martes, 22 de marzo de 2016

JORNADA CONTINUA EN EDUCACION

Resultado de imagen de niño indigo



¿Jornada continua o jornada partida?

La jornada continua (es decir, clases hasta las 2 de la tarde, con un recreo) ha desbancado a la jornada partida (en la que se hace una parada para comer y los niños vuelven después a clase) en loscolegios públicos españoles por primera vez en este curso. Si en 2009 el 47% de los colegios españoles de infantil y primaria tenía jornada continua, en 2013 ya son el 62%, según datos publicados por la cadena SER. De hecho, en el curso 2012-2013 solo cinco de las diecisiete comunidades (Cataluña, Euskadi, Navarra, Aragón y Comunidad Valenciana) han mantenido la jornada partida.
Algunas comunidades, como la de Madrid, han modificado la normativa para facilitar la implantación de la jornada continua en los colegios. Ahora ya no se exige un plan que garantice las actividades extraescolares, aunque se mantiene el requisito de que voten como mínimo dos tercios del censo de padres y madres y que, lo hagan a favor dos tercios de ellos. Las votaciones en los colegios españoles sobre este punto son habitualmente fuente de polémica y conflictos. El abandono de la jornada partida se está dando sobre todo en loscolegios públicos: los colegios concertados y privados la mantienen.
La mayoría de los estudios que se han hecho en España sobre las consecuencias de la jornada continua y la partida para los estudiantes y los colegios están basados en encuestas, por lo que sus resultados no son concluyentes. Pero los argumentos a favor y en contra son, en líneas generales, estos:

Argumentos a favor de la jornada continua:

  • Los estudiantes rinden más y mantienen mejor la atención con la jornada continua. Cuando mejor se rinde es a primera hora de la mañana.
  • Los niños quedan liberados del colegio a mediodía y disponen de toda la tarde para actividades extraescolares, para jugar y para estar con su familia.
  • La comida de casa es más saludable que la de los comedores escolares.
  • Los colegios están obligados a permanecer abiertos para los alumnos también por la tarde (con actividades extraescolares etc), por lo que los padres que quieran dejar a sus hijos en horario ampliado pueden seguir haciéndolo.
  • Los profesores podrían dedicar las tardes a atender a los padres y a formación, al concentrar la docencia en las horas de la mañana.
  • Es más cómoda para las familias en las que alguno de los padres no trabaja o dispone de reducción de jornada, puesto que no hay que hacer dos viajes de ida y vuelta al colegio, sino uno al día.
  • Al haberse reducido las becas de comedor, muchos padres ya no pueden permitirse dejar a comer a sus hijos en el colegio.

 

Argumentos en contra de la jornada continua

  • El rendimiento escolar de los niños no es mejor que con la jornada partida. De hecho, los índices más altos de atención y rendimiento se dan por la tarde, a la hora a la que normalmente los niños están en actividades extraescolares, y no a primera hora de la mañana.
  • El tiempo que los niños pasan por la tarde fuera del colegio es de calidad solo si se dan ciertas condiciones previas en la familia, como un nivel alto de motivación y tiempo para estar con los niños. En caso de que los dos padres trabajen, es más fácil que se den situaciones de “niños con llave”.Y muchos niños terminan pasando la tarde viendo la tele o jugando con el ordenador.
  • En familias con recursos escasos, el menú de los niños puede empobrecerse, ya que los menús escolares están obligados a ser “nutricionalmente correctos”.
  • Implantar la jornada continua es una forma de reducir las becas de comedor.
  • En los centros en los que se ha implantado la jornada continua los servicios de comedor se deterioran, porque disminuye el número de alumnos que se quedan a comer y baja la rentabilidad para las empresas proveedoras de este servicio.
  • Las actividades extraescolares se resienten: como hay menos niños, disminuye la calidad y la cantidad de oferta.
  • La jornada continua es incompatible con las jornadas laborales de los padres y puede obligar a muchos padres (y, sobre todo, madres) a trabajar con reducciones de jornada o dedicar un gasto extra a cuidadores.
  • La jornada continua supone menos gastos para las instituciones educativas y más para los padres. Es, por tanto, una forma de recorte encubierta.



Es aconsejable que los alumnos tengan todas las clases de la jornada seguidas, sin un corte de comida y descanso? Hay argumentos claros para contestar que no a estas preguntas. La organización de los tiempos y los ritmos influye siempre en el aprendizaje, pero cuando hablamos de determinadas edades, esto es todavía más importante. Los niños y las niñas de 3 a 11 años necesitan momentos de cambio y ruptura que les permitan descansar y recuperar la atención. Y estos cortes en las actividades lectivas no pueden ser excesivamente breves. La comida es también un elemento necesario. Teniendo en cuenta las horas que pasan entre el desayuno y el momento de la comida, que por desgracia van aumentando sobre todo en zonas donde el desplazamiento al colegio lleva tiempo y en los casos en que los progenitores tienen que irse antes dejando a los niños ya preparados, no es razonable dilatar aún más el horario del comedor. En la mayoría de los sistemas educativos europeos este corte de comida existe, si bien es cierto que no tiene por qué ser tan largo como el que ahora hay en la mayor parte de nuestros centros…”
“Además de estas razones estrechamente ligadas a características básicas del desarrollo, no debemos olvidar otro argumento. En los recreos los alumnos aprenden cosas tan valiosas como en las aulas, como bien saben los profesores. Los espacios de ocio son ámbitos privilegiados para educar en la afectividad, en la interacción social, en las aficiones, en la amistad. Estos recreos deben tener, pues, una duración que permita llevar a cabo juegos y actividades que exigen un mínimo de tiempo. La jornada que puede dar respuesta a estas necesidades no es desde luego la denominada jornada continua. Respetando este equilibrio, se pueden organizar muchos horarios. El problema no es acabar a las cinco o acabar a las tres. El problema es cómo distribuir internamente las actividades para asegurar que estas condiciones se cumplan…”
“Sin duda la polémica tiene más matices de los que en estas líneas se han apuntado y que no es posible recoger en este corto espacio. Pero hay dos que no me resisto a dejar planteados aunque sea como meras preguntas. ¿Podría tener algo que ver en los resultados más favorables que habitualmente obtiene el alumnado de determinadas comunidades autónomas en los estudios de evaluación el hecho de que mantengan una jornada partida, incluso en educación secundaria? Sin pensar por supuesto que éste sea el único factor que explica esta realidad, no deberíamos dejar de valorarlo. Por otra parte, ¿por qué si la jornada continua es tan positiva, la enseñanza privada a la que en muchas ocasiones se asocia, con razón o sin ella, a una educación de calidad no se ha planteado la necesidad de este cambio, y, por el contrario, considera la amplitud y riqueza de su oferta educativa uno de los pilares de sus centros?”
Acabar antes, ¿para qué?”   (Artículo publicado en el periódico El País)
  • Rafael Feito Alonso (Doctor en Sociología por la Universidad Complutense)
“… Por un lado, estamos ante un ejemplo de manual de cómo un grupo profesional –en este caso el magisterio– es capaz de imponer sus puntos de vista corporativos. Por otro lado, el proceso ha derivado en muchos centros en enfrentamientos –entre profesores y familias, y entre familias– y en la negación del diálogo. Todo ello es prueba manifiesta de la falta de madurez de nuestra sociedad civil y de la superficialidad de los hábitos democráticos.
El abuso moral de cierto sector del profesorado.
Hay un dato contundente: casi todo el profesorado es partidario de la jornada continua. Todo grupo laboral desea mejorar sus condiciones. El problema se plantea cuando esta mejora profesional puede redundar en un servicio público de menor calidad. Todos los sindicatos, tanto los de clase como los corporativos, son partidarios de la jornada continuada.
En mi experiencia como conferenciante invitado a más de una decena de centros de la Comunidad Autónoma de Madrid he sido testigo del modo en que cierto sector del profesorado ha hecho gala de un claro abuso de autoridad moral. Con esto me refiero a hechos como los siguientes:
* Consultas previas, para sondear a los padres y a las madres, en las que se les pide su opinión –favorable o desfavorable– sobre la jornada continua. En la hoja de consulta se dice que está demostrado que es mejor esta jornada que la partida. En estas condiciones no resulta extraño que en torno al 70% de los padres diga preferir la jornada única.
* En la mayor parte de los centros a los que he acudido me he encontrado con que yo era el único ponente –y hablo de mesas que, en algunos casos estaban constituidas por ocho ponentes– contrario a la generalización de la jornada continua.
* Negación de todo tipo de validez a las escasas investigaciones científicas sobre el tema so pretexto de que el único que sabe sobre la cuestión es el profesional (“la ciencia soy yo”).
Además, en algunas votaciones se han producido abusos como el que se relata en el informe de Fernández Enguita. “En varios centros de Alcalá de Henares, no obstante contar con el apoyo visible de los padres, siguiendo las indicaciones del inefable proyecto-patrón [se refiere al de cierto sindicato corporativo] se realizaron votaciones en las que éstos tenían que firmar la papeleta con su voto, que los alumnos les llevaban y luego traían en mano para entregárselas a los tutores. Ni siquiera el PRI ha tenido que ser objeto de tantos controles, ni a régimen totalitario alguno se le ocurriría la peregrina idea de hacer rubricar el voto” (Fernández Enguita, 2000).
Debe quedar bien claro que la reivindicación de la jornada matinal nada tiene que ver con la innovación educativa. Aparece a partir de ciertos elementos contingentes: centros rurales sin comedor, centros con dobles turnos –especialmente en Secundaria y últimos años de la antigua EGB–, la sequía en Andalucía, obras que aconsejan terminar antes, etcétera (…)

No hay comentarios:

Publicar un comentario