polifacética y el método ha de ser
ecléptico".
Sería conveniente abordar investigaciones acerca de
la conveniencia de un método sobre otro para tratar a sujetos con determinadas
dificultades psíquicas o sensoriales.
Asimismo,
indicar que el método no es más que un
medio, una ayuda para el maestro-a y para el alumno-a una etapa más o menos
corta de la vida escolar. El maestro debe dominar las bases científicas del
método que utiliza así como aceptar plenamente el mismo, ya que cada método
tiene que ver mucho con la personalidad del que lo aplica.
¿ENSEÑAMOS
A LEER A BEBÉS?
A tenor de lo que
hemos venido analizando en páginas precedentes, y de algunas consideraciones
que haremos en las que siguen, la lectura requiere unos niveles madurativos muy
evolucionados. La necesidad de que exista previamente un desarrollo
intelectual, lingüístico, psiconeurológico, actitudinal y motivacional, etc. es
un argumento esgrimido por la mayoría de los tratados sobre la lectura. Desde
este punto de vista: ¿QUE EDAD ES LA ADECUADA PARA ENSEÑAR A UN ALUMNO-A A
LEER?. Legisladores, maestros, psicólogos, pedagogos, médicos, etc. todos tienen
una respuesta más o menos basada y fundamentada.
Para
unos, el aprendizaje lector no debe incluirse como contenido curricular hasta
que los alumnos-as no tengan la adecuada madurez. Lo contrario podría conllevar
que nuestra intervención ocasione problemas importantes que podrían derivar en trastornos disléxicos y/o posibles
trastornos del aprendizaje más globales.
Para
otros, el aprendizaje lector ha de ser un aprendizaje más que cuanto primero se
trate de instaurar mejor, ya que no sólo favorecería la adquisición de una
habilidad sofisticada y compleja que le permitiría acceder a integrar y
adaptarse al medio en el que vive, sino que también impulsaría y mediatizaría
otro tipo de adquisiciones cognoscitivas, lingüísticas, personales y sociales.
De
los partidarios del aprendizaje "retardado" ya tenemos bastante
información. Quizás lo interesante sea centrarnos en algunas experiencias
realizadas sobre el aprendizaje precoz. Algunos partidarios de esta corriente,
como Glenn Doman ("Cómo enseñar a leer a su bebé" de Editorial
Diana), afirman que en torno al año es un momento ideal para empezar a enseñar
a leer a un bebé y que para ello lo
decisivo es el MÉTODO, en donde podemos incluir también cómo debemos de
actuar quienes enseñamos y también el cuándo -es decir el momento-. Señalan que
el aprendizaje en estas edades, cuidando las condiciones, es rápido y sin
esfuerzo.
Este
método se ha adaptado a una situación de clase con niños de EDUCACIÓN INFANTIL
1 -es decir en torno a tres años- y los resultados están siendo muy
interesantes.
LEER Y ESCRIBIR EN
EDUCACIÓN INFANTIL.
Aunque la lectoescritura, según la L.O.G.S.E., no debe
ser un objetivo prioritario en Educación Infantil, “deben ofrecerse a los niños
situaciones y contextos en los que el
texto escrito se presente conjuntamente con otros procedimientos gráficos, con
intención de comunicar algo a otros o para sí mismos”.
Según la teoría piagetiana
el niño es un sujeto que aprende básicamente a través de sus propias acciones
sobre los objetos del mundo, y que construye sus propias categorías de
pensamiento al mismo tiempo que organiza su mundo, de manera que los estímulos
no actúan directamente sino que son transformados por los sistemas de
asimilación del sujeto, lo cual hace poner en el centro del proceso al sujeto
del aprendizaje y no al que supuestamente conduce a este aprendizaje; lo cual
nos permite introducir el lenguaje escrito en tanto objeto de conocimiento y al
sujeto del aprendizaje en tanto sujeto cognoscente, siempre que tengamos claro que el punto de partida ha de
ser el sujeto mismo y no el contenido a ser abordado. Sujeto que, por otra
parte, sabe más de lectura y escritura
de lo que hubiéramos atrevido a imaginar. No olvidemos que el potencial de
lecto-escritura está en todo lo que nos rodea, muy pronto será capaz de leer
logotipos de marcas y alguna publicidad.
En
cuanto al controvertido concepto de la madurez lectora, es razonable que si
todo anda bien, también suceda lo mismo con este aprendizaje, pero no hay que
confundir una correlación positiva con una relación causal. Más que la edad, la
participación en situaciones de lecto-escritura está determinada por la propia
preparación y experiencia que hace que ciertos niños-as estén capacitados para
afrontarla psicolingüística y sociolingüísticamente.
Sabemos muy poco sobre la
fase inicial de la lectura y de cómo se relaciona este inicio con el habla,
aunque tanto el aprendizaje de la lectura como el del habla basen sus
actividades en la comunicación del significado, pero puesto que la
interpretación y la reacción al lenguaje impreso puede constituir un paso corto
desde la interpretación y reacción al lenguaje hablado, el desarrollo del
lenguaje oral debe ser prioritario. Los niños-as aprenden el lenguaje oral y
aplican al papel los conceptos y estrategias conseguidas a través del
desarrollo de este lenguaje, como resultado de la frecuente exposición al
significado dentro de un ambiente global, del reforzamiento positivo y de la
oportunidad para experimentar a través de la composición de hipótesis y la
auto-evaluación, pues, ¿qué es leer sino, entre otras cosas, hacer hipótesis
sobre una significación posible y después verificar esas hipótesis en el texto?
Debemos partir de unos
principios básicos:
No
identificar la lectura con descifrado.
No
identificar la escritura con copia de un modelo, ya que la escritura no es
copia pasiva, sino interpretación activa de los modelos del mundo adulto.
No
identificar progreso en la conceptualización con avances en el descifrado o en
la exactitud de la copia.
Comprender un enunciado
consiste en anticipar la significación y en verificar a partir de ciertos
indicios esta anticipación, lo cual presupone una actitud activa de búsqueda,
propia del niño que se adentra en el lenguaje. De ahí la importancia de
instalarlo en una relación con el texto en espera siempre de una significación,
para lo cual el libro ilustrado será un magnífico instrumento, ya que con él
los niños-as hablan lo escrito antes de saber leer; se benefician así de una
gran experiencia lingüística, ya que mantienen con el libro de imágenes
relaciones de interrogación particularmente ricas; movilizan todo su
funcionamiento lingüístico para rememorar a partir de las ilustraciones de los
libros las historias que les gustan y que se hacen muchas veces contar. Para
las historias desconocidas, progresivamente van a aprender a pasarse el soporte
de la memorización a grandes líneas del texto, a ensanchar sus posibilidades
imaginativas: van a poder adivinar, encadenar acontecimientos de manera más precisa,
imaginar nuevas relaciones entre los personajes...
Es importante que aprendan
que los libros cuentan una historia y que los dibujos le sirven de apoyo, que
miramos la página de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo y que la letra
impresa parece provocar el lenguaje oral, que pueden reconocer e incluso
reproducir en alguna medida. Así utilizan lenguaje oral y lectura como procesos
que se refuerzan mutuamente. En un principio el lenguaje oral apoya las
actividades lectoras, después el lenguaje escrito puede incluso promover el
desarrollo del lenguaje oral. De manera que podemos afirmar que la narración de
historias, la lectura de cuentos y las habilidades de conversación son modos
lingüísticos interrelacionados que se sostienen mutuamente en un mismo modelo
comunicativo y que constituyen sin duda experiencias interactivas.
Aprendemos a leer para
construir un significado y comprendemos letras y dibujos para comunicar
significados. Generalmente inician su escritura cuando su lengua oral y su
lectura comienzan a darse en una situación interactiva con una persona que
conoce el lenguaje. empezarán con garabateos desorganizados, que presentarán
con posterioridad tendencias verticales y horizontales, linealidad consistente,
variedad de estructuras continuas y finalmente unidades de letras reales o
aproximación a las mismas. En los primeros trazos de producción espontánea,
dibujo y escritura se confunden: ambos consisten en marcas visibles sobre el
papel. Luego se irán diferenciando, pues hemos de notar que la linealidad y
orientación horizontal son rasgos característicos de la escritura y no del
dibujo. Producirán pues, formas no icónicas, en línea, con cierta longitud pero
con indiferenciación de formas; con lo cual, aunque no sepan leer, separan lo
legible de lo no legible.
En los momentos iniciales
la coordinación entre escritura y lectura no se dan alternativamente porque la
escritura no es una actividad inversa a la lectura y las dos no se dan
simultáneamente, desde el punto de vista evolutivo. La referencia a la frecuente metáfora del
código, según la cual la lectura y escritura se parecen a la codificación y
decodificación, ha inducido a la idea errónea de que ambas son la inversa de la
otra y simultánea, sin embargo, para los niños-as escritura y lectura no son
procedimientos inversos. La creación de algo para escribir es diferente a la
aprehensión de algo para leer. Los procedimientos difieren en las habilidades
que requieren, tanto como en la motivación y en el contexto. Precisamente la
coordinación entre lectura y escritura, inicialmente separadas, será un
objetivo a conseguir durante los primeros años de escolaridad.
Con respecto a lo que
escribe el niño no podemos confundir el nivel de realización gráfica con el
tipo de enunciados a escribir: para los pequeños es posible escribir textos
enteros antes incluso de manejar la escritura adulta de palabras, a base de
elementos gráficos que disponen a la manera de un cuento, una carta, una receta
de cocina que luego son capaces de leer mediante la práctica del balbuceo, o
expresando lo que realmente querían escribir, con lo que demuestran que lo que
han escrito tiene sentido y se puede leer. Este, precisamente, es el origen de
la fascinación sentida por el proceso de producción del lenguaje escrito como portador
de una valiosa comunicación. Por todo lo expuesto anteriormente, podemos
concluir que la lecto-escritura debe inscribirse normalmente sin esfuerzo entre
las numerosas, ricas y variadísimas actividades que el niño pequeño lleva a
cabo en un proceso de descubrimiento del mundo, de la creatividad espontánea;
nunca debe ser impuesto, sino que comenzará como una actividad conjunta de
juego y trabajo, recordando siempre a Montessori cuando decía que el juego es
el trabajo del niño.
Es importante proporcionarles
un ambiente rico en estímulos, integrándoles la lengua oral y escrita a lo
largo de toda la jornada, dentro del cual tengan fácil acceso a los libros
ilustrados y a otros materiales escritos, en el que la narración y lectura de
cuentos sea práctica habitual y gozosa.
Igualmente hay que
habituar a los niños a ver y asistir al acto de la escritura, poniendo cuidado
en explicar qué hemos escrito en cada momento: desde lo que ellos mismos nos
dictan, por ejemplo, lo que tenemos que preparar para ir de excursión, hasta
los elementos necesarios para poder leer el parte meteorológico cada mañana;
ello los familiarizará con una forma distinta de expresión, lo mismo que
anotarle cualquier mensaje para sus padres que previamente se les ha comunicado
de forma oral, o que entre ellos se envíen misivas o cartas.
FORMACIÓN
DE CAPACIDADES EN RELACIÓN CON EL DESARROLLO LÓGICO-MATEMÁTICO.
El conocimiento está organizado como una estructura
coherente en la que ningún concepto puede existir aislado, sino que se basa y
está construido sobre una red completa de otros conceptos anteriores.
La programación de
contenidos matemáticos en la Educación Infantil ha de estar pensada para que
cada niño se pueda construir los rudimentos de esta red. Estos rudimentos
constituirán los fundamentos sobre los que se fijará el edificio matemático.
En matemáticas, el
aprendizaje sigue una dirección hacia una abstracción cada vez mayor, y los
conceptos de orden más elevado se abstraen de otros conceptos. Antes de
intentar plantear un nuevo concepto hemos de encontrar pues, cuales son sus
conceptos contributorios, y así sucesivamente hasta que lleguemos a los
conceptos primarios.
Así, una parte importante
de los contenidos matemáticos en Educación Infantil, ha de estar formada por
los conceptos primarios o nociones básicas (espacio y tiempo, número, orden y
medida, de forma y tamaño,...)
Los conceptos aparecen al
principio, como unas nociones oscuras que van ganando, poco a poco, en
claridad, amplitud y profundidad. El niño, durante el periodo de la actividad
representativa, comienza con preconceptos que proceden de las percepciones y
del contacto real con los objetos. Pero muy pronto comienza a discriminar, a
abstraer y a generalizar a partir de los datos de la realidad.
El concepto no puede ser
una copia directa de la percepción porque en tal caso no sería generalizable.
Un concepto consiste en
una generalización sobre una serie de datos relacionados. Ahora bien, los
procesos de generalización están ligados a la abstracción.
En la formación de
conceptos matemáticos es preciso distinguir la abstracción simple de la
abstracción reflexiva.
La abstracción simple es
la abstracción de las propiedades que están en los objetos. Mediante la
abstracción simple todo lo que hace el niño es centrarse en una determinada
propiedad del objeto, ignorando las otras. Reconocer determinados atributos o
propiedades para la elaboración de un concepto tan elemental como el color,
supone abstraer de los objetos una cualidad. Cuando miramos un objeto nunca
vemos aisladamente su color, sino que todas sus cualidades sensibles se nos
presentan en un solo acto de percepción. Extraer de este conjunto perceptivo
una cualidad, el color, supone ya una abstracción mental. En la abstracción
reflexiva lo que se abstrae no es lo observable, aquello que ya existe en los
objetos ( sus propiedades físicas), sino que se descubren propiedades a partir,
no de los objetos como tales, sino de las acciones (reunir, separar, ordenar,
etc.), que se efectúan sobre los objetos. Esta abstracción es una auténtica
construcción de la mente, más que una centración en algo que existe en los
objetos. La actividad manipulativa es, durante la Educación Infantil, un medio
privilegiado para estimular la verdadera actividad que es mental.
Los conceptos lógico-matemáticos
están construidos por abstracción reflexiva. Pero, para el niño de nivel
preoperatorio, la abstracción simple es también necesaria, ya que si no
hubiesen propiedades físicas reconocibles el niño no prodría establecer
relaciones de similitud o diferencia entre los objetos. Recordemos que durante
este periodo hay una primacía del aspecto físico observable, y que los aspectos
físicos y lógico-matemáticos de sus acciones continúan siendo relativamente
indiferenciados.
De todos modos, para que
el niño pueda obtener información cuando observa, manipula o actúa sobre los
objetos, es imprescindible que disponga de
un esquema. Nada de lo
que ocurre en el mundo puede interpretarse como si fuese un incidente aislado,
sino que se relaciona con todo el conocimiento anterior. Una propuesta
didáctica adecuada será la que favorezca, por una parte, la interrelación de
conceptos integrándolos en una estructura lógico-matemática, y por otra, la
funcionalidad de los conceptos contributorios en el sentido de estar disponibles
para la formación de nuevos conceptos.
La
importancia de la etapa de Educación Infantil radica en que en ella se forman
los conceptos primarios, o nociones básicas matemáticas, y los primeros
esquemas como
RECURSOS DIDÁCTICOS Y
ACTIVIDADES PARA EL CÁLCULO EN EDUCACIÓN INFANTIL.
Según Piaget, los
conceptos lógicos anteceden a los numéricos, y éstos no pueden producirse
utilizando símbolos matemáticos, verbalizaciones, procesos mecánicos o
materiales estructurados rígidamente. Los niños llegan a manipular cosas, pero
no saben de las cosas mismas. Habría, pues, que facilitarles materiales que
pudieran incluirse en diferentes colecciones, con arreglo a distintos
criterios; los niños tendrían que coordinar series de objetos, establecer todo
tipo de relaciones entre toda clase de objetos, acontecimientos y acciones;
comparar colecciones de objetos más que contar, incluir subclases en sus clases
correspondientes, etc.
Las situaciones experimentales concretas de Piaget, tal
como se hallan expuestas en sus obras sobre la conservación de cantidades,
seriaciones, correspondencias, etc., encierran numerosas sugerencias. Todas
ellas son concretas y significativas para el niño: abalorios con los que deberá
formar collares, flores y floreros, botellas y vasos, huevos y hueveras,
caramelos que deberán repartir, cuentas de distintos colores, bastones que
colocará en un cierto orden, etc., servirán para plantear situaciones
experimentales, donde el profesor, mediante preguntas que aporten indicios,
sugerencias y contrasugerencias, explicaciones exigidas a los niños sobre sus
respuestas, etc., puede contribuir a un verdadero aprestamiento numérico. Las
pruebas se presentarán lo suficientemente vivas como para que los niños se
identifiquen con los problemas que ellas
suscitan. Es la única forma en que puede lograrse una transición satisfactoria
a la auténtica preparación para comprender el concepto de número, ya que, según
bastantes estudios experimentales, existe la posibilidad de favorecer y, por
consiguiente, de apresurar el desarrollo cognitivo del sujeto. Hay que rechazar
una interpretación estrictamente maduracionista del desarrollo, y subrayar las
aportaciones del medio, de la actuación psicodidáctica, en nuestro caso.
Conviene que se realicen
actividades muy variadas y con material diverso, comenzando, obviamente, con
material susceptible de ser manipulado y dejando la realización de fichas
gráficas y material simbólico para la última fase.
Se procurará que los niños
lleguen a la interiorización de estas nociones mediante sus propios
descubrimientos y experimentación, favoreciendo la discusión y el intercambio
de puntos de vista con los compañeros. En todo caso, el profesor deberá guiar
las actividades mediante las preguntas y propuestas de acciones que se considere
adecuadas.
En todos los aspectos de las matemáticas,
creemos que es bueno empezar presentando el ejercicio en forma de juego
colectivo de un conjunto de niños que se mueven y actúan según las consignas
del juego: así vivirán, desde dentro de una situación real, lo que pretendemos
que comprendan. El segundo paso será trabajar el mismo concepto con algún
material; esto puede hacerse en grupo, pero es necesario también que se haga
individualmente por cada uno de ellos. Como último paso, y sólo a partir de una
edad conveniente, en la que empiecen a captar el simbolismo escrito, pasarán a
trabajar con representación escrita sobre el papel lo que ya han asimilado con
la acción y manipulación anteriores. Por tanto, para todos los ejercicios, en
general, conviene seguir el proceso siguiente:
1
con los propios niños.
|
4
en fichas individuales de trabajo.
|
2
con material.
3
sobre papel grande
|
ANEXO I- ENSEÑANZA DE LA LECTO-ESCRITURA CON
SUJETOS DE NECESIDADES EDUCATIVAS
ESPECIALES
En
la práctica, ante alumnos-as con necesidades educativas especiales -de carácter
transitorio o permanente- se hace imprescindible introducir aquellas
variaciones pertinentes en forma de ADAPTACIONES
CURRICULARES -más o menos significativas-. La evaluación nos ayudará a determinar
las dificultades específicas así como los niveles de competencia curricular,
además de entre otros factores, el estilo de aprendizaje. Ello nos permitirá
establecer las modificaciones precisas a nivel objetivos, contenidos, aspectos
metodológicos, de ritmo del proceso de enseñanza-aprendizaje, de acceso al
currículo, etc. En todos los casos - en lo más severos más- se hace preciso
cuidar en extremo todo el proceso de E-A para evitar en lo posible aprendizaje
erróneos.
Es
preciso favorecer previamente a la
propia enseñanza la adquisición de niveles de representación interiores de
carácter simbólicos (imitación diferida, juego simbólico,...), la utilización y
"lectura" de códigos gráficos que de modo convencional representen de
manera gráfica objetos, acciones o consignas, ir asociando estos códigos a
algunas palabras para que capten la finalidad de las mismas y, posteriormente
ir entrado en los procesos de discriminación de letras aisladamente para
mediante metodologías eclépticas ir combinándolas y pasando a la palabra y
frase.
La METODOLOGIA CONDUCTISTA investiga desde
hace muchos años los principios favorecedores de los procesos de
discriminación. Esta metodología nos puede aportar algunas consideraciones
generales del proceso de E-A que pueden sernos relevantes ante determinados
alumnos-as.
Los planteamientos teóricos de los que parte este
modelo difieren mucho del analizado anteriormente. La Lectura para ellos sería una conducta que se adquiere mediante las
leyes del aprendizaje. Leer supondría la adquisición de respuestas discriminativas de carácter
visual que se adquieren de manera secuencial y jerárquica. Hace uso de
PROCEDIMIENTOS OPERANTES.
Antes
de iniciar al alumno-a en el programa de enseñanza debería de tener cubiertos
otros repertorios básicos (por ejemplo, discriminación de formas y colores,
preescritura,...).
Como Consideraciones Generales plantea que:
Los ESTIMULOS DISCRIMINATIVOS
han de ser discriminables para el niño, consistentes de unos ensayos a otros y
presentados tras asegurarse la atención del alumno-a.
Las AYUDAS han de ser eficaces
para evocar respuestas correctas.
MOLDEAMIENTO: que, en cada
ensayo, la respuesta sea, en la
medida de lo posible, tan correcta como la del ensayo precedente.
Las CONSECUENCIAS deben de ser
inmediatas, consistentes y efectivas.
Los ENSAYOS DISCRETOS, es
decir, con principio y final claros y ser precedido y seguido por un intervalo inter-ensayos.
El
ambiente pretenden sea ESTRUCTURADO para que permita la percepción de
contingencias, evitar situaciones de ensayo y error, es decir, la posibilidad
de que el alumno-a aprenda a equivocarse, por eso el método de elección ha de
ser el de APRENDIZAJE SIN ERRORES.
La
SECUENCIA TÍPICA sería:
1) Presentamos el Estímulo Discriminativo (claro, eliminaremos los estímulos
no-relevantes favoreciendo la atención, hacemos aleatorias otras variables
estimulares irrelevantes -por ejemplo, posición-).
2) En caso necesario empleamos una Ayuda que facilite la discriminación:
Ayudas Extraestimulares -externas a la dimensión de aprendizaje- o Ayudas
Intraestimulares -acentuadoras del estímulo discriminativo-. Las primeras
pueden "despistar" -sobre todo a sujetos con problemas de selección
estimular o baja capacidad cognitiva-, mientras que las segundas suelen facilitar.
3) Nos aproximamos a la respuesta correcta mediante
el Moldeamiento (reforzamos
aproximaciones sucesivas a la respuesta terminal que deseamos dividida en
pequeños pasos cada vez más cercanos a ésta) y posterior Encadenamiento que permita partiendo respuestas más elaboradas.
4) Administramos una Consecuencia que favorezca la motivación y el refuerzo de la
discriminación (reforzadores materiales, sensoriales o sociales) o de
procedimientos de extinción operante (desconexión de la relación de una
conducta problemática y sus reforzadores) o de castigo.
5) Un Intervalo
hasta la presentación del siguiente estímulo discriminativo que favorezca el
captar que cada ensayo tenga un principio y final claros y la percepción de
contingencias. Es deseable que ese intervalo sea muy breve (escasos segundos).
EJEMPLO: Tenemos en tarjetas las sílabas:
"LA", "LE", "LI", "LO" Y
"LU". Presentamos la sílaba "LA" y se le dice su nombre.
Será la sílaba a aprender: "LA"---que repita "LA".
"LA" será la muestra que mezclamos con otra sílaba: ejemplo
"LI". El alumno-a deberá mediante el procedimiento de IGUALACION A
LA MUESTRA darnos "LA" a la par que
la nombre (hemos de cambiar en los ensayos la posición de las tarjetas en la
mesa). Como ayuda podemos tener "LA" escrito en rojo y la
confirmación de esa letra debe de ser de igual color, el cual iremos
desvaneciendo paulatinamente para que la forma de la letra -y no el color- vaya
siendo lo que determina la respuesta. Lo mismo vamos haciendo con nuestra ayuda
verbal -de repetir a que la nombre-. Posteriormente, cuando el número de
ensayos va siendo resuelto con éxito se va complejizando el sistema y añadiendo
nuevas sílabas poco a poco que posteriormente serán combinadas en palabras.
Este
modelo estaría englobado dentro de los modelos ascendentes y, por tanto,
descuida el papel que juegan los conocimientos previos del lector y su
intermediación en la velocidad lectora y la comprensión del texto.
No
obstante, lo que nos interesa es la importante aportación que hace respecto al
intento de control riguroso y preciso de las variables que ponemos en juego en
el propio acto de enseñar a leer y en el empleo de procesos de aprendizaje sin
error -minimizadores de aprendizajes erráticos-. Todo ello puede sernos muy
útil ante determinados alumnos-as.
ANEXO
II.- PROCESOS PSICOLINGÜÍSTICOS IMPLICADOS EN LA LECTURA Y ESCRITURA
II.1.- PROCESOS PSICOLINGÜÍSTICOS DE
LA LECTURA
Para una explicación clara y detallada de los
procesos que intervienen en la lectura nos vamos a valer del gráfico siguiente
extraído del texto de Cuesto Vegas, Psicología de la Lectura, editado en 1990
por Editorial Escuela Española.
MODELO LOGOGEN DE MORTON DE
PROCESAMIENTO LEXICO
Como puede observarse por el gráfico expuesto hay
una serie de Procesos Psicolingüísticos
que se producen en el acto de la lectura:
PROCESOS
PERCEPTIVOS: Para nosotros, como hemos
visto, la identificación de las letras
por sus rasgos visuales (orientación, forma, tamaño, cantidad, ...) es previa a las palabras y pronto la información que se va
extrayendo de la palabra ayuda a identificar las letras.
PROCESAMIENTO
LEXICO (RECONOCIMIENTO DE PALABRAS): Una vez identificados los grafemas constituyentes de la palabra o
los contornos gráficos de éstas si se reconocen globalmente, el segundo paso es
del recuperar el significado de esa
palabra así como también, en la lectura en voz alta su pronunciación.
El
siguiente gráfico puede explicar el cuadro anterior de Cuetos Vega y reflejar
claramente las dos vías de acceso al significado:
1ª RUTA: VISUAL O LEXICAL: Se empareja la palabra impresa a alguna
representación interna de esa palabra activando la correspondiente unidad de
significado y, en su caso, se activará la representación del almacén de
pronunciación. Es la ruta dominante por
los lectores adultos.
2ª RUTA: FONOLÓGICA: Es de carácter indirecto, ya que supone la mediación
del propio lenguaje para obtener el significado de la palabra escrita.
El
pasar de un código a otro (recodificación) no tiene porque ser necesariamente
letra a letra sino que puede ser también silábico. Esta es la única ruta
factible cuando el lector se enfrenta por primera vez con palabras desconocidas
o pseudopalabras. En el aprendizaje lector encuentra su máxima utilidad cuando
nos enfrentamos por primera vez con expresiones escritas que se refieren a
palabras que ya conocemos oralmente. Es la situación habitual de los niños en sus primeros pasos en la lectura
ya, que conocen muchas palabras orales pero pocas escritas.
Habría
pues, que pensar que cuando leemos utilizamos las dos fuentes de acceso: la visual, que nos daría cuenta sobre el
aspecto morfológico de la palabra, su aspecto global; otra fonológica que nos permitiría contrastar lo escrito con nuestro
léxico oral, leer nuevas palabras -primordial en los neolectores o lectores
principiantes-. Ambas juntas son
igualmente necesarias a un lector experto, y ambas se utilizan simultáneamente
en el análisis de cualquier palabra si bien la ruta visual es, obviamente, más
rápida.
PROCESAMIENTO
SINTÁCTICO: Es el que resulta de la relación entre las palabras. El
reconocimiento de la palabra, acción propia del procesamiento léxico, es un
componente necesario pero no suficiente. Las palabras aisladas tienen que
agruparse en unidades mayores (frases y oraciones) en donde se encuentra el
mensaje. Para realizar esto el lector dispone de claves sintácticas que señalan cómo pueden relacionarse las
palabras (orden de palabras, palabras funcionales -preposiciones, artículos,
conjunciones,...- y signos de puntuación) y hace uso de este conocimiento para
determinar las oraciones particulares que encuentra. Estas operaciones han de
realizarse adecuadamente: en caso contrario, se bloqueará la comprensión o se
realizará erróneamente. De ahí que, en el aprendizaje lector, sean importantes
ejercicios tales como construir, ordenar, completar o transformar la frase para
favorecer el procesamiento sintáctico.
PROCESAMIENTO
SEMÁNTICO: Constituye la última fase
del proceso lector y consiste en extraer
el mensaje de la oración para integrarlo en los conocimientos del lector.
Consta de dos subprocesos: a) Extracción del significado; b) Integración en la
memoria o en los conocimientos del lector del significado extraído. En
cualquier frase u oración leída debe de haber una parte que es la información
dada -conocimientos previos del lector- y una parte nueva o desconocida
-conocimientos nuevos-. Si no hubiera esa información dada no se prodría
comprender lo leído al no saber a qué hechos hace referencia.
La comprensión lectora consiste en
construir un modelo mental acorde con la información del texto y con los
esquemas -conocimientos previos- del sujeto.
La enumeración de estos procesos
(PERCEPTIVOS-LÉXICOS-SINTÁCTICOS Y SEMÁNTICOS) pudiera entenderse como que hay
un orden necesario en el que cada proceso puede llevarse a efecto sólo si los
más inferiores se ha ejecutado, o sea, que se mantiene una CONCEPCIÓN ASCENDENTE o
de abajo-arriba. En esta concepción se va de lo más simple a los más complejo
(reconocimiento de las formas) a lo más complejo (construcción del significado
global o estructural). Sin embargo, la concepción opuesta, es decir, CONCEPCIÓN DESCENDENTE o de
arriba-abajo, mantiene que el procesamiento semántico es el que facilita el
sintáctico, éste a su vez el léxico y así, hasta llegar a las sílabas y/o
letras.
Las
dos concepciones expuestas entran dentro de la llamada HIPÓTESIS AUTONÓMICA, es decir, que la información avanza en una
sola dirección (ascendente o descendente). Frente a esta hipótesis autonómica
se proponen las HIPÓTESIS INTERACTIVAS,
que defiende que ambos procesos intervienen simultáneamente.
Existen,
sin embargo, ciertas limitaciones en cuanto al sentido o dirección de esta
colaboración o interacción y es que los procesos de nivel inferior tienen que
producir, al menos, un análisis parcial antes de que los procesos de nivel
superior puedan empezar a funcionar. Asimismo, los procesos de abajo-arriba
pueden ejecutarse relativamente sin la colaboración de los procesos
descendentes pero no lo contrario, es decir, que si los procesos perceptivos
están distorsionados el resto de los procesos se verán afectados. De igual
manera no se puede realizar ningún procesamiento sintáctico sin antes haber
reconocido alguna palabra (procesamiento léxico).
ANEXO III.- PROCESOS PSICOLINGÜÍSTICOS DE LA ESCRITURA
Igual que para la explicación de la lectura vamos a
utilizar el siguiente gráfico extraído del texto "Psicología de la
Escritura" de Cueto Vegas editado por Escuela Española, utilizando un modelo de procesamiento serial (cada
proceso es autónomo), en primer lugar porque los datos son más concluyentes
(Garret, 1987) y en segundo lugar porque tiene más implicaciones educativas y
terapeúticas, pues aunque el funcionamiento de la escritura creativa o
composición fuese global o interactivo, al diseñar una recuperación es
necesario atender a cada proceso de manera independiente para no sobrecargar
los recursos cognitivos.
MODELO DE PROCESAMIENTO SERIAL
Toda composición o escritura productiva constaría al
menos de cuatro procesos cognitivos,
cada uno de ellos compuestos a su vez por otros subprocesos, para poder
expresar una idea, pensamiento, mensaje, etc., en signos gráficos. Siguiendo el
gráfico anterior, estos procesos y subprocesos serían:
1.- Planificación
del mensaje: es el proceso de mayor complejidad cognitiva de la escritura.
El escritor genera información sobre el tema mediante la búsqueda en la
memoria a largo plazo -no necesario del todo en la descripción-, selecciona
los contenidos y los organiza en un plan coherente y revisa el texto
para ver si se adapta a lo que pretende -informar, convencer,...- o a quién se
dirige.
2.- Construcción
de la estructura sintáctica para expresar el mensaje. En este estadio las
estructura gramaticales son todavía armazones vacíos de contenido ya que las
reglas sintácticas nos indican cómo decir el mensaje pero no las palabras
concretas que vamos a utilizar. El tipo de oración gramatical, qué palabras
funcionales, los signos de puntuación a emplear, etc. son aspectos
competenciales en la construcción de la estructura sintáctica.
3.- Recuperación
de los elementos léxicos: Se trataría de encontrar las palabras que
rellenen el armazón sintáctico con el que se expresa el mensaje. La búsqueda de
las palabras se inicia a partir del significado o concepto que todavía se
encuentra en forma abstracta, ya que el significado y forma lingüística (bien
sea fonológica u ortográfica) se encuentran en almacenes distintos. Este hecho
lo demuestra el fenómeno de "la punta de la lengua", que es tener muy
claro lo que se quiere decir pero no se encuentra la palabra para decirlo.
Una
vez elegida la palabra tendrá una forma lingüística determinada: ciertos
sonidos si se trata de lenguaje oral y ciertos grafemas si se trata de lenguaje
escrito.
Para
obtener la forma ortográfica o grafemas de la palabra que finalmente se hayan
elegido se postulan dos vías o rutas de acceso (como en la lectura, aunque en
la escritura con mayor razón) y que se esquematizan en el siguiente gráfico
extraído de la obra de Cueto Vegas antes citada.
REPRESENTACIÓN DE LAS DOS VIAS
DE PROCESAMIENTO LÉXICO
RUTA
FONOLÓGICA O INDIRECTA: Obtiene la ortografía
mediante las reglas de transformación de fonema a grafema.
PASOS:
ACTIVACION DEL SISTEMA SEMANTICO (MENSAJE) à BUSQUEDA DE LA FORMA FONOLOGICA DE ESE SIGNIFICADO EN EL
ALMACEN LEXICO FONOLOGICO à CONVERSION DE LOS SONIDOS DE LAS PALABRAS (FONEMAS
EN GRAFEMAS) à DEPOSITO DE LOS GRAFEMAS EN EL ALMACEN GRAFEMICO
(FORMA GRAFICA) à ESCRITURA
RUTA LÉXICA O DIRECTA: Activación del almacén en donde se encuentran representadas las
formas ortográficas de las palabras
PASOS:
ACTIVACION
DEL SIGNIFICADO DEL SISTEMA SEMANTICO à ACTIVACION
DE LA REPRESENTACION ORTOGRAFICA -FORMAS- ALMACENADA
EN EL LEXICO ORTOGRAFICO à DEPOSITO EN EL ALMACEN GRAFEMICO (FORMAS GRAFICAS) à ESCRITURA
Al ALMACÉN GRAFÉMICO, sistema de memoria a corto plazo en el que se mantiene temporalmente
la forma gráfica de las palabras que vamos a escribir, llega la información
tanto de la ruta fonológica como de la ortográfica probablemente de manera
conjunta y no alternativa, aunque el resultado final venga determinado
prioritariamente por una de ellas (las palabras familiares por la ruta léxica y
las palabras nuevas o pseudopalabras por la ruta fonológica).
4.- Procesos motores: Después del almacén grafémico se producen varios procesos para que la
palabra pueda ser representada mediante un signo gráfico. 1º) Alógrafos: selección de las formas de
representar una letra (mayúsculas, minúsculas, cursiva, script, ...) que se
encuentran en el almacén alográfico a largo plazo; 2º) Recuperar el patrón motor correspondiente al
alógrafo desde el almacén de patrones
motores gráficos (secuencia, dirección y tamaño de los rasgos). La
realización correcta de un alógrafo en el papel es el grafo.
PROCESOS A PARTIR DEL ALMACÉN
GRAFÉMICO HASTA LA ESCRITURA
PROCESOS EN EL
DICTADO
RUTA PRIMERA RUTA SEGUNDA
PROCESOS EN LA COPIA
RUTA
PRIMERA RUTA
SEGUNDA
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