jueves, 3 de enero de 2019

COMO EXPONER DELANTE DEL TRIBUNAL





Hay un momento decisivo y culminante en el largo pero satisfactorio camino hacia las oposiciones. La exposición oral. Ésa que a menudo algunos opositores descuidan, o la misma que causa dolores de cabeza y estrés.
Es un hecho, los hay con gracia y talento para hablar en público, y los hay quienes empiezan a tartamudear y se traban, sin conseguir desarrollar una argumentación sólida y que convenza al tribunal. Cuidado con esto, porque una buena defensa y un discurso que suene convincente es clave para superar esta recta final de las oposiciones.

Todo cuenta, no solo un vocabulario técnico correctamente utilizado, sino también unos gestos limpios y amables, unas facciones relajadas, ¡y hasta la apariencia! Hay que ser cuidadosos incluso escogiendo la ropa que te pondrás para defender tu programación.
De esta última prueba depende que consigas tu plaza pública y te conviertas en maestro, por ello prepárate afondo y ensaya una y otra vez, delante del espejo, de tu familia, de quien sea,  hasta que domines la expresión oral, facial y gesticular. Ante todo, a ojos del tribunal tiene que parecer que dominas lo que haces, por ello: no improvises.
De primeras sabes que la exposición de tu programación didáctica dura media hora, se realizará en un aula frente a un tribunal, podrás llevar una hoja con apuntes básicos como guion para no perderte en tu argumentación ni dejarte ningún aspecto por tratar y puedes usar una pizarra para explicarte mejor. Sabiendo esto, querido opositor, ya juegas con algo de ventaja.




El primer consejo es resumir en seis páginas tu defensa.

Seis páginas es el equivalente a hablar durante media hora. Ve directamente al grano, no te vayas por las ramas porque puedes perder el hilo argumental y no saber retornar a la idea principal que deseas trasladar al tribunal. Por ello, selecciona, resume y no te disperses ni te centres en temas redundantes. Las segundas explicaciones si no son contundentes o no tienen la fuerza suficiente para captar la atención y el interés del tribunal no merecen la pena incluirlos en tu exposición oral.

Segundo consejo: ve directamente al grano.

Lo anterior tiene sentido ya que el siguiente paso es el de memorizar. Es por este motivo que el resumen tiene que ser lo más claro y directo posible, sin distracciones, sin rellenos de ningún tipo. Explicaciones, ejemplos y conclusiones. Intenta organizar linealmente el texto para saber darle concordancia a los razonamientos. El orden de los temas pueden reflejarse en el guion que puedes llevar en el momento de la defensa así que preocúpate, no tanto en aprenderte este orden, sino más bien de saber explicar cada término y situación.

Tercero: ensaya una y otra vez hasta que consigas naturalidad.

El siguiente paso implica que cojas a tu familia, a algún amigo, pareja e incluso el espejo del cuarto de baño, da igual, pero ponte a hablar como si te fuera la vida en ello. Necesitas agilidad vocal y eso se consigue practicando, así que habla. También practica los gestos, tanto faciales como corporales, intenta no tensionar ni engarrotar el cuerpo para conseguir una expresión relajada, con movimientos y gestos tan contundentes como suaves.
La relajación es la clave y practicando este aspecto conseguirás una comodidad y una naturalidad que jugarán a tu favor a la hora de exponer tu programación didáctica. Solo debes hacer dos cosas: practicar la relajación y exponer tu defensa a amigos y familiares. Grabarte en vídeo puede ser también muy útil para que identifiques aquellos aspectos que puedes mejorar en tu expresión.
Otros consejos que pueden servirte de utilidad para “ganarte” al tribunal son: no hablar de cosas que desconozcas; hablar pausadamente; mientras expones tu programación mantén contacto visual con cada uno de los miembros del tribunal y sobre todo: sé tú mismo, confía en que eres un buen maestro y que mereces conseguir tu plaza.
Consulta en este anterior post algunos consejos para no caer en errores frecuentes en las oposiciones.

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