lunes, 9 de mayo de 2022

LA RESILENCIA-AULAS HOSPITALARIAS



LA RESILENCIA-AULAS HOSPITALARIAS


 Un grupo en situación de vulnerabilidad, lo constituye el alumnado que, por razones de salud, debe permanecer temporalmente hospitalizado o convaleciente, y que se encuentra, por tanto, en situación de desventaja dentro del sistema educativo. La asistencia irregular a su centro de referencia y las posibles alteraciones emocionales que suelen aparecer durante la permanencia de este alumnado en las instituciones hospitalarias, puede ser el origen de retrasos escolares, por lo que estos alumnos necesitan una respuesta educativa adecuada e inmediata a sus necesidades. Para la atención educativa al niño enfermo, existe una amplia regulación normativa a este respecto y diferentes recursos para llevarla a cabo. Esta respuesta educativa, debe estar orientada a garantizar la continuidad del proceso educativo del alumno y contemplar tanto las necesidades educativas específicas relacionadas con aspectos curriculares, como aquellas otras necesidades de tipo afectivo-personal. La evidencia de que no todas las personas y grupos que han estado sometidas a situaciones adversas o que sufren enfermedad, situaciones de riesgo, superan la situación y salen fortalecidos de ella, ha sido el comienzo en la investigación de este fenómeno al que se denomina resiliencia, y la intervención educativa en Pedagogía Hospitalaria desde este modelo de la resiliencia, coincide en sus planteamientos con los mismos que los de la escuela inclusiva. La resiliencia nos va a ofrecer otro enfoque en la intervención y en la concepción de educación y nos va a proporcionar una mayor comprensión y conocimiento empírico de los factores que protegen al sujeto de los efectos nocivos de las adversidades, como la situación de enfermedad, permitiéndonos el diseño de métodos prácticos de promoción de dichos factores, para asegurar un desarrollo favorable que contribuya a superar las dificultades.

viernes, 6 de mayo de 2022

LA AUTOEVALUACION

 

La autoevaluación como una herramienta para el desarrollo de la metacognición


Estamos viviendo un momento de revolución pedagógica, donde sin duda, la evaluación tiene un papel clave para el cambio del paradigma educativo. En este contexto, tenemos que usar nuevas herramientas para la evaluación, y por ello cabe preguntarnos por el papel que puede jugar cada una de ellas y qué aporta al proceso de aprendizaje.

La autoevaluación para enriquecer el aprendizaje

En su libro “Viaje a la Escuela del siglo 21”, Alfredo Hernando nos habla de una evaluación auténtica para el aprendizaje personalizado, en la que se han integrado diferentes herramientas de evaluación, contemplando tanto aquellas que son de valor cuantitativo y nos permiten valorar el producto del aprendizaje, como herramientas cualitativas que se centran en el proceso. Este modelo educativo se caracteriza por el enriquecimiento metodológico, y por lo tanto por el aumento de las oportunidades y herramientas de evaluación.

La autoevaluación es una de las herramientas imprescindibles en una escuela que quiera educar en una cultura de pensamiento. Si queremos usar la evaluación como una herramienta que contribuya al proceso del aprendizaje y al desarrollo del alumno, es necesario que los docentes compartamos y hagamos explícitos los criterios de evaluación y sus indicadores, y que demos al alumno protagonismo en su propia evaluación. Se trata de que los alumnos sean capaces de reflexionar sobre su propio aprendizaje y su representación, como un ejercicio de responsabilidad y creatividad, contribuyendo al desarrollo de su propia metacognición.

¿Qué es la metacognición?

Anna Brown (1978): La metacognición es el propio conocimiento y control de los procesos cognitivos.

La metacognición es el pensamiento dirigido a supervisar nuestro pensamiento y nuestra acción. Permite al aprendiz evaluar lo que hace, saber y decir en cada momento del proceso de aprendizaje cómo va, qué dificultades se le están presentando y cómo resolverlas. En este proceso, la autoevaluación acompaña al monitoreo y aplicación de las estrategias y procedimiento autorreguladores del aprendizaje.

La metacognición es una herramienta de progreso personal, por eso es imprescindible contemplarla en el contexto educativo, para favorecer su desarrollo. Para llevarlo a cabo es necesario que el docente, en su papel de guía para el aprendizaje, ayude al estudiante a que consiga:

  1. Identificar los motivos y objetivos del aprendizaje.
  2. Anticipar, representarse y planificar: procedimientos, estrategias, orden de ejecución, resultados previstos…
  3. Identificar los criterios de evaluación, saber si se desarrolla como estaba previsto para ir rectificando.
  4. Evaluar el resultado de lo obtenido y la eficacia del proceso, para planificar mejor en futuros aprendizajes y transferirlo a situaciones nuevas.

Un factor importante para la autorregulación metacognitiva exitosa será la actividad cooperativa y la colaboración en grupo en la construcción de significados y resolución de problemas que no lograrían de forma individual. El ámbito social del grupo permite al alumno el desarrollo del pensamiento crítico, descubrir lo valioso que es argumentar, y regular los comportamientos a las necesidades del grupo.

¿Cuándo podemos trabajar la metacognición en el aula?

Carmen Pellicer y José A. Marina, en su libro «La Inteligencia que aprende», aseguran que la metacognición se desarrolla a partir del 1º año, permitiendo al niño organizar su experiencia. Está relacionada con el «habla interior», que es la aplicación íntima de las autoinstrucciones habladas que nos damos a nosotros mismos en edades tempranas. El lenguaje interior se desarrolla desde los 5 años aproximadamente. A partir de esta edad son capaces de hablar sobre su trabajo de forma sencilla, describiendo sus características y cómo lo han hecho. Más adelante emiten juicios comparándolos con patrones externos, como el trabajo de otros o la nota merecida.

Sobre los 8-10 años, ya muestran capacidad para analizar, juzgar y mejorar tanto el producto del aprendizaje como el proceso. A partir de esta edad se produce un avance importante en la capacidad metacognitiva, siendo en la adolescencia donde alcanza su máximo desarrollo.

FONTS DE L´APRENENTATGE MULTINIVELL

 El procediment de “Disseny de Programacions Múltiples” (DPM) aspectes generals

Les prinicipals fonts del DPM són:

 L’enfocament d’ Ensenyament Multinvell: Campbell, Campbell, Collicott, Perner

i Stone (1988), Collicott (1990, 2000), Schultz i Turnbull (1984)

 L’enfocament de “Disseny Universal de l’Aprenentatge”: Bulgren i Lennz

(1996), Mace (1997), Orkwis i McLane (1998), Pugach i Warger (1996),

Schumm, Vaughn, i Leavell (1994); Wehmeyer (2002), Zemelman, Daniels i

Hyde (1993)

 Procediments i instruments de planificació personalitzada –o individualitzadade

l’atenció educativa escolar a persones amb dificultats per a aprendre i per a

participar en entorns generals o normals”: Ruiz (1992, 1996, 1999, 2001,

2004), Pedragosa (2004)

 Elements de sistemes instruccionals per a la planificació individualitzada

generats en els nostres contextos educatius i del “Sistema funcional

d’aprenentatge individualitzat –SFAI”: Ferrandez (1983)

 Orinetacions i propostes de la UNESCO (2001) i de L’European Agency for

Development in Special Needs Education (2003, 2005)

 

«Es contradictorio hacer rankings de colegios y a la vez promover que desaparezcan las notas», advierte el profesor que rebate los eslóganes «molones» en educación. «Aprendes a base de repetir. No hay creatividad sin conocimiento», asegura

03 may 2022 . Actualizado a las 13:27 h.

La verdad es compleja, las leyes variables y las modas tan contagiosas en las aulas como en la calle. Existen mentiras comprobadas, pero extendidas, como la de que «únicamente utilizamos el 10 % del cerebro», advierte el profesor de secundaria Juan Fernández, que huye del recurso fácil y emocionante para enseñar. Hace cuatro años, este investigador que invita a tomar decisiones desde el conocimiento empezó a cosechar la curiosidad de cientos de personas que se convirtieron en miles con el blog Investigación docente¿Hay que motivar a los chavales para aprender? ¿Qué significa trabajar las emociones en el aula o el aprendizaje cooperativo? ¿Cuál es el valor de lo inútil? ¿Qué papel tiene la tecnología? Educar en la complejidad responde a preguntas como estas. «La educación no puede quedar al margen del avance de la tecnología. Por eso, lo primero que debemos enseñar como padres y como docentes es a apagarla», sostiene quien subraya que «la educación no es una lista de cosas ni de modas». ¿En qué se fijaría él a la hora de elegir cole para sus hijos? «En la atención personalizada en tutoría. La tutoría es fundamental. Y luego, en cómo les ha ido a los antiguos alumnos, sobre todo a los que han tenido dificultades. Porque hay alumnos a los que les va a ir bien en cualquier centro. Ver qué pasa con los alumnos que tienen dificultades te permite ver el aprendizaje cuando el contexto no ayuda».

—¿Por qué no es bueno preguntarles a los hijos por la nota de un examen?

—Cada uno puede preguntar lo que quiera. Educar en la complejidad intenta prevenir del «te voy a decir lo que tienes que hacer». Es más un: «Déjame decirte cosas que te ayuden a pensar para elegir mejor». Yo sí creo que, como familia, tenemos la posibilidad de cambiar el lenguaje y el centro de nuestras preguntas. Y como docentes también. Me parece bien que haya notas, pero quizá la pregunta debe ser: «¿Qué has aprendido hoy?». Y no es frecuente. Luego a los hijos les decimos: «Pues a ver si mañana el examen te sale bien». Usamos un verbo raro: «¿Cómo te ha salido el examen?», como si fueran setas en el campo... Los exámenes no salen, hay hábitos de estudio. Por eso cuando va mal, nos preguntamos qué debemos hacer, porque entendemos que el resultado es aleatorio. No lo es, hay maneras en que podemos ayudar a preparar las pruebas.

—Señalas dos claves educativas: hábito y límites. Y pones como ejemplo «Karate Kid». «Dar cera, pulir cera».

—Las tardes dando cera del señor Miyagi cultivan el hábito, que es lo central.

—¿Estamos perdiendo de vista el valor del hábito?

—Hoy en día, nos parece que espontáneo es igual a bueno, que todas las cosas espontáneas son buenas, y no es así. Estamos perdiendo el valor de las cosas que no son espontáneas, que hemos automatizado. Quizá te rechina, ¿no? Porque es bueno automatizar las cosas. A veces no sabes si has cerrado la puerta porque lo haces de manera automática. En el aprendizaje hay muchas cosas que se tienen que automatizar. ¡El ejemplo más claro es la lectura! Tú no lees fonema p, fonema a... Al automatizar, lo que haces es liberar memoria.

—¿Qué hay que hacer para empezar a estudiar, qué debe ser lo primero?

—Empieza con un folio en blanco, preguntándote qué sabes de ese tema, qué podrías escribir sobre ese tema que vas a trabajar. Es algo que tienes que automatizar, porque en el momento en el que te acostumbras a escribir sobre lo que sabes, cuando llega el momento de hacerlo en una prueba escrita, va a ser automático. Tienes el hábito. De la misma manera que parece que todo lo espontáneo es bueno, hoy se tiende a pensar que todo lo repetido es malo.

—¿Memorizar no es malo?

—Memorizar no es malo. Hay que repetir. Aprendes a base de repetir, repetir y repetir. Dile a un futbolista que no repita una falta... La repetición es la base del hábito y es una parte esencial de la comprensión. No hay comprensión si no hay memoria, igual que no hay creatividad, ni pensamiento crítico, sin conocimiento. Solo puedes tener pensamiento crítico sobre aquello sobre lo que tienes conocimiento. Esto es importante, porque se nos dice que el futuro es enseñar habilidades generales cuando sabemos que esas habilidades no existen; dependen de conocimientos específicos. Yo puedo tener pensamiento crítico sobre biología o sobre educación, no sobre la guerra de Ucrania.

—Desmontas algunos neuromitos con éxito. Una de las frases que están de moda es: «El cerebro necesita emocionarse para aprender». ¿Es un mito?

—¡Como si hubiera un estado en el que no haya emociones...! Siempre las hay. El problema es que pienses que «cuanto más intensa es la emoción mejor».

—¿Para aprender no lo es?

—No, porque la alta intensidad provoca el colapso. Entonces, no podrás asimilar bien las cosas, aprender.

—Al pensar en emociones, nos centramos en las positivas. El miedo o la ira las dejamos a un lado, las escondemos.

—Comprendo el eslogan que dice que hay que buscar la felicidad todo el rato, pero la felicidad es compleja. Se puede entender como un hacer lo que me da la gana, pero hay otra complicada, que requiere trabajo. Las emociones negativas son importantes para aprender. Si hablamos de pensamiento crítico, por ejemplo, necesito despertar ira cuando una postura es racista. Las emociones negativas son lo deseable frente a la injusticia, por ejemplo. A veces negamos que existen. Las emociones negativas no hay que negarlas, hay que aprender a gestionarlas. Hoy hay la intención de que todo el mundo sienta todo el rato emociones intensas y positivas.

—¿Lo ves mucho en las aulas?

—En las aulas y en muchos mensajes. Que sea todo intenso y muy positivo siempre, y esto, al final, solo se consigue cuando todo es egocéntrico. «¿Cómo ves esto, te gusta, te emociona?». Oye, tú no eres el centro del universo. Eso de «el alumno es el centro del aprendizaje» se puede interpretar de muchas maneras, pero no me parece bien que nadie sea el centro de nada.

—¿El niño no debe ser el centro?

—Es un error poner al niño en el centro como si fuese un pequeño dios.

—¿Al convertirlo en el centro, también lo cargamos de responsabilidad?

—Totalmente. Hay esa tendencia de apuntarlo a un montón de actividades. Tiene que vivir un montón de experiencias, de cosas. Y esto es en el fondo una carga. Ser el centro es insano. Los niños necesitan margen para zascandilear, y ese zascandileo inútil es interesante. Hay cosas improductivas que son fundamentales. Como el juego libre, el tiempo que pasamos observando, mirándoles hacer lo que hacen.

—No demonizas lo virtual.

—No. Pero la tecnología es un medio, no un fin. Hay que saber apagarla. ¿El futuro que nos espera es deseable? La escuela está para plantear alternativas. Hacemos un esfuerzo por adaptarnos a cosas que a lo mejor no son deseables. Hay que educar en torno a lo que creemos deseable, no en función de lo que creemos que va a pasar sí o sí.

—El aprendizaje cooperativo está de moda, pero no acabo de entender lo de los trabajos de grupo, y menos en casa. Dos trabajan, otros pasan.

—Está demostrado que se aprende mejor entre iguales, pero un trabajo en grupo nunca debe mandarse para casa. Primero, generas diferencias en función del tiempo y los recursos de cada hogar. Y lo segundo es que tú, como profesor, no puedes ver cómo trabajan. Con eso generas dinámicas perniciosas, es la ley de la jungla. El trabajo en equipo tiene sentido en el aula. El profesor debe identificar siempre quién ha hecho qué.

—Eso de «hay que trabajar en equipo» está muy bien siempre que las funciones de cada uno estén claras, repartidas.

—El problema es que en un trabajo de equipo yo, el profesor, me siente a hacer otra cosa mientras los chicos trabajan. El trabajo en grupo requiere mucha supervisión. Si no, no sirve para nada, solo para amargar a los que trabajan.

—¿Podemos aprender sin estar motivados?

—La motivación es consecuencia del logro, en este caso del aprendizaje, ¡no viene antes! Ser capaz de hacer algo es el motor interno que te mueve para seguir haciendo. La mejor motivación para aprender es aprender. Los premios generan dependencia.

—Inevitablemente, nos fijamos en los ránkings educativos. ¿Qué te parecen?

—Me parece algo contradictorio, por un lado se dice que cada vez hay que personalizar más la educación, con «cuidado con las calificaciones a los alumnos», pero a la vez estás calificando a los centros. Es contradictorio hacer ránkings de colegios y a la vez promover que desaparezcan las notas.

DUA-EL MAPA DE LA EMPATIA -ACCESIBILIDAD EMOCIONAL

 

Ejemplo de herramienta para la accesibilidad emocional: Mapa de empatía

1 Introducción


Duración:1 minuto y 12 segundos

Narración del vídeo en formato texto

El mapa de empatía puede ser útil para mejorar la accesibilidad emocional de nuestras aulas: entender mejor a nuestro alumnado, sus intereses, motivaciones, capacidades, lo que hacen y cómo lo hacen, y, en definitiva, ofrecer una mejor respuesta educativa.

Todos los docentes intentamos comprender a nuestro alumnado, qué le interesa, qué le preocupa, cómo aprende mejor, porqué en un momento determinado ha actuado de una forma que no esperábamos… y un largo repertorio de pensamientos y emociones que analizamos a diario.

Lo que ofrece el mapa de empatía es una manera de repasar estas cuestiones de forma sistemática. Todos sabemos ponernos en el lugar del otro y practicar la empatía, pero lo hacemos intuitivamente. El mapa nos guía a través de una serie de elementos y nos permite descubrir las cosas que no sabemos y que sería conveniente saber para poder realmente ponernos en el lugar del otro y llegar a comprenderlo mejor. Una vez interiorizada la técnica, puede servirnos para una gran variedad de situaciones tanto escolares como de nuestra vida personal.

mapa de empatía

DUA-DISEÑO UNIVERSAL DEL APRENDIZAJE

 

La accesibilidad

1 ¿Qué es la accesibilidad?


Duración: 4 minutos y 51 segundos

Narración del vídeo en formato texto

La accesibilidad universal está recogida tanto internacionalmente como en nuestro marco legislativo como una de las condiciones necesarias del sistema educativo:

“La equidad que garantice la igualdad de derechos y oportunidades, la inclusión educativa y la no discriminación, la accesibilidad universal y actúe como elemento compensador de las desigualdades personales, culturales, económicas y sociales, con especial atención a las que deriven de discapacidad.” Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa LOMCE.

En el Decreto de inclusión 104/2018 de la Comunitat Valenciana se distingue entre accesibilidad física, sensorial, cognitiva y emocional: 

"La escuela inclusiva requiere que los espacios, servicios, procesos, materiales y productos puedan ser utilizados por todo el alumnado y por las personas miembros de la comunidad educativa sin ningún tipo de discriminación y se incorporen las condiciones que aseguren la accesibilidad física, cognitiva, sensorial y emocional.Artículo 3.9 Principios generales. Decreto 104/2018.

Pero ¿qué es la accesibilidad universal? Se define como la condición que los entornos, procesos, productos, servicios, objetos, herramientas, dispositivos… es decir, cualquier espacio, actividad o instrumento, sea comprensible, utilizable y practicable por todas las personas en condiciones de seguridad y comodidad y de la forma más autónoma y natural posible.

Para que esto exista, es necesario que esos espacios, actividades y objetos se hayan diseñado siguiendo los principios del “diseño para todos”, estrategia que consiste en considerar que las capacidades para deambular por un espacio, practicar una actividad o utilizar un objeto no son iguales para todas las personas y que, por tanto, es necesario diseñarlas teniendo en mente esta diversidad para que puedan ser utilizadas por todas las personas sin necesidad de adaptaciones.

Estas cuestiones parten del entorno de la discapacidad. Seguramente cuando hemos hablado de accesibilidad, has pensado rápidamente en la imagen de la persona en silla de ruedas. Sin embargo, esta idea se ha ampliado, ya que los entornos accesibles favorecen a todas las personas. El observatorio de la accesibilidad estima que para un 10% de la población la accesibilidad es fundamental, para un 40% es necesaria y para el 100% es confortable. Como veremos, los entornos, productos y servicios accesibles nos resultan cómodos a todas las personas y ha dejado de ser sinónimo de supresión de barreras físicas para adoptar una dimensión preventiva y amplia, generalizable a todo tipo de espacios, productos y servicios. Por otra parte, se trata de una variable fundamental para garantizar el cumplimiento del principio de igualdad de oportunidades, convirtiéndose paulatinamente en un reconocimiento general, como mejora de la calidad de vida de todos los ciudadanos.

La accesibilidad se relaciona con las tres formas básicas de actividad humana: la movilidad, la comunicación y la comprensión. Cuando no hay accesibilidad en estos aspectos, existen barreras que limitan a las personas. Las barreras son consideradas por la organización mundial de la salud como los factores ambientales, en el entorno de una persona, que condicionan el funcionamiento y crean discapacidad. Es fundamental identificar las barreras para modificar los entornos de forma que la interacción entre las personas con alguna alteración de la salud y su entorno no genere una discapacidad. Por ejemplo, una persona con movilidad reducida que utiliza silla de ruedas, tendrá un problema si ha de subir a un primer piso donde no hay rampa o ascensor, pero si lo hay, no habrá ningún problema y subirá como cualquier otra persona. Si tienes presbicia, las gafas o la tecnología, que aumente el tamaño del texto, serán soluciones que eliminarán esa barrera y harán los textos accesibles para que los puedas leer sin ningún problema.

Esta imagen puede que te resulte familiar, la utilizamos cuando hablamos de contextos accesibles. 

tres personas detrás de una valla, una que es más bajita no puede ver nada. En la segunda imagen la persona bajita cuenta con un cajón más donde subirse y ya puede ver. Hay una tercera manera de resolver la situación, cambiar la valla por otra transparente para que nadie tenga necesidad de subirse a los cajones

Vemos a tres personas que están viendo un partido, a pesar de contar con un recurso cada uno, hay una persona que no alcanza a ver el partido porque su estatura es bajita y la valla es muy alta. Una solución es repartir de otra manera los recursos, de forma que la persona que no necesita el recurso, porque es más alta y el contexto no supone una barrera, le deje el recurso a la persona que lo necesita. Ahora, todos pueden ver el partido, pero si un día el recurso desaparece o se rompe, esa persona, que depende de él, volverá a tener dificultades.

Hay otra solución para esta situación: cambiemos el contexto. La valla que antes era una barrera que requería una serie de recursos para paliarla, ahora ya no es una barrera. Hemos convertido un contexto discapacitante que dejaba a algunas personas fuera, en un contexto accesible e inclusivo. Este ejemplo, nos sirve para entender lo fundamental respecto al objetivo de la accesibilidad, es fácil de comprender; sin embargo, cuando en lugar de una valla o un contexto físico, estamos hablando de hacer accesible el currículum, las cosas no son tan fáciles. Necesitamos estrategias y metod

LOS SAAC

 ¿Sabes qué son los sistemas aumentativos y alternativos de comunicación? En UNIR abordamos en qué consisten y qué tipos de SAAC existen.

Uno de los mayores problemas a los que se puede enfrentar cualquier ser humano es la incapacidad para poder comunicarse, el querer establecer una comunicación con otra persona y no poder hacerlo. Precisamente, con el objetivo de instaurar o rehabilitar la capacidad comunicativa de las personas que sufren este tipo de discapacidad, nacieron los Sistemas Alternativos y Aumentativos de Comunicación, los SAAC. En UNIR abordamos en qué consisten y qué tipos existen.


¿Qué son los SAAC?

Los Sistemas Alternativos y Aumentativos de Comunicación son instrumentos de intervención educativa y logopédica dirigidos a personas con alteraciones diversas de comunicación y/o lenguaje. Conocer mejor esta estrategia es vital para los profesionales que prestan apoyo a este tipo de personas. Los SAAC son especialmente útiles si se aplican en la Atención Temprana.


El objetivo de los Sistemas Alternativos y Aumentativos de Comunicación es, precisamente, la enseñanza de un conjunto de estructuras de códigos no vocales, que permitirán establecer o ampliar las posibilidades de comunicación de personas con déficit o incapacidad para hablar, fomentando así su autoestima y autonomía personal y social.


Quienes van a utilizar los SAAC son aquellas personas que presentan una dificultad importante en su capacidad de comunicación de forma puntual o permanente. Se podrían clasificar en cuatro grupos:


– Personas con discapacidad motora a consecuencia de parálisis cerebral, traumatismos craneoencefálicos o patologías neuromusculares progresivas, como las distrofias musculares.

– Personas con discapacidad intelectual, cognitiva o psíquica, como trastornos de desarrollo y trastorno espectro autista (TEA).

– Personas con discapacidad sensorial, como sordera, ceguera o sordoceguera.

– Personas sometidas a operaciones o con lesiones que impliquen limitaciones en los órganos encargados del habla.

 

EL SINDROME DEL IMPERMEABLE BLANCO

 «El síndrome del impermeable blanco»

Siendo cierto que hoy se rechaza la fatalidad y reclamamos el confort, con ausencia de dolor, disforia o sufrimiento, también lo es que el médico debe continuar siendo el profesional de la bata blanca y no devenir en el profesional del impermeable blanco, ese que cada mañana se coloca esta prenda y la mantiene puesta durante toda su jornada laboral, 
resbalándole todo cuanto sucede a su alrededor, al margen de su estricto deber, y que posiblemente sabe mucho, pero que no es cercano y agradable, mostrándose distante, soberbio y altanero, tal vez como respuesta a sus propios temores y carencias. Las claves son:
capacidad, honestidad, generosidad, actitud crítica y autocrítica, compasión, buen humor, acertado criterio profesional y humanidad.

Doctor Pacheco Guevara R . Médico Especialista en Medicina Legal y Bioeticista

Hospital General Universitario Reina Sofía de Murcia

miércoles, 4 de mayo de 2022

¿Cómo contribuyen las Unidades Pedagógicas Hospitalarias a la humanización de los hospitales?

 



¿Cómo contribuyen las Unidades Pedagógicas Hospitalarias a la humanización de los hospitales?

Incorporando actividades, talleres o proyectos relacionados con:

·         La musicoterapia

·         Las terapias con los animales.

·         El arteterapia

·         Cuentoterapia.

·         Facilitando el acompañamiento de la familia o personas que se decidan durante todas las fases del proceso asistencial.

·         Implicando a las personas en la toma de decisiones compartidas, diseñando para ello: protocolos de información a familiares, guía de información al alta, etc.

·         Formación específica de los profesionales relacionados con este entorno despertando una especial sensibilidad hacia este ámbito: promover el buen humor, la compasión….

·         Adecuar las situaciones y los espacios para preservar la intimidad de la persona y la confortabilidad durante los procesos de atención.

·         Desarrollar competencias humanísticas y relacionales en los profesionales a través de valores y habilidades para el acompañamiento terapéutico.

 


miércoles, 27 de abril de 2022

 SECUENCIACION DE ACTIVIDADES PAR AHACER FRENTE AL DUELO EN LA NIÑEZ

o    Objetivos de la actividad:

a) Permitir la expresión de sentimientos y pensamientos acerca de la persona fallecida, incluidos los asuntos inconclusos.

b) Fomentar la clarificación y ordenación de las ideas dentro de la confusión.

 

Actividades:

1.-Entramado de recuerdos positi­vos y valorar todo lo bueno que nos ha dejado.

Por ejemplo:

Dibujar recuerdos y momentos compartidos con el alumno fallecido.

2.-Los sueños pueden revelar las cosas aun no integradas y también pue­de darse la resolución de conflictos con el difunto en sueños.

Por ejemplo: reflexionar en grupo si han soñado con la persona, qué tipo de sueño, etc

3.-Ayuda la recolocación de la persona fallecida, encontrar un lugar signi­ficativo dentro o fuera, en el corazón, un árbol, cementerio o estrella… que le ayude a sentirle y recordarle.

Por ejemplo, en grupo, seleccionar lugares o ambientes que les transmitan paz, tranquilidad, recuerdos positivos sobre el alumno fallecido.

 

4.-Seleccionamos la lectura de:

“Hermano Oso”

Saber escuchar con atención y aceptar la pérdida son dos de los objetivos a trabajar con este tipo de historias.

Kenai es un joven indio nativo americano que culpa a un oso de la muerte de su hermano. Tras perseguir al animal acaba con él, pero entonces, las fuerzas mágicas de la Naturaleza le transforman en oso. Convertido en criatura agreste (y perseguido por otro hermano que le cree el asesino animal de su familia), entablará una relación de amistad y cariño con un pequeño cachorro osuno. Además de enseñar el proceso de la pérdida de un ser querido, ayudará a trabajar el sentimiento de culpa.

Forma de trabajarlo: en gran grupo a través de tertulias literarias-pedagógicas donde tengan la oportunidad de expresar sus sentimientos, pensamientos, experiencias, actitudes, etc.

5.-Visita al cementerio como lugar que transmite paz y tranquilidad.

6.-Proyecto “la terapia creativa”

A través del arte podremos trabajar el duelo dejando que cada alumno exprese sus pensamientos y creatividad a  través de dibujos.

7.-Retratos de la familia: para expresar sentimientos sobre la familia y su casa.

8.-Preguntas y respuestas para averiguar lo que saben de la muerte.

9.-“Las 4 esquinas”: en cada esquina se coloca un dibujo y el alumno tiene que expresar su sentimiento acerca del dibujo

 


martes, 26 de abril de 2022

 Secuenciación de actividades ante el DUELO

Esta tarea está constituida de dos acciones:

1- Realiza un supuesto para un centro educativo en el que ha fallecido un niño/a de tu aula hospitalaria y diseña un programa de intervención que contemple:

·         Acción educativa  de la comunidad que ayude a realizar el duelo en la primera  fases.

 

Para dar respuesta a esta primera tarea me he planteado como reto responder a tres objetivos que considero primordiales ante la muerte de un ser querido habiendo reflexionado sobre los materiales recopilados, en este caso, un niño de 12 años:

-Trabajar las emociones y el dolor de la pérdida mediante actos de reconocimiento y empoderamiento personal

- Ayudar a vivir sin el fallecido, proporcionando alternativas a las salidas que el doliente no ve, ofreciendo subliminarmente y sin obligar.

-"Recolocar emocionalmente" al fallecido y ayudar a la continuidad de la vida.

 

Para ello, la acción educativa de la comunidad ha sido la siguiente:

 

Generar un proceso de reflexión que invite al diálogo sobre el duelo y contribuya a una normalización de la cuestión entre poblaciones de distintas edades.

• La forma de llevarse a cabo será individual o grupal.

 • Los últimos minutos es conveniente recoger todas las intervenciones y formular los aprendizajes que se han logrado a partir del diálogo.

OBJETIVO:

·         Generar un proceso de reflexión que invite al diálogo sobre el duelo y contribuya a una normalización de la cuestión en el aula de los compañeros del alumno fallecido

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·         Los últimos minutos es conveniente recoger todas las intervenciones y formular los aprendizajes que se hayan logrado a partir del diálogo.

 

 

 

 

 

 

 

 

·         Diseño de  una secuencia de actividades que se realizarían en el centro coordinadas por ti, a este fin y que cubra la acciones más importantes.

 

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o    Objetivos de la actividad:

a) Permitir la expresión de sentimientos y pensamientos acerca de la persona fallecida, incluidos los asuntos inconclusos.

b) Fomentar la clarificación y ordenación de las ideas dentro de la confusión.

 

Actividades:

1.-Entramado de recuerdos positi­vos y valorar todo lo bueno que nos ha dejado.

Por ejemplo:

Dibujar recuerdos y momentos compartidos con el alumno fallecido.

2.-Los sueños pueden revelar las cosas aun no integradas y también pue­de darse la resolución de conflictos con el difunto en sueños.

Por ejemplo: reflexionar en grupo si han soñado con la persona, qué tipo de sueño, etc

3.-Ayuda la recolocación de la persona fallecida, encontrar un lugar signi­ficativo dentro o fuera, en el corazón, un árbol, cementerio o estrella… que le ayude a sentirle y recordarle.

Por ejemplo, en grupo , seleccionar lugares o ambientes que les transmitan paz, tranquilidad, recuerdos positivos sobre el alumno fallecido.

 

4.-Seleccionamos la lectura de:

HERMANO OSO

Kenai es un joven indio nativo americano que culpa a un oso de la muerte de su hermano. Tras perseguir al animal acaba con él, pero entonces, las fuerzas mágicas de la Naturaleza le transforman en oso. Convertido en criatura agreste (y perseguido por otro hermano que le cree el asesino animal de su familia), entablará una relación de amistad y cariño con un pequeño cachorro osuno. Además de enseñar el proceso de la pérdida de un ser querido, ayudará a trabajar el sentimiento de culpa.

 

 

 

 

 

PEDAGOGIA HOSPITALARIA -EL DUELO

Después de una pérdida

Todos enfrentamos la muerte y el duelo de manera diferente. Si tiene más de un hijo, usted puede notar que ellos expresan sus sentimientos de maneras sorprendentemente contrastantes. Esto puede deberse a la personalidad, así como también a la etapa de desarrollo en la que se encuentran.

Es un hecho que los niños experimentan el dolor de manera diferente a los adultos. Es posible que los niños pequeños ni siquiera entiendan lo que significa la muerte, o que las personas que han muerto no regresarán. Ellos podrían pensar que han hecho algo para causar la muerte. Por otro lado, podría parecer como si no les preocupara y pasar del llanto al juego sin problemas. También es normal que se sientan enojados con la persona que falleció (o con alguien más). A medida que los niños crecen, pueden comenzar a entender más, pero aún así necesitarán ayuda de sus padres y de otros cuidadores para aprender a procesar y enfrentar la pérdida.

Saber qué decir y cómo apoyar a los niños durante este tiempo no es fácil. Es probable que usted también esté sufriendo y tratando de lidiar con sus propias emociones. Si bien usted no puede proteger a los niños contra la pérdida y el dolor, sí puede desempeñar un papel importante para ayudarlos a sentirse seguros y afrontar el duelo de la manera más saludable posible.

¿Quién debe decirle al niño?

De ser posible, la persona más cercana al niño debe ser quien le dé la noticia, incluso si esa persona es uno de los padres y también está de duelo. Está bien si la persona que comparte la noticia está triste o llorando, pero es importante que pueda mantener sus emociones bajo control para no alarmar más al niño en una situación que ya de por sí es difícil. Si el padre en duelo está demasiado afectado como para dar la noticia con cierta calma, entonces debería ser la siguiente persona más cercana al niño quien hable con él.

Qué decir y cómo decirlo

No existe el momento perfecto para compartir la noticia, sin embargo es recomendable que los niños sean informados lo antes posible, dentro de lo razonable. Idealmente, espere hasta el final del día escolar. Usted quiere evitar que su hijo escuche la noticia inesperadamente de alguna otra fuente o que vea a un grupo de personas llorando o conmocionadas, lo que podría ser muy aterrador para él.

Elija el lugar donde va a tener la conversación con cuidado. Usted quiere contarle a su hijo en algún lugar donde él pueda sentirse libre de tener cualquier reacción, y eso probablemente no sea en un lugar público. Tal vez quiera hacer que el impacto de la noticia no sea tan fuerte al compartirla en un lugar feliz, como la heladería favorita de su hijo, pero eso no hará que las noticias sean menos tristes o difíciles para el niño.

Trate de usar un lenguaje directo y prepárese para dar una breve explicación de cómo o por qué ocurrió la muerte. Pero no tiene que entrar en muchos detalles. Es mejor dar poca información e ir agregando más detalles dependiendo de las preguntas que hagan, y mantener las explicaciones más cortas, más simples y más directas.

Pautas a tener en cuenta

Las palabras que elija van a variar dependiendo de la edad y la etapa de desarrollo del niño, pero los expertos están de acuerdo en que, independientemente de la edad del niño, existen ciertas pautas a seguir.

  • Déjese guiar por el niño. El tipo de preguntas y preocupaciones que los niños tienen pueden ser muy diferentes a las de los adultos. Darles demasiada información puede abrumarlos. Es mejor dejar que hagan preguntas y luego responder de la mejor manera posible (y la más apropiada según su desarrollo). No se sorprenda si los niños pequeños están más preocupados por ellos mismos, simplemente así es como ellos son.
  • Estimule a los niños a expresar sus sentimientos. No intente “proteger” a los niños ocultando su propia tristeza. Invariablemente sabrán que algo está mal, y esto podría hacerlos sentir solos y confundidos. Ocultar su propio dolor también puede hacer que los niños piensen que la tristeza que están sintiendo es mala. Sin embargo, evite que los niños lo vean en sus momentos más devastadores, ya que pueden preocuparse por usted o sentirse inseguros.
  • No trate de suavizar las palabras. Evite frases como “fallecido”, “se nos fue”, “lo perdimos”. Los niños tienden a ser muy literales y este tipo de lenguaje les crea ansiedad, los asusta y, a menudo, los confunde. O a la inversa, puede llevarlos a creer que la persona que murió volverá y que la muerte no es permanente.
  • Mantenga las rutinas tanto como sea posible. El proceso de duelo tarda un tiempo, pero los niños se benefician de las rutinas y de saber que la vida continúa.
  • Conmemorar a la persona que murió. Recordar es parte del proceso de duelo y de sanación. Esto puede ser tan simple como compartir recuerdos o mencionar el nombre de la persona que murió para que su hijo sepa que no está prohibido hablar de esa persona y recordarla. También es importante no quitar las fotos durante un tiempo.

Consejos para sobrellevar la muerte de una mascota

Para muchos niños, especialmente los niños pequeños, la muerte de una mascota puede significar la pérdida de un amigo de por vida. También puede ser el primer encuentro personal de su hijo con la muerte. Si la muerte ocurre inesperadamente, sea  honesto sobre lo que pasó. Si su mascota tiene una enfermedad que requiere eutanasia, asegúrele a su hijo que su veterinario ha hecho todo lo posible pero que su mascota estaba demasiado enferma para poder recuperarse. Evite frases potencialmente vagas y confusas, como “sacrificar”. A los niños que se les dice que “pusieron a la mascota a dormir” pueden desarrollar el temor de irse a dormir.

Consejos para enfrentar la muerte de un familiar

Muerte de un abuelo u otro familiar

A menudo, la muerte de un abuelo es el primer encuentro de un niño con la pérdida de vida humana y con el duelo. Si sus hijos han perdido a un abuelo, puede explicar que la mayoría de las personas no mueren hasta que son muy mayores, para mitigar los temores que puedan tener de que usted o ellos puedan ser los siguientes en morir. Si el pariente que murió fue una persona más joven como una tía o un tío, explique que fue a causa de una enfermedad (o de un accidente) y que generalmente no les sucede a los más jóvenes.

Muerte del padre o la madre

Este es un evento mucho más difícil y traumático para que un niño de cualquier edad lo comprenda y lo enfrente. Es probable que el padre que sobrevive esté muy afligido y mostrar la tristeza está bien. Pero elija un momento en el que sienta que puede compartir la noticia sin sentir que pierde el control de sus emociones. Explique la muerte usando palabras adecuadas al desarrollo de sus hijos y asegúrese de que sepan que todavía se les cuidará. En el caso de la muerte de un padre, independientemente de la edad del niño, la asesoría profesional suele ser una buena idea, ya que puede llevar años procesar este tipo de pérdida.

Padre o madre con una enfermedad terminal

Si usted es uno de los padres o cuidador, mantenga a los niños al día sobre el estado de salud de la madre o padre enfermo para que no haya sorpresas, y para que no se estén preocupando por estar allí cuando su muera. Si es posible, programe un horario regular para leer en voz baja, jugar a las cartas o simplemente para hablar con el padre o madre enfermo para tener buenos recuerdos de sus últimos días.

Si usted es maestro o consejero en la escuela del niño, tome en cuenta que puede necesitar más apoyo y flexibilidad en este momento. Mantener algunas rutinas y expectativas sigue siendo importante, ya que pueden ayudar a normalizar las cosas para el niño, haciéndolo sentir más seguro y dándole un descanso de sus preocupaciones. Manténgase en contacto con la familia del niño e informe al cuidador si considera que necesita apoyo adicional o incluso comparta buenas noticias si ha tenido un día particularmente bueno.

Muerte de un hermano

La muerte de niños, ya sea por accidente o por enfermedad, es un suceso muy inesperado. Para los niños pequeños, tal pérdida a menudo puede hacer que el niño que sobrevive piense si él también está en peligro. Es probable que los padres que sufren la pérdida de un hijo estén inconsolables, pero es importante asegurar a sus hijos que están a salvo y que usted estará allí para ellos. Permítales que hagan preguntas y déjeles saber que es posible que entren y salgan del proceso de duelo durante muchos meses, mientras que usted, como padre, tiene más probabilidades de estar en el proceso continuamente. No dude en pedir apoyo a otros cuidadores adultos, como un abuelo, una tía o un amigo.

Consejos en caso de muerte traumática como suicidio o sobredosis

Hablar de una muerte traumática es particularmente difícil, pero los niños querrán saber cómo murió su ser querido y usted no debe evitar dar una explicación. Trate de darles información adecuada a su desarrollo intelectual sin agobiarlos. Por ejemplo, podría explicar que la persona tenía una enfermedad que causó que su cerebro dejara de funcionar como debería, y que los médicos trataron de resolver el problema pero no pudieron curarla.

A medida que los niños crecen, usted puede comenzar a dar más información. Si el ser querido murió por sobredosis, puede explicar que la enfermedad era una adicción, lo que hizo que esa persona quisiera más sustancia de la que era buena para ella.

A los adolescentes les puede decir cuál era la sustancia y asegurarles que tener esta adicción no hizo que su ser querido fuera malo. A medida que los niños crecen, también pueden escuchar que las adicciones son hereditarias. Si bien es importante tener esto en cuenta, puede explicar que la adicción es una enfermedad compleja causada por una combinación de los genes y el medio ambiente. Tener un familiar que tuvo problemas de adicción no significa que ellos también tendrán problemas con ellas.

Si el ser querido murió por suicidio, podría explicar que tenía untrastorno psiquiátrico, que es una enfermedad en el cerebro y que eso fue lo que causó su muerte. Evite compartir detalles preocupantes y asegure a los niños que las demás personas que los cuidan están sanos y estarán ahí para cuidarlos.

Es de esperarse que el niño esté procesando esta muerte en el transcurso de muchos años a medida que su comprensión de la misma cambie con la edad. Lidiar con una pérdida tan difícil y traumática puede requerir la ayuda de un profesional.

¿Quién más debe ser informado?

Las personas con las que su hijo pasa el tiempo necesitan saber que ha habido una muerte en la familia. Los maestros, consejeros escolares, entrenadores, directores de programas extracurriculares y miembros del otro lado de la familia deben ser informados.

Es importante tomar en cuenta que después de informar al personal de la escuela de su hijo, puedan tenerlo presente durante una semana o dos. Sin embargo, si la muerte es significativa, como la pérdida de un padre, es una situación con la que su hijo va a estar lidiando durante todo el año y puede que usted tenga que estar chequeando con ellos continuamente para recordarles.

Si su hijo es más pequeño, debe informar a los padres de sus amigos cercanos sobre la muerte. Si su hijo está en la escuela intermedia o preparatoria, debe preguntarle si él quiere decirle a los padres de sus amigos o si debe hacerlo usted.

¿Qué pasa si su hijo está lejos en la universidad?

Si la persona que murió es alguien importante y la distancia a la escuela de su hijo se puede recorrer en auto, los expertos recomiendan ir y dar la noticia en persona. De no ser posible, la mayoría de las escuelas tienen un protocolo establecido. Por lo general, cuando llama a la oficina de registro, enviarán un representante que estará presente con su hijo mientras usted le da la noticia por teléfono. El representante se asegurará de que se conecte con amigos que lo apoyen y lo acompañará al centro de salud si fuera necesario, o lo ayudará a empacar la maleta y tomar un avión para regresar a casa para el funeral.

¿Está bien darle tiempo a solas?

Esto depende de cada niño y de la edad que tenga. Los niños pequeños entran y salen del proceso de duelo, por lo que está bien dejar que jueguen solos en una habitación siempre y cuando usted esté cerca en caso de que vuelvan al duelo. Acorte el tiempo de las citas de juego en casa durante un tiempo para que pueda supervisarlas.

Para los adolescentes, pasar tiempo solos después de recibir la noticia es ciertamente apropiado si lo desean. Y tanto con los adolescentes como con los niños más pequeños, siempre querrá hacer preguntas como: “¿Qué piensas?” o “¿Cómo te sientes?”. Dígales que usted sabe que les tomará tiempo para procesarlo y que quiere que sepan que pueden venir con usted cuando tengan preguntas o simplemente para hablar sobre el ser querido que murió.

Cómo manejar un evento importante que se avecina

Si la muerte ocurre alrededor de una festividad, no espere tener una celebración feliz. Podrían tener momentos de felicidad, pero es muy probable que todos se preocupen por la pérdida del ser querido y no debe tratar de ocultar o forzar a su hijo a ocultar su dolor. Dicho esto, aún debe reconocer las ocasiones importantes, como el cumpleaños o la graduación del niño, porque ignorarlo también puede ser doloroso.

Si la persona que ha muerto es alguien cercano, todo el año será un año de “primicias” sin esa persona, por lo que las celebraciones como el primer Día de Acción de Gracias, cumpleaños, Navidad o Hanukkah sin esa persona serán difíciles. Haga lo que pueda para mantener las tradiciones tanto como pueda, pero tenga presente, una vez más, que es probable que usted y su hijo tengan momentos de alegría junto con algo de tristeza.

Decidir si asistir o no al funeral

Los funerales, velorios y servicios conmemorativos son una parte importante del proceso de duelo y una forma de decir adiós a la persona que ha muerto. Pero cuando se trata de decidir si un niño debe asistir al funeral de un ser querido, no hay una respuesta correcta o incorrecta. Un niño nunca debe ser obligado a asistir a un funeral. Si el niño indica que quiere ir, entonces debe ser alentado a hacerlo. Si el niño es pequeño, pida a la persona favorita de su hijo o a alguien en quien confíe que se lleve al niño si decide que se quiere ir antes de que termine el servicio.

Asegúrese de preparar a su hijo para lo que verá. Hágale saber que las personas pueden vestirse de colores oscuros y que estarán muy tristes y que algunos podrían estar llorando, por ejemplo. Explique si habrá un ataúd con el cuerpo y cualquier otro detalle importante.

Qué esperar de los niños de 2 a 4 años

A esta edad, los niños no tienen una comprensión real de la muerte y es probable que no puedan procesar que es permanente. Están muy enfocados en el presente y no entienden que la muerte significa “para siempre”. Pueden hacer las mismas preguntas una y otra vez. Sea paciente, consistente y tranquilícelo. El niño que está en duelo puede tener una serie de respuestas breves pero intensas.

  • Posibles expresiones de dolor: regresión a comportamientos anteriores como chuparse el dedo y orinarse en la cama, problemas para dormir, irritabilidad,confusión.
  • Cómo puede ayudar: sea honesto, directo y breve cuando responda a preguntas, y muéstrese tranquilo y afectuoso. Continuar con las rutinas también es útil. A esta edad el juego es su salida para el duelo.

Qué esperar de los niños de 4 a 7 años

Los niños de esta edad todavía podrían ver la muerte como reversible. Pueden sacar conclusiones incorrectas sobre la causa de la muerte, a esto se le conoce como “pensamiento mágico”. También tienden a hacer muchas preguntas concretas: “¿Cómo murió?”. “¿Qué le pasará ahora?”.

  • Posibles expresiones de dolor: pesadillas, regresión a comportamientos anteriores, cambios en el sueño y la alimentación, juego violento, intentar asumir el papel de la persona que murió.
  • Cómo puede ayudar: anímelos a expresar sus sentimientos a través de medios físicos, juegos simbólicos (dibujos e historias) y hable sobre la persona que murió.

Qué esperar de los niños de 7 a 13 años

A esta edad, el pensamiento de los niños ha madurado y son más lógicos. Es posible que aún puedan pensar que la muerte es reversible, pero están empezando a comprender que es definitiva.

Los niños en edad escolar suelen hacer preguntas específicas y podrían querer saber los detalles. También podría preocuparles la manera como otras personas responden a la muerte. Quieren saber cuál es la manera “correcta” de responder y están empezando a tener la capacidad de llorar, comprender y reconocer el llanto en los demás.

A pesar de que su pensamiento es más lógico, podrían temer demasiado a las enfermedades y a las lesiones porque no entienden bien los mecanismos por los cuales las personas mueren. También podrían obsesionarse con el porqué de la muerte, especialmente si viola sus principios lógicos de lo correcto y lo incorrecto. Bajo cualquiera de estas circunstancias, trate de ayudar a los niños a desarrollar una explicación para la muerte que tenga sentido para ellos. Cuando crezcan, ellos podrán comenzar a comprender la pérdida de una manera más sofisticada.

  • Posibles expresiones de dolor: regresión, problemas escolares, alejarse de los amigos, mal comportamiento, cambios en los hábitos de alimentación y de sueño, preocupaciones abrumadoras sobre su propio cuerpo, pensamientos sobre su propia muerte.
  • Cómo puede ayudar: fomentar la expresión de los sentimientos sin importar cuáles sean. Explique las opciones y permítale elegir entre funerales y servicios conmemorativos. Esté presente, pero también permita que tenga tiempo a solas. Fomente las salidas y desahogos físicos. No evite hablar sobre la muerte ni contestar a sus preguntas.

Qué esperar de los niños de 13 a 18 años

Los adolescentes son capaces de tener un pensamiento abstracto y tienen un concepto de la muerte mucho más “adulto”.

  • Posibles expresiones de dolor: tristeza extrema, negación, regresión, conductas de riesgos, estar más dispuestos a hablar con sus compañeros y otras personas fuera de la familia, depresión, enojo, mal comportamiento, incluso podría tener pensamientos suicidas.
  • Cómo puede ayudar: estimúlelos a hablar, si no con usted, con amigos, maestros o con un terapeuta. No intente “hacer que todo esté bien” o descartar su duelo. Permítales llorar. Esté disponible, pero respete su necesidad de pasar el duelo a su manera.

Cuándo buscar ayuda profesional

El duelo es un proceso natural y toma tiempo. Pero los síntomas que persisten más allá de los seis meses o son muy perjudiciales pueden indicar que su hijo podría necesitar ayuda profesional para superar su dolor. Algunas señales que pueden indicar que su hijo necesita ayuda profesional incluyen:

  • Pesadillas
  • Creer que el mundo es inseguro en general
  • Irritabilidad, ira y mal humor
  • Falta de concentración
  • Falta de apetito o de sueño
  • Problemas de comportamiento continuos
  • En niños pequeños, regresión persistente a un comportamiento anterior, como aferrarse a usted, orinarse en la cama o chuparse el dedo
  • Dificultad para dormir
  • Desapego o apartarse de los demás
  • En adolescentes, uso de alcohol o drogas
  • Incapacidad o negativa a ir a la escuela, aprender o jugar con amigos
  • Ansiedad
  • Depresión continua
  • Pensamientos suicidas

Cuidado de uno mismo

Aunque su primer impulso puede ser proteger y consolar a sus hijos, es crucial que busque ayuda para su propio dolor. Si está criando o apoyando a un niño en duelo, una de las mejores formas de ayudar es asegurarse de que usted también se está cuidando.

Encuentre buenas fuentes de apoyo. Las investigaciones muestran que el rendimiento de un niño después de una muerte está relacionado con el desempeño de los adultos a su alrededor. Esto no significa que tenga que ocultar su dolor frente a su hijo. Más bien significa asegurarse de tener personas y actividades en su vida que lo reconforten. Si necesita ayuda o algún tiempo para tomarse un descanso y despejarse, dé prioridad a solicitarla.

Cuando accede a recibir apoyo, usted modela maneras de autocuidadoo a sus hijos y les asegura que tendrá la energía y la presencia para estar allí para ellos. Esté preparado para aceptar la ayuda de amigos, familiares y posiblemente profesionales de salud mental.

Cómo pueden ayudar los educadores

Las escuelas desempeñan un papel importante en la vida de los niños, y después de una muerte, ya sea en la familia o en la comunidad escolar, es natural esperar que los niños experimenten una aflicción que afecte su comportamiento o su rendimiento en la escuela. Aquí hay algunas pautas para maestros y psicólogos escolares sobre cómo ayudar a que los estudiantes se sientan apoyados y puedan hacer frente al duelo de manera saludable.

  • Regrese a la rutina. Ayude a los estudiantes a regresar a una rutina normal tan pronto como sea posible. Los niños de todas las edades se desenvuelven mejor cuando saben qué esperar. Las rutinas los hacen sentir seguros, porque les aseguran que los adultos tienen el control y los están manteniendo seguros. Si es un niño que ha sufrido una pérdida, trabaje con los padres o cuidadores de ese niño para retomar la rutina normal tanto como sea posible, incluso si eso significa modificar el trabajo en el aula y/o la tarea por un período de tiempo determinado, mientras el niño todavía está de luto.
  • Esté alerta. Los maestros deben estar atentos a señales de que un niño pudiera estar teniendo dificultades y necesitar ayuda adicional. Los niños que no logran seguir el ritmo de la clase, que se alejan de sus amigos, muestran problemas de comportamiento o parecen estar experimentando tristeza, miedo o enojo intensos, deben ser remitidos a un consejero opsicólogo escolar que trabaje con los padres para obtener ayuda profesional para el niño. Otras señales de que un niño puede necesitar ayuda incluyen manifestaciones físicas de dolor intenso, como dolores de cabeza o de estómago, fatiga o incapacidad para concentrarse.
  • Conmemore. Para los niños en edad escolar (a partir de seis años), algún tipo de conmemoración apropiada para su edad es una forma útil de recordar a un maestro, administrador o estudiante que haya fallecido. Estos recordatorios deben ser relativamente breves y personalizados según el nivel de grado. Un consejero escolar o un psicólogo escolar es a menudo la mejor persona para organizar este tipo de evento, con el permiso y la opinión de la familia de la persona que murió.
  • Manténgase en contacto. Los maestros y la administración de la escuela deben mantenerse en contacto con los padres en los días y semanas posteriores a la muerte. Los padres deben mantenerse al tanto de los programas y actividades de la escuela para que puedan estar preparados para las discusiones que pueden continuar en casa.

El papel de la escuela después del suicidio de un estudiante

  • Vigilar de cerca a los estudiantes que se consideran “en riesgo”, ya que un adolescente deprimido se encuentra en mayor riesgo de suicidarse después de que un compañero se ha quitado la vida. Algunos adolescentes recurren al alcohol o las drogas como una manera de hacer frente a este tipo de tragedia. Se debe recomendar a los padres que estén atentos a conductas inusuales en sus adolescentes, y los maestros que sospechen de cualquier conducta de riesgo deben referir a esos estudiantes con el psicólogo de la escuela.
  • Hablar abiertamente sobre el suicidio. Los educadores y los padres deben trabajar juntos para transmitir un mensaje uniforme sobre las circunstancias de la muerte, y reducir así la confusión y la información errónea. Ocultar los hechos sobre el suicidio a los estudiantes puede generar ansiedad y desconfianza en los adultos en quienes deberían poder confiar. Explicar la muerte de una manera objetiva también puede evitar caer en sensasionalismos.
  • El suicidio debe ser explicado como una enfermedad mental no identificada o que no fue tratada. Debe explicarse (idealmente por un terapeuta profesional) que las personas que tienen una enfermedad mental a menudo ocultan su dolor, incluso de las personas más cercanas a ellos. También puede ocurrir que incluso cuando están siendo tratadas por un terapeuta algunas personas pueden recurrir al suicidio, del mismo modo que algunas personas enfermas de cáncer pueden morir a pesar de que están viendo a un oncólogo.
  • Mantener el contacto con los estudiantes. Para que los niños procesen un evento como el suicidio de un compañero de clase se requiere tiempo. Las consecuencias (académicas, sociales y emocionales) pueden manifestarse después de varios meses.
  • Algunos niños, sin importar cuán cercanos eran al estudiante que murió, pueden sentirse culpables, como si pudieran o debieran haber sabido que algo estaba mal, o como si pudieran haber hecho algo para evitarlo. Es importante enfatizar que esta es una reacción común cuando ocurre una muerte que es difícil de aceptar, pero que no hay nada que pudieran haber hecho para cambiar la situación.
  • Aunque la persona fallecida haya cometido suicidio, hacer un evento escolar en conmemoración de su vida sigue siendo una buena idea. De esta manera, sus compañeros tendrán algo más que recordar que la forma en que murió. Los estudiantes que lo deseen deben ser estimulados a participar en la conmemoración, ya sea hablando, compartiendo recuerdos, haciendo algún video, etc. Sin embargo, es importante no entrar en demasiados detalles acerca de la muerte en sí misma y evitar hacer de la muerte algo glamoroso. Se supone que la muerte causa miedo y es algo que queremos evitar. Hablar demasiado acerca de los detalles de un suicidio puede quitar algo de este temor y hacer que otros estudiantes en la comunidad sean más propensos a considerar el suicidio si se encuentran deprimidos.
  • Al darles a los niños la oportunidad de compartir sus sentimientos en una variedad de entornos (tanto individualmente como en grupo) y al hablar abiertamente sobre el suicidio, las escuelas pueden ayudar a los estudiantes a poner la muerte en perspectiva y sanar de una manera saludable.

Libros para niños recomendados

  • Samantha Jane’s Missing Smile: A Story About Coping With the Loss of a Parent, por Donna Pincus, para edades de 5 años en adelante
  • I Miss You: A First Look at Death, por Pat Thomas, para edades de 4 años en adelante
  • Good Answers to Tough Questions About Death, por Joy Berry, para edades de 6-12 años
  • A Complete Book About Death for Kids, por Earl Grollman, para todas las edades
  • Everett Anderson’s Goodbye, por Lucille Clifton, para edades de 5-8, sobre la muerte de un padre
  • My Grandson Lew, por Charlotte Zolotow, para edades de 5 años en adelante, sobre la muerte de un abuelo